Londres, una de las ciudades más vibrantes y cosmopolitas del mundo, es un paraíso para los amantes de la buena comida. Su oferta gastronómica es tan diversa como la propia población de la ciudad
La ciudad del Big Ben acoge y celebra la multiculturalidad, y esto se refleja en su escena culinaria, donde conviven sabores de todo el mundo. En este artículo, exploraremos cuatro restaurantes icónicos que debes visitar al menos una vez en tu vida:
Desde menús personalizados hasta un comedor diseñado artísticamente, Hélène Darroze en The Connaught The Cocochine, The Cove Club y Bibi. Cada uno de ellos ofrece una experiencia única de cocina francesa, india-británica, india y británica, combinando historia, estilo y, por supuesto, gastronomía de primer nivel.
THE CONNAUGHT: ALTA COCINA FRANCESA
Comenzamos nuestro recorrido con un nombre que es sinónimo de excelencia culinaria: Hélène Darroze en The Connaught. Este restaurante, ubicado en el prestigioso hotel de Mayfair, es una oda a la alta cocina francesa con una de las chefs más reconocidas del mundo que lleva más de una década deslumbrando a los comensales con su enfoque innovador y personal de la gastronomía. Con tres estrellas Michelin, su restaurante en Londres es un testimonio de su maestría y dedicación.
La historia de Hélène Darroze es fascinante. Nacida en el suroeste de Francia, en una familia de restauradores, creció rodeada de los aromas y sabores de la cocina tradicional francesa. Después de formarse con Alain Ducasse, Darroze decidió abrir su propio restaurante, y en 2008, se trasladó a Londres para tomar las riendas del restaurante en The Connaught.
Desde entonces, ha logrado crear un espacio donde la tradición y la innovación se entrelazan de manera sublime. La experiencia en Hélène Darroze en The Connaught es incomparable. Desde el momento en que entras, te envuelve una atmósfera de lujo discreto, donde la atención al detalle es palpable en cada rincón.
El menú degustación, que cambia con las estaciones, es una sinfonía de sabores cuidadosamente orquestada. Cada plato es una obra de arte, tanto en presentación como en sabor, y cada bocado te transporta a los paisajes de la campiña francesa, con un toque moderno que sorprende y deleita.
Tras deambular por los alrededores del hotel Connaught, donde se aprecia el brillo del lujo discreto, entramos ya empapados de esta sensación en el templo de esta francesa internacional, en una sala por la que han transitado todo tipo de personalidades y que Pierre Janomovic, el famoso diseñador francés, creó para que ella pudiera expresarse sobre los platos con maestría.
Un Negroni a base de Armagnac sirve de aperitivo, acompañado de unos bocaditos que, de lo bonitos que son, da pena comérselos. El atún akami empieza a despertar nuestro interés, que se amplifica con la langosta, el plato estrella de la casa, aunque compite estrechamente con el wayu. Madre mía, ¡qué wayu!
Jamás habíamos probado algo semejante, acompañado de su inimitable puré de patatas. Por cierto, no podemos olvidar la mantequilla, que perfectamente podría ser la estrella del menú. Bueno, las estrellas, porque la hay blanca y naranja. Siempre la naranja. Con pimienta del sur de Francia. Y el postre, baba con Armagnac, chantilly con limón y frutos rojos, es de otro planeta.
Sin duda, el maridaje, con y sin alcohol, ayuda a potenciar las sensaciones, elevando la experiencia a otro estado vital. Esta vivencia es extraterrestre, aunque no extracorpórea.
La selección de cafés e infusiones tampoco tiene rival. Un lugar al que volveríamos una y otra vez, pues las sensaciones que provoca y que lo arropan son únicas e incomparables.
THE COCOCHINE: UN VIAJE DESDE EL CORAZÓN
Nuestro siguiente destino es The Cocochine, un restaurante que desde Mayfair te transporta a un recorrido culinario y vital únicos y que tiene en la persona de su chef a su mejor embajador. Larry Jayasekara es la representación en carne y hueso del local, de su espíritu, sus alimentos y su forma de hacer las cosas, porque él es el creador de todo. Además de su propuesta gastronómica, Cocochine es un espacio donde el arte y el diseño se entrelazan de manera exquisita.
El restaurante es una auténtica galería de arte, con obras de Warhol, Helmut Newton o Irving Penn, entre otros maestros, en sus paredes. Los sillones y mesas, confeccionados con cuero de la India, se complementan con una impresionante barra de mármol de lava, trabajada en Italia en una sola pieza.
Los detalles continúan en cada rincón: teselas en los suelos de los baños, cristal de murano para los vasos y nogal de Portugal para una bodega donde anida una reserva familiar de vinos que provienen de todas partes del mundo atesorando las mejores añadas.
Su historia es cuando menos singular, ya que todo gira en torno a su chef Larry, arropado por un grupo de inversores entre los que se encuentra uno de los galeristas de arte más relevantes del país. Confían tanto en él que le dieron carta blanca para un proyecto que se estuvo gestando durante casi cinco años.
No nos extraña viendo el grado de atención con el que ha cuidado cada detalle, desde hacer pruebas con distintos tipos de cuero para poder vestir las mesas hasta manufacturar en murano lámparas y cristalería o buscar piedras en distintas latitudes para barras o lavabos que luego han trabajado en Italia.
Por no hablar de las teselas que cosen el suelo de los baños o algunas salas con dibujos y líneas que se replican en otros elementos y que armonizan el conjunto creando un todo único y coherente.
Una auténtica demostración de determinación que surge de este chef de origen indio, un origen tan humilde que le hace valorar los alimentos de los que carecía en su infancia como algo sagrado. Porque lo son. Y ha sido capaz de transformar esa carencia en su increíble fortaleza. Su historia nos deja sin palabras y no hace más que abundar en la admiración profunda que sentimos hacia él y lo que hace. Como no podía ser de otra manera, aquí la sostenibilidad es una realidad absoluta.
Todo lo que se sirve en el restaurante proviene de su propia granja en Escocia, donde no se utilizan químicos ni productos que no sean naturales. Salvo el corazón de reno que trae de Noruega gracias a la amistad con el pueblo sami y algunos otros seleccionados proveedores para lo que no se puede producir allí.
Cada plato está elaborado con productos de la más alta calidad, que recoge cada domingo en la citada granja, como la ensalada con 95 ingredientes que lleva 25 minutos preparar, o el atún traído directamente de Japón, acompañado de una salsa de soja que lo eleva a otro nivel.
Las vieiras más grandes que jamás hemos visto provenientes de la isla privada de uno de los inversores y la carne de vacuno, madurada durante semanas en su cámaras especiales, un lujo en sí misma.
En los postres probamos un chocolate de caviar acompañado de una infusión de fresas con pimienta traída directamente de Indonesia que puso el broche de oro a una experiencia gastronómica sin igual.
Las anécdotas continúan hasta en los puros de hojas de té que llegan desde Sri Lanka exclusivamente para Cocochine y que no se pueden encontrar en ningún otro lugar de Gran Bretaña.
Todo servido en porcelana de Limoges con cubertería de plata inglesa, elegida cuidadosamente por uno de los inversores. Incluso el agua, embotellada por ellos mismos en manantiales escoceses, y la posibilidad de escoger el color de los cuchillos de carne, muestra su nivel de detalle y exclusividad.
Sin duda, The Cocochine es mucho más que un restaurante; es una experiencia completa que invita a explorar y a disfrutar de la fusión perfecta entre la cocina sentida, respetuosa y auténtica con el arte contemporáneo en el corazón de la capital británica.
Hemos de decir, sin extendernos, que solo hemos dado unas pinceladas de esta obra maestra pues necesitaríamos mucho más espacio para poder expresar todo lo visto, vivido y sentido.
The Cocochine celebra el arte y la artesanía; un entorno impresionante e íntimo que se convierte en el lienzo de la refinada cocina moderna y la hospitalidad de la vieja escuela del chef Larry Jayasekara.
THE CLOVE CLUB: UN REFUGIO DE INNOVACIÓN EN EL CORAZÓN DE SHOREDITCH
No podemos hablar de los restaurantes imprescindibles de Londres sin mencionar The Clove Club, un lugar que ha revolucionado la escena gastronómica de la ciudad con su enfoque vanguardista y su compromiso con la calidad. Situado en el vibrante barrio de Shoreditch, este restaurante ha ganado reconocimiento internacional, incluido un lugar en la prestigiosa lista de los 50 mejores restaurantes del mundo.
Fundado por Isaac McHale y su equipo, The Clove Club es un testimonio de cómo la cocina británica puede reinventarse y presentarse de una manera completamente nueva y emocionante. Su historia es un viaje de pasión y dedicación. Comenzó como un club de cenas en un apartamento de Londres, donde un grupo de amigos cocinaba para otros entusiastas de la comida.
La popularidad del club creció rápidamente, y en 2013, decidieron abrir su propio restaurante. Desde entonces, The Clove Club se ha convertido en un punto de referencia para la cocina moderna británica, conocido por su uso innovador de ingredientes locales y su habilidad para transformar platos tradicionales en algo sorprendente.
Entrar en The Clove Club es como entrar en un santuario de la gastronomía. El restaurante está ubicado en el edificio del Ayuntamiento de Shoreditch, un espacio histórico que ha sido cuidadosamente renovado para combinar elementos clásicos y modernos. La cocina abierta permite a los comensales ver cómo el equipo de chefs trabaja con precisión y creatividad, convirtiendo cada comanda en un espectáculo culinario.
En este restaurante de dos estrellas Michelin se entra por una puerta que impresiona sin apabullar. La sala, pequeña pero suficiente, acoge a un número de clientes que viene a disfrutar de una experiencia que se siente casi íntima gracias a sus dimensiones y la decoración escandinava que ofrece un ambiente hogareño sin pretensiones.
Su menú degustación desafía las expectativas. Cada plato es una obra maestra, cuidadosamente diseñada para sorprender y deleitar.
Uno de los platos icónicos del restaurante es el cangrejo de Cornualles con pomelo y almendra, un plato que equilibra a la perfección lo dulce, lo ácido y lo salado. Otro plato destacado es el cordero de Yorkshire, cocido a la perfección y servido con una salsa que realza sus sabores naturales.
La carta de vinos es igualmente impresionante, con una selección elegida para complementar cada plato y realzar la experiencia global.
Todo lo que se respira en The Clove Club es una honestidad que impregna toda su actividad, desde los proveedores, un grupo reducido y cuidadosamente seleccionado, hasta los vinos o la cubertería de Roland Lanier con elementos reciclados. Por cierto, el maridaje mixto de vinos y té conmueve hasta la médula.
The Clove Club crea experiencias gastronómicas que emocionan y sorprenden los sentidos. Sirve comida deliciosa que perdura en la memoria.
Por no mencionar el consomé en copa con una base de vino dulce de Madeira o la mantequilla que preparan durante horas, sin olvidar el postre de patatas con trufa que no podemos ni creer.
Para acabar, una infusión de trigo sarraceno que cierra con broche de oro una vivencia culinaria difícil de olvidar.
Lo que realmente distingue a este Club es su enfoque en la experiencia del comensal. Desde el momento que entras hasta el último bocado del postre, cada detalle está pensado para hacerte sentir especial.
El servicio es impecable, y el ambiente, sofisticadamente sencillo, es relajado y acogedor, lo que lo convierte en un lugar ideal tanto para una cena íntima como para una celebración especial. ¿Quién da más?
BIBI: COCINA DE LAS ABUELAS INDIAS CON UN TOQUE DE FÍSICA CUÁNTICA
Si está buscando una experiencia culinaria india con un giro moderno, BiBi es el lugar. Ubicado en el elegante barrio de Mayfair, este restaurante es una verdadera joya en la escena gastronómica de Londres. BiBi, que significa “dama” en hindi, es un homenaje a las mujeres que han influido en la cocina india a lo largo de los siglos.
El chef Chet Sharma, con raíces en la India y formación en algunos de los mejores restaurantes del mundo, ha creado un menú que combina la autenticidad de los sabores indios con una presentación contemporánea.
La historia de BiBi es obra de la búsqueda incansable del chef, que ha recorrido la India para aprender de las matriarcas que cocinan en sus hogares. Este conocimiento profundo y personal se refleja en cada plato que se sirve.
El restaurante en sí es un espacio elegante y moderno, con toques de arte y diseño que evocan la rica cultura india, y que logra fusionar la tradición con un enfoque actual y cosmopolita. Nada más entrar, todo tiene un aire que evoca autenticidad, sencillez y buen gusto en una reinterpretación decorativa del mundo hindú con los pies en Europa.
Una barra alargada te recibe y sirve para separar a los cocineros, que se mueven con agilidad por las distintas parrillas, de los clientes expectantes, que cuentan los minutos hasta la siguiente sorpresa.
Aquí, cada plato es la llegada a un nuevo puerto gustativo, un viaje culinario que despierta el paladar. Y al mando de los fogones este doctor en Física por Oxford que decidió cambiar su profesión por su pasión, o mejor dicho, fusionarlas.
El menú es dinámico y, a través de sabores frescos e impactantes para el comensal europeo, consigue ir creando una ruta en las papilas que permanecerá en el tiempo.
Uno de los platos que destaca es el Gol Gappa, una reinterpretación del clásico street food indio, presentado de manera sofisticada, pero con su esencia crujiente y especiada.
Otro plato imperdible es el cordero biryani, cocido a la perfección y servido con una explosión de especias que te transportan directamente a las calles de Delhi.
Los postres, como el kulfi de mango, son el cierre perfecto para una comida que es tanto un festín para los sentidos como una lección de historia culinaria.
BiBi también se distingue por su compromiso con la sostenibilidad, que se refleja en cada detalle, desde los posavasos hasta la forma en que reciclan o marinan para evitar desperdicios.
El término sostenibilidad forma parte integral de la mayoría de los restaurantes de alta gama. Una tarea difícil, pero una prioridad. The Bibi está certificado por la Sustainable Restaurant Association.
De hecho, están en camino de recibir una estrella en sostenibilidad, un reconocimiento a su dedicación por hacer las cosas de manera responsable. El sommelier, por su parte, nos presenta vinos en botellas con etiquetas en blanco y así poder identificar los tonos sin prejuicios y sentir el sabor sin ataduras formales.
Aquí la experiencia no solo es gastronómica, sino también cultural y sensorial, ofreciendo una visión renovada y sofisticada de la cocina india, todo ello en un entorno que equilibra la tradición con la modernidad, la pasión con la ciencia y el sabor con la sostenibilidad. Sin duda, un destino imprescindible para cualquier amante de la buena mesa.