En la cuenta regresiva para iniciar las conversaciones de la COP28, a finales de este mes en Dubái, crece la presión de líderes mundiales, activistas e instituciones por eliminar, esta vez y en forma gradual, los combustibles fósiles. Es un tema reiterativo en las últimas citas anuales sobre el clima de la ONU. Y en esta cumbre, la propuesta está nuevamente en la mesa y, con los opositores de siempre. El desafío es abrumador.
Los proyectos petrolíferos siguen en expansión. Los desiertos de Nuevo México y el oeste de Texas -en la cuenca geológica del Pérmico- contienen la reserva de petróleo más grande de EE UU y una de las más grandes del mundo. La producción se ha triplicado en una década. Y las grandes petroleras parecen decididas a aprovechar hasta la última gota.
Vicki Hollub, directora ejecutiva de Occidental Petroleum, uno de los mayores operadores en la zona, prometió aún más producción en una cuenca que Bloomberg describió como “en una posición única para convertirse en el motor de crecimiento más importante del mundo para la producción de petróleo”. ¿Alguien les habló del cambio climático?
El negocio de los combustibles fósiles también está floreciendo en las costas heladas del Océano Ártico. En el gigantesco campo de gas de Bovanenkovo en la península rusa de Yamal, recoge Yale Environment 360. La empresa estatal Gazprom planea duplicar la producción para 2030. Es posible que Bovanenkovo pronto produzca el 40% del gas ruso.
Mientras tanto, China está lista para abrir docenas de minas de carbón. Cada una con reservas cuya quema emitiría más de mil millones de toneladas de dióxido de carbono. Ese tiene casi un tercio de las nuevas minas de carbón propuestas en el mundo, y este año Pekín anunció planes para acelerar su puesta en servicio.
¿COP28 frenará auge de los combustibles fósiles?
Frente a las costas del Golfo Pérsico hay una situación similar. Qatar, el mayor proveedor mundial de gas natural licuado, se prepara para expandir la producción en más del 60% entre 2021 y 2027. Las ampliaciones de la vasta reserva de North Field están pensadas para enviar GNL a Asia y Europa hasta al menos la década de 2080.
Estos desarrollos, llamado “bombas de carbono” por su capacidad para potenciar la acumulación de CO2 en la atmósfera, se encuentran entre los mayores de los cientos que expandirán la producción global de combustibles fósiles en los próximos años. Ayudan a explicar por qué, incluso cuando la producción de energía renovable se dispara, las emisiones de CO2 siguen siendo altas. Aumentaron un 1% en 2022.
Las promesas hechas por los gobiernos en las conferencias climáticas de la ONU de lograr emisiones netas cero para mediados de siglo claramente aún no se están cumpliendo. Los críticos dicen que son demasiado confusos y no exigen que nadie rinda cuentas.
Por eso, en el preámbulo de las conversaciones de la COP28 aumentan los llamamientos a favor de una eliminación gradual de los combustibles fósiles. La conferencia escuchará los exhortos de muchas delegaciones gubernamentales para que se prohíba todo desarrollo futuro de minas y pozos de crudo. Y se establezcan plazos para poner fin a la extracción existente. ¿Se logrará?
Hasta hace dos años, ningún acuerdo climático mencionaba los combustibles fósiles. Eso cambió en la COP26 en Glasgow, su presidente Alok Sharma, presionó para que los países se comprometieran a eliminar gradualmente toda quema de carbón. El último día, fue superado por China e India, las dos naciones productoras y quemas de carbón más grandes del mundo, que cambiaron el lenguaje a “reducción gradual”.
BM se encargará del Fondo de Daños y Pérdidas
Un año después, en la COP27, muchos países pidieron una reducción gradual que abarcara todos los combustibles fósiles. Pero el anfitrión Egipto se negó a incluirlo en la declaración de la conferencia.
Desde entonces, reseñó la publicación de la Escuela de Medio Ambiente de Yale, unos pocos gobiernos han hecho promesas unilaterales de eliminación gradual. Y la declaración de esta semana de la Coalición de Alta Ambición puede aumentar las apuestas, incluso sin el apoyo de Estados Unidos. Pero varios grandes productores de combustibles fósiles se han opuesto públicamente a cualquier acuerdo de este tipo en la COP28.
En una reunión del G20 a principios de este año, Arabia Saudí habría bloqueado incluso una declaración conjunta a favor de la reducción gradual de los combustibles fósiles. Rusia ha adoptado una postura similar.
La COP28 ya tiene una agenda apretada. Las cuestiones monetarias también ocuparán gran parte del tiempo de los delegados. En particular, el establecimiento de reglas para administrar el fondo de “pérdidas y daños” prometido desde hace mucho tiempo para compensar a los países vulnerables por el impacto del clima extremo causado por el cambio climático. Las últimas conversaciones al respecto fracasaron a mediados de octubre. Pero posteriormente se alcanzó un entendimiento.
Semanas previas a la cumbre se logró finalmente en Abu Dabhi un acuerdo sobre el Fondo de Pérdidas y Daños, aunque aún genera críticas. Será el Banco Mundial el ente escogido en el cual se ‘alojará’ de manera provisional el fondo. Una decisión criticada por los países del Sur Global.
La decisión concluyó que el Banco Mundial acogerá, al menos durante los próximos cuatro años, el fondo con el cual la comunidad internacional aspira a ayudar a pagar la “factura del clima” a los países más vulnerables ante los efectos del calentamiento global.
Inconformes con la designación
La decisión final se deberá refrendar en la COP28 en Dubái, y donde las partes de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático retomarán las negociaciones para consensuar la manera de atajar la crisis climática.
El Banco Mundial no era la opción elegida por los países del Sur Global que llevaban tres décadas exigiendo este mecanismo para que los grandes emisores se hicieran cargo de los costes económicos causados por fenómenos asociados al cambio climático. Petición que concluyó en la cumbre de Sharm el Sheij, en diciembre de 2022, con el compromiso de crear un nuevo fondo.
El director de la ONG costarricense La Ruta del Clima, Adrián Martínez-Blanco, explicó a EFE que entre los requisitos de esta demanda histórica estaba que el fondo quedara al margen del Banco Mundial. Que integrara el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas”. Y que “no creara más deuda con préstamos aunque fueran concesionales”. Martínez-Blanco sostiene que la decisión “no nos acerca a la justicia” ya que no hay esa diferenciación de responsabilidades históricas en la emisión de gases de efecto invernadero. Y además advirtió que “se puede crear más deuda”
El costarricense lamentó la decisión. “Lo que vemos es que los países desarrollados que ya tienen la obligación nunca han aportado ni lo que voluntariamente ofrecen. Y mucho menos lo que legalmente les corresponde”. Como observador en los procesos del Comité Transicional no comprende cómo los representantes del Sur Global han podido ceder así en las negociaciones.