Orlando Viera Blanco/@ovierablanco
«Una investigación ante la CPI produciría contundentes consecuencias jurídicas, políticas y diplomáticas. Europa y América encontrarían una fórmula de narrativa política sumamente asertiva y filosa para ir por el régimen de Caracas…»
Las últimas semanas han sido fortuitas en el país. Abril y Oslo generaron movimientos cruzados. La política no es una fotografía. Es mutante. La imagen de hoy puede ser totalmente diferente mañana. Y el panorama vuelve a abrirse, a pesar de que algunos actores de oposición que dicen querer acabar con la dictadura lo hacen colocando, apuntando sus dianas [no por ingenuidad] a Juan Guaidó y no a Nicolás Maduro…
El informe Bachelet. El segundo aire.
Como lo habíamos dicho la visita de Michelle Bachelet a Venezuela dejaría su impronta. Su informe fue devastador… Desde carencias de anticonceptivos y antivirales para detener el embarazo precoz o el VIH, hasta el aumento criminal de la mortalidad de madres adolescentes. Del incremento de la mortalidad infantil y de abortos realizados en condiciones inseguras a la corrupción del régimen que ha afectado el derecho alimentario, donde el salario mínimo (7$) cubre apenas el 4% la cesta básica alimentaria. Desde la tortura blanca a la asfixia mecánica con bolsas plásticas, más palizas, ahogamiento, posturas forzosas y sometimiento a temperaturas extremas…el informe Bachelet no sólo habla de los sepultos, sino de muertos en vida….
Este informe ante la Comisión de DDHH de la ONU en Ginebra, apuntala un nuevo momentum político concentrado en la exigencia de la justicia global omitida por la Corte Penal Internacional (CPI) conforme ordena Estatuto de Roma [EDR]. La denuncia de ACNUDH es de una gravedad inconmensurable e inédita en Latinoamérica que demanda a los países miembros adherirse a las denuncias que seis Estados del EDR hicieron hace ocho meses. [El informe] pone sobre la mesa responsabilizar a la fiscal de la C.P.I. por retardo perjudicial en investigar y hacer justicia. Coloca en la agenda interna y externa, la impostergable necesidad de castigar a los responsables de miles de ajusticiamientos, torturas, persecución políticos, privación de libertad, y miles de fallecidos por hambre y falta de asistencia sanitaria. Se abona un camino claro a la comunidad internacional para emplazar el enjuiciamiento de Maduro, su comparecencia forzosa a juicio y la de su cadena de mando. Un soplo de justicia a la medida del cese de la usurpación.
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— Cambio 16 (@Cambio16) July 9, 2019
Los personajes confusionales.
¿Cómo es posible que en medio de la horrenda criminalidad vaciada en el informa Bachelet algunos estén más pendientes de atacar a ritmo de dedicación obsesiva y exclusiva al Presidente Interino que dirigir sus caballerías en contra de Nicolás Maduro? ¿Cómo dicen llamarse oposición?
Juan Guaidó Márquez es un hombre joven que ha puesto su vida al servicio de la restauración republicana de nuestro país. Pero una clase política bajuna invadida de imposturas y reflujos, le lanza al pajón como al peor de los enemigos. Es Dante, es Moliere, es la representación más cínica de la comedia medieval o renacentista, de la inquisición, ¡de la hoguera para los justos!. Una insensatez que no guarda proporción ciudadana ni humanitaria a la desgracia que vive Venezuela. A ellos les digo, armen sus pelotones y uniformen a sus hijos…
No activar el 187.11, no solicitar una intervención militar [cuyos paladines saben que no aplica en el Marco del Orden Público Internacional], se ha convertido en una diana de criminalización que hay que condenar tanto como la tortura, el éxodo o el exterminio. El reproche llega al punto de decir que “si Guaidó no activa el TIAR y no pide la intervención militar YA, es cómplice de Maduro por la muerte de nuestros niños”. Una insensatez a todo vapor, poco digna de quienes se precian llamarse intelectuales, analistas o políticos de trayectoria o de linaje. Fuente ovejuna en el techado…
Sembrar en el país una expectativa resolutoria mediante una “invitación bélica”, una coalición guerrerista ipso iure post TIAR y 187.11, es un acto irresponsable por irrealizable y peligroso por ignorante. Desmovilizar al país y saldar la opción política que significa Juan Guaidó, deja ver en mucho las costuras trepadoras y codiciosas de sus promotores, quienes prefieren anteponer sus agendas personales y hedonismos a los intereses de la nación. Porque aquellos que crean que pescarán en río revuelto, les tengo una mala noticia: Si no es ahora no hay mañana. La marea habrá bajado. Y la sequía vendrá por mucho tiempo. Así de claro. Así de simple, así de real.
La última ola…
Afortunadamente los fundamentos políticos sustentables y de fondo para cabalgar sobre una ruta sólida de cese de la usurpación han reflotado. Son los principios basados en la justicia universal.
Una investigación ante la CPI produciría contundentes consecuencias jurídicas, políticas y diplomáticas. Europa y América encontrarían una fórmula de narrativa política sumamente asertiva y filosa para ir por el régimen de Caracas clamando justicia (no balas y tanquetas, lo cual descartan). Esto es lo políticamente correcto por realista y preservador de alianzas. El presidente Juan Guaidó ha sabido sortear el criticismo y esperar con madurez y sensatez estadista. Ha podido superar el “mar de fondo” y aguardar-remando-la nueva ola… Y ha llegado.
Se abre un nuevo momentum político decíamos. Escalemos juntos. No es lirismo. No lo digo yo. Lo sentenció el informe de Bachelet.
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