El dióxido de carbono (CO2) es comúnmente conocido por dañar el ambiente y provocar serios riesgos al clima mundial. Sin embargo, este gas es también fundamental para la vida y está presente en todo nuestro entorno.
El CO2 forma parte de la naturaleza y es indispensable para todos los seres vivos en el planeta. Asimismo, este gas por sí sólo no es realmente un tóxico en concentraciones normales.
No obstante, el dióxido de carbono en altas concentraciones puede producir el desplazamiento del oxígeno, lo que produciría asfixia, dolor de cabeza y muchos otros problemas para los seres vivos.
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