Más de 1.500 personas, entre ellas unos 350 niños, han muerto en Pakistán por las lluvias monzónicas más intensas y prolongadas en 30 años. Desde junio, las fuertes precipitaciones e inundaciones han derribado a su paso viviendas, negocios, infraestructuras y cultivos. El gobierno informó que alrededor de un tercio del país está bajo el agua, y unos 33 millones de habitantes han quedado desprotegidos de techo, sin alimentos ni agua y carentes de atención sanitaria.
La ministra pakistaní de Cambio Climático declaró a fines de agosto, el estado de emergencia y pidió ayuda internacional para encarar la catástrofe. Sherry Rehman, manifestó que las lluvias monzónicas y la aceleración del deshielo de los glaciares en las regiones montañosas han causado un desastre humanitario de proporciones épicas. «Lo ha inducido, fundamentalmente. el cambio climático”, subrayó.
La Autoridad Pakistaní de Gestión de Desastres informó que las inclemente lluvias afectan el 15% de territorio nacional. Helicópteros del ejército rescatan a familias varadas y arrojan paquetes de alimentos en áreas inaccesibles arrasadas por diluvio histórico. Mas de 80.000 hectáreas de tierra cultivable, unos 3.400 kilómetros de carreteras y 157 puentes fueron destruidos.
Las autoridades paquistaníes afirman que Pakistán está sufriendo las consecuencias de las prácticas medioambientales irresponsables en otras partes del mundo. Siendo uno de los países más afectados por el cambio climático en el mundo, Pakistán fue azotado por una intensa ola de calor y brutales sequías a principios de año que ocasionó numerosos muertos y pérdidas en propiedades a miles de personas.
Lluvias inusuales y devastadoras en Pakistán
El servicio meteorológico de Pakistán informó que el país recibió casi un 190% más de lluvias que la media de los últimos 30 años. «Los efectos del cambio climático están en nuestra puerta», afirmó la ministra Rehman.
Las peores inundaciones han ocurrido a lo largo del río Indo, en las provincias de Punjab, Jaiber Pastunjuá, Baluchistán y Sind. Estas dos últimas han recibido entre cinco y seis veces la media de lluvias de los últimos treinta años. La NASA indicó que el impacto de las lluvias monzónicas se ha visto agravado por el continuo deshielo de los glaciares. Pakistán cuenta con la mayor cantidad del mundo de hielo glacial fuera de los polos.
Ante la incalculable crisis humanitaria, la ONU lanzó un plan de emergencia de 160 millones de dólares para ayudar a Pakistán. «Estos fondos proporcionarán alimentos, agua, saneamiento, educación de emergencia, protección y apoyo sanitario a 5,2 millones de personas», dijo su secretario general, António Guterres, que también pidió la solidaridad de la comunidad internacional e instó a «dejar de caminar sonámbulos hacia la destrucción de nuestro planeta por el cambio climático».
Las autoridades estiman que los daños causados por las inundaciones superan los 10.000 millones de dólares. Ante la inmensidad de las pérdidas y las causas del desastre, consideran obligatorio que el mundo los ayude. A pesar de tener una huella de carbono muy baja, Pakistán es uno de los 10 países más afectados por los fenómenos meteorológicos extremos, derivados del cambio climático.
«La vida es muy dolorosa aquí, lo hemos perdido todo», dijo a Reuters Hussain Sadiq, un aldeano de 63 años alojado en uno de los refugios con sus padres y cinco hijos.
Ayudas, afectaciones y pronósticos
El jefe del ejército de Pakistán, el general Qamar Javed Bajwa, visitó el valle norteño de Swat. Luego de supervisar las operaciones de rescate y socorro en las zonas inundadas, Bajwa dijo que «la rehabilitación llevará mucho, mucho tiempo».
Estados Unidos proporcionará 30 millones de dólares en apoyo para la respuesta a las lluvias de Pakistán a través de USAID. La embajada en Islamabad informó que el país estaba «profundamente entristecido por la devastadora pérdida de vidas, medios de subsistencia y hogares en todo Pakistán». Sheila Jackson Lee, de la Cámara de Representantes de EE UU, sobrevoló y recorrió una parte de la inmensa región afectada.
“Hasta donde me alcanzaba la vista, vi agua. Fuimos la primera delegación estadounidense en visitar la inundación más devastadora y mortal en la historia de Pakistán. Una inundación de proporciones históricas, realmente monstruoso desastre”, escribió en Twitter.
El primer ministro Shehbaz Sharif teme que la devastación descarrile aún más una economía en crisis y posiblemente genere una grave escasez de alimentos que se sume a una inflación vertiginosa, que se situó en el 24,9% en julio. «La siembra de trigo también podría retrasarse», añadió.
El general Akhtar Nawaz, jefe de la agencia nacional de desastres, calcula que 72 de los 160 distritos de Pakistán han sido declarados afectados por calamidades. El canciller Bhutto-Zardari, por su parte, señaló que Pakistán se había convertido en la zona cero del calentamiento global. «Es probable que la situación se deteriore aún más a medida que continúan las fuertes lluvias en las áreas inundadas durante dos meses de tormentas inclementes».
Altas temperaturas y deshielo de glaciares
Los investigadores creen que la catástrofe probablemente comenzó con las extremas olas de calor. En abril y mayo, la temperatura superó los 40 °C durante períodos prolongados en muchos lugares. En un sofocante día de mayo, la ciudad de Jacobabad superó los 51 °C. “Estas no fueron olas de calor normales, fueron las peores del mundo. «El lugar más cálido de la Tierra se registró en Pakistán”, aseguró Malik Amin Aslam, antiguo ministro de cambio climático.
Zia Hashmi, ingeniera de recursos hídricos en el Centro de Estudios de Impacto del Cambio Global en Islamabad, hablando para Nature a título personal comentó que el aire más cálido puede contener más humedad. Los meteorólogos advirtieron a principios de año que las temperaturas extremas probablemente resultarían lluvias «por encima de lo normal» durante la temporada de monzones en Pakistán.
El intenso calor también derritió los glaciares en las regiones montañosas y aumentó la cantidad de agua que fluye hacia los afluentes que finalmente llegan al río Indo, dijo Athar Hussain, científico climático de la Universidad COMSATS de Islamabad. El Indo es el río más grande de Pakistán y recorre el país de norte a sur, surte pueblos, ciudades y grandes extensiones de tierra agrícola a lo largo de su curso.
No está claro exactamente cuánto exceso de derretimiento de los glaciares fluyó a los ríos este año. Hashmi, que visitó algunas regiones glaciadas de gran altitud en julio, notó entonces altos flujos y agua fangosa en el río Hunza, que desemboca en el Indo. Contó que el lodo sugiere que ha habido un derretimiento rápido, porque el agua recoge sedimentos a medida que avanza río abajo. Varios lagos glaciares han atravesado las presas de hielo que normalmente los retienen y liberado una peligrosa oleada de agua.
Otros factores en juego: la depresión y La Niña
Las olas de calor también coincidieron con una depresión o un sistema de intensa baja presión de aire, en el Mar Arábigo, que trajo fuertes lluvias a las provincias costeras de Pakistán en junio. «Rara vez tenemos sistemas de depresión a gran escala que lleguen allí», explicó Hussain.
Tantos eventos inusuales se vieron exacerbados por la llegada anticipada del monzón el 30 de junio. “En general, fue más húmedo en una región más grande durante un tiempo muy prolongado”, detalló Andrew King, científico climático de la Universidad de Melbourne, Australia.
“Las inundaciones no han terminado”, afirmó Hashmi. Una vez en tierra, gran parte de esa agua no tiene adónde ir. Se han destruido casas, carreteras y puentes. En Sindh, se ha formado un lago alargado, de decenas de kilómetros de ancho, y seguirá vertiéndose más agua en él, observó Aslam. “Lo peor no ha terminado”.
Algunas agencias meteorológicas también han pronosticado que el evento climático La Niña, en curso, un fenómeno que generalmente se asocia con condiciones monzónicas más fuertes en la India y Pakistán, continuará hasta el final del año. «No es un vínculo muy fuerte, pero probablemente tenga un papel en la mejora de las precipitaciones», compartió King