Han encontrado plástico hasta en nuestras venas. Está en todas partes. Especialmente en los océanos en donde causa estragos. Hay gente llena de buenas intenciones que quiere limpiar el océano de plásticos, pero según los ambientalistas, la idea es tan noble como inútil. Es como arar en el mar.
La producción mundial de plásticos ha experimentado un aumento significativo en las últimas décadas. Ha sido un ascenso sostenido de 380 millones de toneladas en 2015 subimos a 390 en 2021. Según el PNUMA, actualmente la humanidad produce alrededor de 430 millones de toneladas de plástico cada año. En términos cuantitativos, se estima que se comercializaron unas 369 millones de toneladas de plástico en el mundo en 2021. Además, ya en 2019 los plásticos generaban un 3,4 % de las emisiones globales de gases invernadero. Poniendo en riesgo los esfuerzos para no superar el límite de 1,5 grados de calentamiento global.
Sepultados en plástico
Desde 1950 se han fabricado aproximadamente 8,3 mil millones de toneladas de plástico. Asia es la región con la mayor producción mundial, responsable del 51% del total. China es el principal productor global, con un 30% del total en 2018. Estados Unidos, Canadá y México en conjunto, representaron el 19% de la producción mundial. En 2018, la producción de plástico en Europa fue de 61,8 millones de toneladas.
En cuanto a la cantidad de basura plástica generada anualmente, se estima que se producen más de 450 millones de toneladas cada año a nivel global. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza el costo real de producir plástico y gestionar su contaminación ascendió a 3,7 billones de dólares en 2019. Si no se toman medidas para abordar la contaminación del plástico, esta cifra se duplicará para el año 2040, llegando a los 7,1 billones de dólares anuales. Representa más que el Producto Interno Bruto (PIB) de India y superaría la riqueza combinada de Alemania, Canadá y Australia. Para la década 2060 los desechos plásticos se triplicarán a nivel mundial respecto a la actualidad. Si no se toman medidas, es posible que en 2050 en el mar haya, por peso, más plástico que peces.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, cerca de 14 millones de toneladas de residuos plásticos acaban en los mares cada año. Se calcula que entre 3 millones y 3,4 millones de toneladas de plástico se encuentran flotando en la superficie de los océanos. Son las islas de plástico. Las más conocidas por sus dimensiones: la Gran Mancha de Basura del Pacífico.
Vórtice del Pacífico
La Gran Mancha de Basura del Pacífico, un vasto remolino de desechos marinos, se extiende desde la costa oeste de América del Norte hasta Japón. Incluye dos zonas principales: cerca de Japón y entre Hawái y California. La acumulación de residuos es impulsada por el giro subtropical del Pacífico Norte. Un sistema de corrientes oceánicas circulares definido por la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA).
El Vórtice del Pacífico está integrado por cuatro corrientes que giran en sentido horario alrededor de un área de 20 millones de km², atrae los desechos hacia su centro, donde quedan atrapados. La razón es que la mayoría no son biodegradables. Muchos plásticos, por ejemplo, no se degradan, sino que se fragmentan en trozos cada vez más pequeños.
Contrario a lo que muchos podrían imaginar, no son islas flotantes de desechos, sino que están compuestas en su mayoría por microplásticos, pequeños trozos de plástico que a menudo no son visibles a simple vista. Los microplásticos pueden dar al agua una apariencia turbia, mezclándose con objetos más grandes como aparejos de pesca y zapatos. Alrededor del 70% de esos desechos marinos termina en el fondo del océano. Se estima que el 80% del plástico en el océano proviene de fuentes terrestres, mientras que el 20% restante proviene de barcos y otras fuentes marinas.
Limpiar la basura oceánica
Boyan Slat, un joven emprendedor de los Países Bajos, fundó The Ocean Cleanup en 2012 con una visión clara: rastrear los puntos críticos de plástico en el océano y barrer los desechos flotantes. La organización utiliza redes en forma de U y barreras flotantes para recolectar los residuos flotantes en el océano. Concentrándolos en un embudo antes de recogerlos, compactarlos y llevarlos a tierra para su reciclaje.
El objetivo inicial era estar plenamente operativos en 2020 y limpiar el 90% del plástico flotante del océano en las siguientes dos décadas. Desde su creación, The Ocean Cleanup pasó años perfeccionando su tecnología para abordar la limpieza de la Gran Mancha de Basura del Pacífico. A pesar de los desafíos y altibajos, incluyendo tres prototipos, en 2019, la organización logró su primera captura de plástico, 60 grandes bolsas de basura que envió a Vancouver. En la última década, The Ocean Cleanup ha eliminado 7,5 millones de toneladas de plástico del océano. La organización cree que, con los recursos adecuados, podría eliminar el 90% del plástico flotante en la superficie del océano.
En septiembre de 2023 probó su Sistema 03: esencialmente dos barcos que arrastran una red de 2,2 kilómetros de largo diseñada para eliminar la mayor cantidad de basura posible. En esta ocasión logró batir el récord de 18 toneladas en una sola pala. Después de una expedición de 48 días, removió con éxito 103 toneladas de redes de pesca y plásticos de consumo. Estableció un nuevo récord con la mayor limpieza en el mar jamás realizada, y duplicó con creces sus propios resultados récord con respecto a 2022.
Buenas intenciones, pero ineficientes
The Ocean Cleanup, tiene como objetivo eliminar el 90% del plástico superficial del océano para 2040. Sin embargo, los estudios del Leibniz Centre for Tropical Marine Research sugieren que, incluso si se detuviera la contaminación plástica hoy, se necesitarían 200 dispositivos como los de la organización trabajando continuamente durante 130 años para limpiar todo el océano. Teniendo en cuenta la producción continua de plásticos, se estima que para 2150, estos 200 dispositivos solo habrían recogido el 5% del plástico flotante en los océanos. Una meta que solo alcanzarían trabajando las 24 sin fallas ni averías de ninguna unidad.
El descubridor de la Gran Mancha de Basura del Pacífico en 1997, Charles Moore y su equipo usaron drones para evaluar desde lo alto su extensión. Encontró que la masa de plásticos es cien veces mayor de lo que se pensaba. También descubrió formaciones de plástico más permanentes, o islas, algunas de más de 15 metros (50 pies) de longitud. Como la Gran mancha de basura del Pacífico está lejos de la costa de cualquier país, ninguna nación se hace responsable ni suministra financiamiento para eliminarla.
La limpieza de los desechos marinos es un desafío considerable. Los microplásticos, del mismo tamaño que las criaturas más pequeñas del océano, no pueden ser fácilmente separados de la vida marina. Incluso si se pudieran diseñar redes que solo atraparan basura, la magnitud de la mancha hace que esta opción sea poco práctica. Según la NOAA, se necesitarían 67 barcos trabajando durante un año para limpiar menos del 1% del Pacífico Norte, y eso solo si se detuvieran los vertidos. Como señala Sönke Hohn, autor de The long-term legacy of plastic mass production, “mientras se recoge la basura, más plásticos nuevos llegan al océano”.
Lavarse la cara no elimina los plásticos
Los expertos marinos han advertido que los esfuerzos para eliminar los plásticos de nuestros mares pueden ser inútiles y potencialmente dañinos. Muchos desechos plásticos son demasiado pequeños o inaccesibles para ser capturados. Además, las operaciones de limpieza pueden distraer de los esfuerzos para detener el flujo de desechos en su origen.
The Ocean Cleanup ha recibido críticas por recibir financiamiento de grupos vinculados a la producción de plásticos. Organizaciones como Oceancare y la Agencia de Investigación Ambiental ven estas tecnologías de limpieza de océanos como una distracción. Christina Dixon, de la Agencia de Investigación Ambiental, compara sus esfuerzos con “poner una curita en una pierna fracturada”. Argumenta que centrarse en costosas operaciones de limpieza desvía recursos y puede dañar la vida marina.
Bethanie Carney Almroth, profesora de Ecotoxicología, señala que los lobistas proplástico trabajan para obstaculizar cualquier avance, utilizando técnicas similares a las de las grandes tabacaleras. En su opinión lo único realmente eficiente sería limitar la producción de plásticos para acabar con la contaminación.
Ante las críticas Joost Dubois, director de comunicaciones de The Ocean Cleanup, responde que, además de cambiar nuestro comportamiento respecto al uso del plástico, debemos eliminar lo que ya existe. “La limpieza es solo un elemento en el camino que nos llevará a terminar con la contaminación con plásticos”.
Desviar la atención
El problema se agudiza y la Gran Mancha de Basura del Pacífico no es el único vórtice de basura marina. Los océanos Atlántico e Índico también tienen sus propios vórtices de basura. Incluso las rutas marítimas en masas de agua más pequeñas, como el mar del Norte, están generando manchas de basura.
En noviembre de 2023 se realizó en Nairobi, Kenia, la tercera ronda de conversaciones para desarrollar un tratado mundial jurídicamente vinculante para combatir la contaminación por plásticos. Si se logra un acuerdo sólido, existe la posibilidad de reducir sus residuos mal gestionados en un 95% para 2040. Sin embargo, esto requeriría normas globales vinculantes para reducir su producción, eliminar los plásticos innecesarios, y mejorar el reciclaje y sistemas de eliminación.
La situación es compleja debido a las presiones e influencia de los productores de plástico en las conversaciones. Aspiran que el tratado se centre en el control de residuos, en lugar del ciclo completo de vida de los plásticos como se acordó en 2023. Lo que genera preocupación entre ambientalistas e investigadores.
Para Bethanie Carney Almroth, profesora de Ecotoxicología en la Universidad de Gotemburgo, la evidencia científica muestra que limitar la producción de plásticos es esencial para acabar con la contaminación. Pero los lobistas proplástico están obstaculizando cualquier avance. Como desviar la atención hacia tecnologías de limpieza oceánica. Una idea que luce bien para la propaganda en videos y fotos. Pero si no se detiene la producción de plásticos, tan inútil como arar en el mar.