En los intentos por alcanzar un mejor planeta surgen discursos duales, que confunden y retrasan las metas de descarbonización. Muchos gobiernos y empresas aseguran ir a pie juntillas con los compromisos de sostenibilidad y en la práctica hacen un guiño a las energías fósiles. Un estudio del University College de Londres señala la urgencia de extremar a la baja la extracción de combustibles fósiles para evitar el calentamiento global.
La investigación de modelización, publicado en Nature, subraya la necesidad de poner límites estrictos e inmediatos a la extracción de combustibles fósiles. Los combustibles fósiles representan en la actualidad el 81 % del consumo mundial de energía.
A pesar del acuerdo de los países por evitar el calentamiento global, los combustibles fósiles continúan dominando el sistema energético global. El estudio, liderado por Dan Welsby, empleó un modelo de sistemas energéticos para evaluar la cantidad de combustibles fósiles que deberían dejarse en el suelo, a nivel regional y mundial. Esto, para permitir una probabilidad del 50% de limitar el calentamiento a 1,5 ° C.
“Para 2050, encontramos que casi el 60% del petróleo y el gas metano fósil y el 90% del carbón deben permanecer sin extraer para mantenerse dentro de un presupuesto de carbono”, precisa el informe. Esto es, la cantidad de carbono que puede emitirse sin que la temperatura global supere un tope.
Además, los investigadores estimaron que la producción de petróleo y gas debe disminuir a nivel mundial en un 3% cada año hasta 2050. Esto indica que la mayoría de las regiones deben alcanzar el pico de producción ahora. O, durante la próxima década, haciendo inviables muchos proyectos de combustibles fósiles operativos y planificados.
Combustibles fósiles en línea con el calentamiento global
Uno de los principales aportes del estudio es emplazar la reducción de la extracción de combustibles fósiles para frenar el calentamiento global. Precisa que la producción mundial de petróleo y gas ya ha alcanzado su máximo. Aunque encuentran variaciones regionales, especialmente en el caso del gas.
“Hemos comprobado que la producción mundial de estos dos combustibles debe disminuir a un ritmo medio anual de aproximadamente 3 % entre 2020 y 2050. En petróleo, todas las regiones registran un pico de producción ahora. Incluidos Oriente Medio, Rusia y el Caspio, Europa, América Central y del Sur o en 2025 (EE UU)”, dice Welsby, jefe del equipo.
Por su parte, la producción de Oriente Medio debería disminuir un 2 % anual hasta 2050. Mientras que la de EE UU en torno al 4 % anual. Una vez que se alcance el pico de producción en 2025, lo que equivale aproximadamente a los niveles de producción de 2019.
Además, adiciona el experto, “el descenso de la producción anual ligeramente inferior en Oriente Medio (en comparación con la media mundial) refleja la competitividad de los costes de las reservas”.
En el caso del gas, hay más variaciones regionales, pero esto depende del rápido descenso de la producción en las economías desarrolladas. Por ejemplo, en EE UU la disminución debería estar en torno al 8 % anual a partir de 2020. Entretanto, en África y Oriente Medio crece hasta 2035 antes de disminuir para 2050.
“Lo más importante es que si cualquier país o región añade una unidad de petróleo o gas a la oferta neta mundial, debe contrarrestarse con reducciones de la producción en otros lugares. Esto garantiza que de la producción la trayectoria mundial (y, por lo tanto, el presupuesto mundial de carbono) se mantenga en el buen camino”, afirma el investigador.
El tiempo corre frente a los logros
El estudio destaca la importancia de disminuir la explotación de combustibles fósiles para, proporcionalmente, reducir el calentamiento global. Observa que las economías desarrolladas (EE UU, UE, Canadá) reducen su producción más rápidamente, lo que deja más espacio en el presupuesto de carbono para las regiones en desarrollo.
“Esto pone en tela de juicio los planes actuales de ampliar las licencias de perforación y desarrollar nuevos yacimientos en provincias maduras productoras de hidrocarburos como el Mar del Norte. No se ha indicado dónde se producirán los recortes de producción para contrarrestar esta situación”, advierte.
“Suponiendo que exista la voluntad política de cumplir los compromisos adquiridos en París, las reducciones de combustibles fósiles sugeridas en nuestro trabajo son totalmente factibles”, afirma Welsby. Sin embargo, el descenso de los combustibles fósiles debe complementarse con políticas, tanto por el lado de la demanda, como por el lado de la oferta.
Welsby y sus colaboradores coinciden con las conclusiones más recientes del IPCC, difundidas en agosto, en lo que respecta a que los episodios meteorológicos extremos serán más frecuentes en el futuro. El informe del University College de Londres deja claro sobre todo que el calentamiento global está intensificando esos fenómenos en estos momentos. Eso, y que el margen de tiempo de que se dispone para frenar el cambio climático se está volviendo alarmantemente corto.