El reclamo cívico a los gobiernos por un mayor compromiso frente al cambio climático, alcanzó a los movimientos religiosos del mundo. A las movilizaciones de ecologistas, académicos y activistas, se han unido más de trescientos líderes religiosos de 38 países. Se organizaron y convocaron a una importante jornada de acción climática multiconfesional.
El papa Francisco y el Dalai Lama han levantado su voz por el cese del hostigamiento al medioambiente. En este naciente movimiento, que podría decirse amplía el radio del ecumenismo en el ámbito ambiental, el petitorio es global, sin distingos. En su documento Pueblo Sagrado, Tierra Sagrada, piden a los gobiernos e instituciones financieras que depongan su apoyo a las nuevas infraestructuras de combustibles fósiles y a la deforestación tropical.
Asimismo, instan a que se comprometan a un acceso total a la energía limpia y asequible. Y a su vez, promulguen políticas que crean empleos verdes y una transición justa para los trabajadores y las comunidades afectadas. Solicitan también que pongan planes y financiación en apoyo a las personas que migran por cuestiones climáticas.
Red Internacional GreenFaith lidera la acción
El grupo está liderado por la Red Internacional GreenFaith y a ella se han adherido grupos religiosos de Australia, Brasil, Canadá, Chile, Francia, Alemania, India, Reino Unido, Estados Unidos, entre muchos otros.
Las demandas planteadas en la declaración son avaladas por el cardenal Peter Turkson, del Vaticano; la escritora budista Joanna Macy; y el musulmán-estadounidense Imam Zaid Shakir. Así como el secretario general del Consejo Africano de Líderes Religiosos, Francis Kuria, el antiguo arzobispo de Canterbury, Rowan Williams y el rabino David Rosen.
Líderes religiosos exigen revertir el cambio climático
Instituciones y líderes religiosos están adoptando una actuación cada vez más firme sobre el cambio climático y las crisis que se derivan.
En Australia, este 11 de marzo, las iglesias tocaron las campanas y los templos budistas sonaron sus gongs ceremoniales, para pedir al gobierno que ponga fin a un mayor desarrollo del carbón. Y a comprometerse con emisiones netas cero para 2030. Entretanto, en Estados Unidos (Minnesota), más de 200 clérigos y creyentes se movilizaron en los alrededores del río Mississippi para pedirle al presidente Joe Biden que rechace el nuevo oleoducto en Dakota.
Asimismo, en Chile, la iglesia católicas y las protestantes, junto con bahá’ís y templos budistas repicaron campanas para pedir el fin de la represión a las protestas ambientalistas. Caritas Chile se hizo parte del llamado hecho por Alianza Interreligiosa y Espiritual por el Clima en Chile (AIEC) y alzó una voz de alarma sobre la crisis climática. Sus acciones son parte de un gran día de acción global de la Red GreenFaith Internacional.
“Nos sumamos a este llamado mundial para reducir las emisiones netas, a cero para 2030. Por el fin de las finanzas y los subsidios para el carbón, el petróleo y el gas. En Chile, significa tomar en serio la inversión en energía renovable, terminar las Zonas de Sacrificio. Y poner límites a un modelo extractivista que está haciendo tanto daño a muchas comunidades,” explica Arianne van Andel, coordinadora de la AIEC.
Diversos credos unidos por la vida en el planeta
Los líderes religiosos se muestran alarmados por el avance del cambio climático. Por la brecha entre lo que se requiere para limitar el aumento de la temperatura global y los compromisos reales de gobiernos e instituciones financieras. El movimiento religioso exige frenar este deterioro que conlleva la destrucción del planeta y de las especies y ecosistemas.
“Nuestras creencias nos obligan a salir de nuestras iglesias, mezquitas y templos y hacer oír nuestras voces en las calles”, afirma la líder laico católica Thea Ormerod, fundadora de la organización multiconfesional Australian Religious Response to Climate Change. “Ninguna tradición religiosa bendice la destrucción de la naturaleza”, advierte.
La Red Internacional GreenFaith precisa en su documento que a medida que la pandemia ha impactado la salud, las economías y los empleos, la industria de los combustibles fósiles ha logrado asegurarse miles de millones de dólares procedentes de los fondos de rescate de emergencia. Mientras ejerce presión para debilitar la protección del clima y el medio ambiente.
Además, el año pasado, en Brasil, la República Democrática del Congo e Indonesia, hogar de las selvas tropicales más grandes del mundo, se acrecentaron los agronegocios y la tala.
«No más combustibles fósiles»
Sostiene el movimiento que los gobiernos presentarán compromisos climáticos en la COP26, en noviembre. Estas acciones no deben perpetuar un sistema económico obsoleto que dependa de los combustibles fósiles. Y la destrucción de los mismos bosques, aguas, océanos y suelos que hacen posible la vida. En su lugar, las acciones deberían acelerar el desarrollo de energías renovables, garantizar el acceso universal al agua y aire limpio y a los alimentos cultivados con respeto por la tierra.
GreenFaith propone que los países ricos asuman una mayor parte de responsabilidad en las reducciones de emisiones para apoyar una transición global justa. Crear puestos de trabajo que paguen salarios que sustenten la familia a los trabajadores en condiciones seguras. La compasión, el amor y la justicia no exigen menos de todos nosotros.
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