Los grandes capitales y líderes del mundo utilizan la pandemia y sus múltiples secuelas para “acelerar planes” y “reajustar prioridades”, que estaban pendientes. Reunidos virtualmente en el Foro de Davos, Suiza, manifestaron que es el momento de adelantar la Agenda 2030. Y de dar un vuelco en el globo. Lo llaman el “Gran Reinicio” o el “Gran Reseteo” del capitalismo.
Los debates y las decisiones del Foro Económico Mundial siempre han sido controversiales. Cada encuentro genera polémica. Los más críticos aseguran que quienes asisten modelan el curso del mundo a su antojo, como marionetas. Que allí se sientan las bases para un nuevo orden mundial. Otros, los mas afectos consideran que en sus discusiones se buscan opciones y ordenamientos para un planeta mejor.
Un nuevo enfoque para la sociedad
Klaus Schwab, fundador del Foro de Davos, elaboró el planteamiento que fue acogido por las asistentes, al término de la jornada. “La iniciativa del Gran Reinicio busca nuevas ideas. Aprovechar este momento único en la historia que ofrece la pandemia, la interrupción de la economía. También de la política y la vida diaria para catalizar un nuevo enfoque en el funcionamiento de nuestras sociedades”, dijo el empresario alemán.
“Existen buenas razones para preocuparse. Ya empieza a sentirse una fuerte desaceleración económica y podríamos estar al borde de la peor depresión desde la década de los años treinta. No obstante, aunque es un resultado probable, no es inevitable”, argumentó.
Schwab propuso que para obtener un mejor resultado, el mundo debe actuar conjuntamente y con rapidez en la renovación de todos los aspectos de nuestras sociedades y economías. «Nos hace falta un Gran Reseteo del capitalismo. Desde la educación hasta los contratos sociales y las condiciones laborales. Deben participar todos los países, desde Estados Unidos hasta China. Y deben transformarse todos los sectores, desde el gas y el petróleo hasta el de tecnología. Todo debe ser reseteado», subrayó.
El Gran Reseteo del capitalismo
En el Foro de Davos compartieron tribuna y el planteamiento central del Gran Reseteo del capitalismo, el magnate Bill Gates, Emmanuel Macron, Angela Merkel y Xi Jinping, presidente de China. También el director de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos.
“Para garantizar el Gran Reinicio que necesitamos con tanta urgencia hará falta unos gobiernos más robustos y eficaces. Aunque esto no implica un impulso ideológico hacia gobiernos más grandes. Y se requerirá la colaboración entre los sectores público y privado en cada etapa del camino”, señaló el propulsor de la estrategia.
Aferrado a las consecuencias de la pandemia de la COVID-19, Schwab aseguró que la agenda del Gran Reinicio tiene tres componentes principales. El primero orientará el mercado hacia unos resultados más justos. Los gobiernos deberían aplicar unas reformas que incluyan cambios en los impuestos sobre el patrimonio. La retirada de las subvenciones a los combustibles fósiles y normas nuevas para la propiedad intelectual, el comercio y la competencia.
EL PIB mide los parámetros equivocados
El segundo componente del Gran Reinicio garantizaría que las inversiones promuevan objetivos comunes, como la igualdad y la sostenibilidad. Adelantar la Agenda 2030 en la creación de infraestructura urbana “verde” y en proponer incentivos para que las industrias mejoren su trayectoria medioambiental, social y de gobernanza.
Además, crear una nueva métrica. «El PIB mide los parámetros equivocados», indicó. La insatisfacción con el PIB es generalizada y existen numerosas alternativas que se están probando. Centradas en el bienestar de las personas y del planeta. Por ejemplo, los índices de desarrollo humano y desarrollo social de las Naciones Unidas. Las métricas de bienestar, el índice de progreso real, el índice del planeta feliz y una iniciativa para utilizar la felicidad nacional bruta.
La tercera y última prioridad consiste en aprovechar las innovaciones de la Cuarta Revolución Industrial. Desarrollar diagnósticos, terapias y posibles vacunas. Establecer centros de pruebas, crear mecanismos para la trazabilidad de las infecciones y ofrecer soluciones de telemedicina. “Todavía tardaremos mucho en ver el final del túnel de la pandemia», confió Schwab.
Puntos de vista sobre el reseteo del capitalismo
El término de Gran Reinicio o Gran Reseteo del capitalismo en el Foro de Davos, ya venía rondando. Economistas, intelectuales, empresarios hablan del concepto desde hace uno o dos años.
Con la iniciativa Imperative 21, más de 70.000 empresas en el mundo piden resetear el sistema económico global en torno a tres principios: diseñar para la independencia, invertir por la justicia y rendir cuentas a las partes.
El reseteo polariza las opiniones. Los conservadores estiman que se induce a un comunismo y los comunistas ven una liberalización encubierta de las sociedades. Pero, ¿qué está en juego? Además de la receta de Schwab, se une la idea de eliminar el efectivo, la digitalización global. Y lo que tiene que ver con la libertad y la privacidad: a vigilancia masiva de los ciudadanos que vino para quedarse.
“La idea de revisar el capitalismo es un significante vacío. Su significado cambia según quién lo use”, dijo Eduardo Levy Yeyati. «Lo impulsado desde Davos, “es una excusa para justificar la intervención del Estado”, señaló el decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Di Tella.
En 2019, antes de la pandemia, el Financial Times, diario económico de referencia, propuso reiniciar el capitalismo. “El modelo capitalista liberal ha brindado paz, prosperidad y progreso tecnológico durante los últimos 50 años. Pero en la década posterior a la crisis financiera mundial el modelo está en cuestión. Principalmente por centrarse en maximizar las ganancias y el valor para los accionistas. (…) Es hora de un reinicio”, señaló en un editorial.
La Business Roundtable, una plataforma que reúne a 200 de las mayores empresas de Estados Unidos, manifestó estar en sintonía con el periódico. Señaló que proponía redefinir los objetivos corporativos. Y abogó por abandonar el dogma de que el interés del accionista debe prevalecer sobre cualquier otro.
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