Casi al despuntar el martes, los líderes de la Unión Europea anunciaron que habían logrado un acuerdo para el fondo de recuperación, que establece cómo será distribuido el estímulo masivo por 750.000 millones de euros para la recuperación de la economía afectada por la pandemia del SARS-CoV-2.
Charles Michel, presidente de la cumbre, dijo que Europa envía una señal concreta de que es una fuerza de acción. “Se trata de mucho más que de dinero. Se trata de los trabajadores y las familias, sus trabajos, su salud y su bienestar. Creo que este acuerdo será visto como un momento crucial en el viaje de Europa, pero también nos lanzará al futuro”, declaró visiblemente emocionado.
«Acuerdo», anunció Michel en Twitter, a las 5.31 horas (3.31 GMT) del martes, al término de una cumbre que comenzó el viernes pasado por la mañana.
390.000 millones en subvenciones
El acuerdo prevé que de los 750.000 millones del fondo de recuperación, 390.000 millones se desembolsen en subvenciones a fondo perdido y 360.000 millones en préstamos. Esto supone un recorte de las primeras y un aumento de los segundos frente a la propuesta inicial de la Comisión de otorgar 500.000 millones en ayudas directas y 250.000 en créditos.
Los grandes países, Alemania, Francia, Italia y España, como la mayoría, querían como mínimo 400.000 millones de euros en subvenciones. Mientras que los «frugales» -Holanda, Austria, Dinamarca y Suecia-, a los que se sumó Finlandia, pedían 350.000 millones.
Para alcanzar el acuerdo, la mayoría de socios han tenido que hacer concesiones para conseguir la aprobación de los frugales. Estos países consiguieron recortar el volumen de ayudas, tener mayor control sobre las mismas y mantener sus descuentos en la contribución al presupuesto.
Los frugales han logrado además su objetivo no solo de mantener, sino de engrosar, los descuentos que tienen en su contribución al presupuesto por aportar más de lo que reciben, pese a que estaban destinados a desaparecer.
El de Holanda será de 1.921 millones de euros frente a 1.576 millones en la propuesta inicial, el de Dinamarca pasará de 197 a 377 millones, el de Austria de 237 a 565 millones y el de Suecia, de 798 a 1.069 millones.
Alemania, que también tiene un descuento, simplemente lo mantiene (en 3.671 millones anuales).
Puntos controvertidos
Estos fueron los puntos más controvertidos, junto a la propuesta para vincular la recepción de fondos del presupuesto al respeto al Estado de derecho, de una negociación que por momentos se tornó muy tensa.
Por el contrario, el Instrumento para la Recuperación y la Resiliencia, la partida más relevante, destinada a financiar reformas e inversiones, aumenta su dotación a 672.500 millones.
Fueron casi cinco días de reuniones maratónicas y broncas. Finalmente, los 27 líderes de la Unión Europea encontraron un acuerdo sobre el fondo de recuperación de la comunidad para afrontar las secuelas de la pandemia del coronavirus. Y sobre el marco financiero plurianual 2021-2027.
La cumbre pasará a la historia como una de las más extensas y debatidas, en un contexto de economías severamente contraídas por la pandemia.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, manifestó que el acuerdo era verdaderamente histórico. Dijo que estaba convencido de que el plan de recuperación y el presupuesto podían hacer frente al desafío de la pandemia de coronavirus.
140.000 millones para España
A España le corresponderían 140.000 millones de euros del fondo, de los que 72.700 millones se darán en ayudas directas, según dijo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras el encuentro.
En las continuas reuniones grupales y bilaterales, Sánchez manifestó que España ha mantenido una posición «constructiva». «Hemos tratado de explicar, sobre todo a los menos receptivos, la propuesta de subvenciones directas de la Comisión. Las razones por las que es necesaria una ayuda de esta envergadura».
En este diálogo, asentó, hay que «ponerse en la piel del otro». Pero “también hay que trabajar para que los demás entiendan la posición de países como España”. Insistió en «animar» a sus colegas europeos para lograr un acuerdo. Dijo que este pacto «sin duda alguna va a sentar muy bien» tanto a los ciudadanos como «al sector productivo y los mercados financieros».
Los escollos en la negociación han sido el volumen del fondo y la distribución entre subvenciones y préstamos. Así como las condiciones de las ayudas, a lo que se ha unido a la propuesta de vincular la recepción de fondos europeos al respeto al Estado de Derecho.
Un camino difícil
Michel había llegado este domingo con una propuesta que mantenía el fondo de recuperación en 750.000 millones de euros. De ese total, 400.000 millones se desembolsarían como ayudas directas y 350.000 millones en créditos. Esto suponía un recorte de las subvenciones con respecto a la propuesta inicial de la Comisión Europea, que planteaba 500.000 millones en transferencias y 250.000 millones en préstamos.
Los frugales se habían negado a que hubiese subvenciones en una etapa inicial. Luego propusieron recortar el fondo hasta los 700.000 millones, la mitad en ayudas directas y la mitad en créditos.
Reclamaron además un incremento de los descuentos que tienen en su aportación anual al presupuesto comunitario por pagar más de lo que reciben. A pesar de que el viernes se había propuesto un aumento para Austria, Dinamarca y Suecia.
El acuerdo final refuerza el control sobre la concesión de ayudas directas para contentar a Holanda, que reclamaba que los países pudiesen vetar los planes de reformas e inversiones de sus socios, mientras que la Comisión planteaba que se pronunciasen solo a nivel técnico.
Los países remitirán sus planes a la Comisión, y estos tendrán que ser aprobados también por una mayoría cualificada de los Veintisiete.
Después, a la hora de autorizar el desembolso de cada tramo de ayuda, si un país o varios tienen dudas, podrán elevar la cuestión a una cumbre de líderes, con lo que el pago se paralizará hasta que lo hayan abordado.
El BCE, acuerdo ambicioso
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, advirtió más temprano que no se debía alcanzar un acuerdo para el fondo de recuperación a cualquier precio. “Lo ideal sería que el acuerdo de los líderes fuera ambicioso en términos de tamaño y composición del paquete. Aunque lleve un poco más de tiempo”, dijo.
Los comentarios de Lagarde sugirieron que estaba tranquila respecto a la posibilidad de una reacción adversa en los mercados financieros si la cumbre fracasaba. Especialmente porque el BCE cuenta con un programa de recompra de deuda pública de más de 1 billón de euros.
“Los mercados están en compás de espera”, dijo David Madden, analista de CMC Markets en Londres a Reuters. “Ahora habrá un mayor porcentaje de préstamos y un menor porcentaje de las subvenciones que repartir y pondrá más presión en las economías fuertemente endeudadas”.