Educar nunca ha sido un proceso sencillo. En los tiempos que corren se ha vuelto más complejo con el aluvión de cambios generados por la irrupción de las nuevas tecnologías. La digitalización se abrazó como el salto exponencial que hacía falta. Pero los preocupantes resultados han hecho saltar las alarmas. La respuesta: libros y cuadernos de papel están de regreso en las escuelas.
Los dispositivos digitales, la internet, las redes sociales y ahora la inteligencia artificial han generado un intenso debate sobre la pertinencia de su uso en las aulas. La transición hacia la digitalización en la educación no ha estado exenta de desafíos. Uno de los principales obstáculos es la brecha digital. Que crea desigualdades en el aprendizaje debido a que no todos los estudiantes tienen acceso a Internet y a dispositivos digitales.
Además, la implementación de herramientas digitales en la educación requiere que tanto los profesores como personal educativo estén al día con las competencias digitales y organizativas. Aunque algunas investigaciones han demostrado que la digitalización puede mejorar las habilidades digitales de los estudiantes, también detectaron que tiene un impacto negativo en la atención y la concentración. Lo que afecta los resultados académicos. Hay profesores y centros educativos que tienen dudas sobre los beneficios de la digitalización para el aprendizaje.
Aprendizaje infantil
El desarrollo cognitivo en la niñez es un proceso mental fundamental, ya que ayuda a entender y manejarse en el entorno. Los niños toman conciencia de su aprendizaje al desarrollar habilidades como la memoria, lenguaje, percepción y resolución de problemas. Este mecanismo de comprensión es esencial, pues permite interactuar con la realidad de forma adecuada. Fallos en el procesamiento cognitivo pueden causar distorsiones.
Según Jean Piaget cada individuo procesa la información de modo diverso y percibe acciones de manera particular. El reconocido pedagogo dividió las etapas del aprendizaje en sensoriomotriz (exploración de 0-2 años), preoperacional (símbolos y lenguaje a los 2-7), razonamiento lógico (parecido al adulto a los 7-11) y abstracto (a partir de 12 años).
Piaget decía que los puntos más importantes dentro de las funciones cognitivas a partir de las cuales es posible la creación del conocimiento son memoria (almacén de experiencias), atención (selección de estímulos), lenguaje (comunicación), percepción (organización sensoria) e inteligencia (procesamiento de metas y pensamiento).
La irrupción de la digitalización en los procesos educativos es muy reciente, pero al parecer estaría impactando negativamente en las funciones cognitivas. Especialmente en la memoria, la atención y el lenguaje. Esenciales para el desarrollo de la percepción y la inteligencia.
Suecia marca la pauta
En un giro sorprendente hacia la tradición, Suecia decidió dar un paso atrás en la era digital y volver a los libros de texto en las aulas. El gobierno puso en pausa su plan de digitalización educativa. Optando por una inversión significativa en materiales de lectura físicos. Decisión que se basa en la creciente preocupación por la disminución de las habilidades de lectura entre los estudiantes. Y el deseo de reforzar habilidades fundamentales como lectura, escritura y matemáticas.
El país está poniendo un mayor énfasis en los métodos analógicos, como los libros físicos y la escritura manual. La ministra de Educación, Lotta Edholm, decidió abandonar la estrategia de aprendizaje digital presentada en 2022 por la Agencia Nacional de Educación Escolar. Edholm ya había expresado sus reservas sobre la digitalización en las escuelas, describiéndola como un “experimento” y cuestionando la actitud acrítica que considera la digitalización como algo inherentemente bueno.
Cuando los niños suecos volvieron a la escuela, los profesores pusieron un nuevo énfasis en los libros impresos, la lectura en silencio y la escritura a mano. Dedicando menos tiempo a las tabletas y a la investigación independiente en Internet. El cambio hacia métodos de enseñanza más tradicionales es una respuesta a las críticas de políticos y expertos que cuestionan si la estrategia de digitalización intensiva del país ha llevado a un declive en las habilidades básicas. La ministro anunció que se está considerando la posibilidad de abandonar completamente el aprendizaje digital para los niños menores de seis años.
“Los alumnos suecos necesitan más libros de texto.Los libros físicos son importantes para el aprendizaje de los alumnos”.
Lotta Edholm, Ministro de Educación de Suecia
Retrocede la comprensión lectora
A pesar de que los estudiantes suecos superan la media europea en habilidades de lectura, el Estudio Internacional para el Progreso de la Comprensión Lectora (PIRLS), detectó una disminución en la comprensión lectora en los niños suecos de cuarto grado entre 2016 y 2021. El PIRLS es una iniciativa de la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo (AIE). Mide las habilidades lectoras y las tendencias de aprendizaje de cerca de 400.000 estudiantes de cuarto grado. Es decir, niños de nueve a diez años, en escuelas de 57 países alrededor del mundo.
En 2021, los estudiantes suecos obtuvieron una puntuación media de 544. Una disminución desde la puntuación media de 555 en 2016. Esta puntuación aún colocó a Suecia en un empate con Taiwán en el séptimo lugar en la clasificación general. En comparación, Singapur, que lideraba la lista, mejoró su puntuación de 576 a 587 durante ese mismo período. Mientras que la puntuación media en Inglaterra cayó ligeramente, de 559 en 2016 a 558 en 2021.
Algunas dificultades de aprendizaje podrían ser el resultado de la pandemia del coronavirus o reflejar un aumento en el número de estudiantes inmigrantes que no tienen el sueco como primera lengua. Sin embargo, según los expertos en educación, el uso excesivo de pantallas en las aulas podría hacer que los jóvenes se queden atrás en materias básicas. El Instituto Karolinska de Suecia, una respetada facultad de medicina centrada en la investigación, indicó en un comunicado que hay evidencia científica clara de que las herramientas digitales obstaculizan, en lugar de impulsar, el aprendizaje de los estudiantes.
“Creemos que el enfoque debería volver a adquirir conocimientos a través de libros de texto impresos y la experiencia de los docentes. En lugar de adquirir conocimientos principalmente de fuentes digitales de libre acceso cuya precisión no ha sido examinada”.
Instituto Karolinska
Debate abierto
La ministra solicitó informes a más de 60 expertos sobre la digitalización de las aulas. Entre ellos el Instituto Karolinska, uno de los principales centros educativos universitarios del mundo y referente en el campo de neurociencia. Todas las organizaciones consultadas llegaron a la misma conclusión: “Toda la investigación del cerebro en niños muestra que no se benefician de la enseñanza basada en pantallas”.
Aunque Suecia no tiene datos específicos sobre cuánto tiempo pasan los estudiantes frente a las pantallas en la escuela, los docentes consideran que la pantalla es una herramienta más en el aula. Pär Thunvnik, director de una escuela infantil en Estocolmo, la capital de Suecia sostiene que las tabletas permiten a los docentes enseñar a los niños sobre programación y el control humano sobre los robots. Defiende que en la escuela se promueve un uso activo de las pantallas para que los estudiantes produzcan contenido.
El uso de las pantallas varía considerablemente de una escuela a otra. Depende del criterio de cada centro y del profesorado. Annette Sundqvist, investigadora en neurociencia pediátrica, argumenta que aunque se puede observar que los niños aprenden peor con los medios digitales, depende en gran medida de los profesores y de los contenidos.
Tendencia creciente
La rápida adopción de herramientas de aprendizaje digital también ha despertado preocupación en la UNESCO, la agencia de educación y cultura de las Naciones Unidas. En un informe publicado recientemente hizo un llamado urgente para el uso apropiado de la tecnología en la educación. Advierte que la tecnología debe implementarse de manera que nunca reemplace la instrucción en persona dirigida por el profesor que respalde el objetivo común de una educación de calidad para todos.
El uso de internet y las nuevas tecnologías en la educación es un tema muy debatido en toda Europa y otras partes de Occidente. En un intento de hacer al país más competitivo en tecnología, Polonia acaba de lanzar un programa para proporcionar un portátil a cada estudiante, financiado por el gobierno, a partir de cuarto grado.
Alemania, uno de los países más ricos de Europa, es conocida por su lentitud en digitalizar los programas gubernamentales e información de todo tipo, incluyendo la educación. El estado de la digitalización en las escuelas varía en función de los 16 estados del país, que son responsables de su propio currículo.
En Estados Unidos, el coronavirus llevó a las escuelas públicas a proporcionar millones de portátiles comprados con fondos federales de ayuda para la pandemia a estudiantes de primaria y secundaria. Pese a lo cual persiste la brecha digital. Lo que lleva a las escuelas estadounidenses a utilizar libros de texto, tanto impresos como digitales.
España 7 puntos abajo
En el informe PIRLS, España obtuvo un resultado inferior al de Suecia. Los estudiantes españoles lograron 521 puntos, 7 menos que en 2016. Situándola por debajo de la media de los países de la OCDE en comprensión lectora. A 7 puntos del promedio de la Unión Europea. Muy lejos de los primeros puestos.
Desde 2006, España participa en el PIRLS. De acuerdo con los datos de 2021, con una disminución de siete puntos respecto al informe de 2016, ocupa el vigésimo tercer lugar. Un nivel intermedio según el marco de rendimiento establecido. Desde la perspectiva regional, de las nueve comunidades y ciudades autónomas que el PIRLS evalúa, Asturias se destacó como la primera, con una puntuación de 550, superando la media nacional.
En España las comunidades autónomas establecen las directrices para desarrollar habilidades digitales en educación básica, siguiendo las pautas nacionales orientadas a reducir la brecha digital y potenciar el aprendizaje con tecnologías. La legislación educativa espera que al terminar la primaria los alumnos sepan: buscar información en internet de forma guiada, elaborar contenidos digitales, utilizar plataformas escolares, conocer riesgos tecnológicos y resolver problemas básicos en la red.
44% reticentes
En diciembre de 2022, Educación Conectada presentó los resultados del estudio que analizó las oportunidades y retos de la educación digital desde la perspectiva de los centros educativos en España. Encontró que, si bien el 53,6% de colegios apoyaba avanzar en la transformación digital de las aulas, un 44% se mostraba reticente. El 32,7% no lo veía claro y un 11,8% se oponía de manera tajante. A los críticos les preocupaba particularmente el impacto en los resultados académicos.
También indagó en los desafíos que enfrentan para implementar la digitalización. Como cuestiones de equipamiento, conectividad y competencias digitales de la comunidad educativa. Una conclusión clave fue que, según los directivos, la falta de tiempo del profesorado (70,9%) y la baja competencia digital de las familias (61,8%) son los problemas que más dificultan incorporar las TIC en la enseñanza-aprendizaje. A esto se suma la percepción mayoritaria (51,8%) de que el profesorado posee competencias digitales insuficientes.
Lo que explica el trasfondo del debate que existe sobre la digitalización de las aulas. Para muestra el caso del prestigioso Instituto Pintor Antonio López de Tres Cantos, en Madrid. Hace tres años, decidió abandonar los libros de texto, pero anunció el fin de este enfoque y eliminó las tablets en el aula. Todos los alumnos volvieron a los libros de papel.
Tras analizar año tras año los resultados en todas las materias y niveles, el instituto llegó a la conclusión de que “los problemas ocasionados por el formato digital superaron sus ventajas”. Entre los padres hubo opiniones encontradas: quienes veían necesario adaptarse a las tecnologías versus quienes afirmaban que a sus hijos les costaba más trabajo aprender de forma digital. Aunque reconocían la comodidad de las tablets “porque no tenían que cargar con el peso de los libros”.
Beneficios y perjuicios
Cada vez son más los colegios e institutos españoles que optan por abandonar las tablets y recuperar los libros de texto. La doctora Teresa Sánchez, de la Universidad Internacional de La Rioja, señala que los dispositivos digitales en el aula tienen ventajas y desventajas. Por un lado, facilitan un acceso casi ilimitado a recursos educativos de forma rápida y económica. Lo cual beneficia la adquisición de conocimientos de manera más eficiente.
Pero la constante exposición a pantallas afecta la capacidad de atención y concentración. Dificultando la lectura profunda y comprensión de textos. Según Sánchez, esta es una razón por la que Suecia suspendió su plan de digitalización escolar, pues la tecnología no siempre ayuda a captar mejor la atención de los niños. Sánchez sugiere combinar métodos tradicionales con lo digital, para que los estudiantes se desenvuelvan con libros y dispositivos.
El profesor en la Universidad Complutense de Madrid, Guillermo Fouce, coincide con Sánchez en la necesidad de integrar la tecnología de forma complementaria, no absoluta, y enseñar su uso responsable para evitar adicciones y riesgos. Además de potenciar el aprendizaje, los retos actuales incluyen regular el uso de inteligencia artificial en el aula y prevenir su mal uso para obtener ventajas indebidas.
Evitar los extremos
Posturas extremas respecto al uso de la tecnología, como las implementadas recientemente por Suecia preocupan a Héctor Gardó, director de Equidad Digital de la Fundación Bofill. Critica que en materia educativa se den alternancias bruscas. Entre apostar de lleno por la digitalización en las aulas y, ante los temores que esto pueda generar, retroceder completamente. Retirando la tecnología e incluso volviendo a formatos análogos.
Esta inestabilidad en las políticas -señala Gardó- genera tensión dentro de la comunidad educativa que integran docentes, familias y especialmente estudiantes. Lamenta la falta de un debate sosegado que permita definir de manera consensuada cuál debe ser el rol de la tecnología en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Defiende la necesidad de un uso equilibrado y matizado de las herramientas digitales. Opción que considera no solo deseable sino también inevitable a largo plazo.
Para Gardó, no es viable concebir escuelas completamente ajenas a la tecnología, pero tampoco aquellas donde priman de forma exclusiva. Plantea como reto construir modelos educativos que integren de manera armónica lo analógico y lo digital. Aprovechando de forma responsable y crítica las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías.
Hábitos de lectura
Si bien hay estudios que revelan que la lectura digital ofrece menores beneficios que la lectura en papel, culpar a la tecnología de la falta de hábitos de lectura en los niños sería un análisis simplista. Expertos como Gardó y Jordi Adell Segura, doctor en Ciencias de la Educación, advierten sobre esta visión reduccionista. Señalan que antes que apuntar el dedo a las pantallas, debemos indagar en factores educativos y contextuales que influyen decisivamente en el fomento de la lectura.
Gardó llama la atención sobre la carencia de bibliotecas escolares, cuyos bajos resultados lectores no pueden achacarse únicamente a las herramientas digitales. Propone centrarse en entornos vulnerables donde la escuela y familia no impulsan la lectura. Para Adell, lo relevante no es la tecnología en sí misma, sino su integración pedagógica. Si las TIC se usan para presentar contenidos sin estimular procesos cognitivos, los resultados serán similares a métodos tradicionales. Aboga por actividades lectivas acordes a posibilidades innovadoras.
Más que dictaminar si las pantallas perjudican la lectura infantil, los expertos convocan a explorar los factores educativos, sociales y de uso pedagógico de esas herramientas. Promover la lectura implica crear contextos escolares y familiares propicios, con metodologías que maximicen potencial de medios disponibles.
El valor del papel
Es cierto que el funcionamiento cerebral varía cuando los procesos de lectoescritura se realizan en papel o en digital. La lectoescritura en papel enriquece el aprendizaje de un contenido nuevo, ayuda a memorizar y a mejorar la corrección lingüística. En cambio, los materiales audiovisuales, más consumidos actualmente en dispositivos electrónicos, configuran nuestro cerebro hacia contenidos en constante cambio.
Además, tienen más potencial adictivo al combinar gran cantidad de estimulación simultánea a través de sonidos, movimiento, colores, etc. Lo que no entrena los procesos de atención sostenida y repercuten en una menor capacidad de atención y recuperación libre de los contenidos aprendidos.
A juicio de los expertos el uso de pantallas en clase puede reforzar las redes del cerebro que necesitan estar continuamente conectadas, incluso en casa. No podemos dejar de convivir con la tecnología, pero debe usarse para añadir valor. No para hacer cosas que los humanos ya hacemos muy bien y debemos seguir haciendo. Por ejemplo, no puede sustituir la visión crítica humana, aunque puede ayudarnos a hacer un rápido resumen de una gran cantidad de información.
Lo que se pierde
Según los académicos y docentes no hace falta ningún informe PISA para ver cómo el nivel de expresión oral y escrita está descendiendo. La consecuencia más notoria se percibe a nivel comunicativo: a los estudiantes les cuesta entender y expresar ideas. También se ha perdido capacidad de atención.
Los académicos se quejan de que los estudiantes llegan a la Universidad con dificultades en expresión oral y escrita. Lo que significa que el nivel cultural está cayendo de manera dramática. El más reciente Informe Pisa indica también que los alumnos españoles tienen, en relación con los anteriores informes, un manejo cada vez más pobre en sus habilidades lingüísticas.
El preocupante ritmo al que disminuye el bagaje de cultura general en los alumnos, generación tras generación, lo recienten los docentes. Sin cultura general, el ciudadano se vuelve, inevitablemente, más manipulable. Para los expertos la conclusión es simple: tiene que haber un equilibrio entre lo digital y los libros de texto.
Otro reto
En el ámbito global los educadores se enfrentan además a la inteligencia artificial. Desde que apareció esta herramienta, el mundo educativo vive una auténtica revolución y tanto centros educativos como profesores tratan de adaptar la formación a esta herramienta, para que se convierta en un aliado educativo y no en una trampa más para pasar de curso sin estudiar.
OpenAI reveló que los detectores de IA, que los profesores pueden utilizar para medir la cantidad de una tarea escrita por humanos, no funcionan. En universidades de EE UU y Canadá, se está apostando por volver a los exámenes orales o a las pruebas escritas a mano para evitar trabajos y pruebas respondidas por sistemas de inteligencia artificial generativa como ChatGPT.
Las escuelas públicas de Nueva York prohibieron el uso de ChatGPT por temor a que los estudiantes lo usen para hacer trampa, aunque luego revocaron la medida. No significa que Suecia, al optar por desconectar a sus estudiantes, les impida usar esas herramientas que usan inteligencia artificial en casa o en el futuro, aunque enfatizan la importancia de la resolución manual de problemas.
Mirar atrás para ver hacia adelante
Lo cierto es que los jóvenes suecos en el presente año escolar se reencontraron con los libros de papel. En los videos que circulan en las redes muestran su sorpresa al descubrir referencias más amplias. Y, especialmente, el placer de tocar y olfatear un libro nuevo. Para las generaciones precedentes, la educación era más holística. El proceso de aprendizaje estaba reforzado por la experiencia sicomotriz de escribir con lápiz o pluma en un papel. Para los expertos se activaba la memoria kinéstésica, la gran abandonada en el mundo digital, cuyos recuerdos se almacenan en la memoria visual y auditiva.
El vértigo con el que avanzan las nuevas tecnologías, coloca a padres y docentes en una encrucijada para la que aún no hay respuesta. Es temprano para conocer a ciencia cierta el impacto real que tendrán en nuestra capacidad de aprender y educar a las nuevas generaciones.
Por lo pronto prohibir el celular en el aula mejora el ambiente educativo al concentrar la atención de los alumnos. Mientras que reabrir las hojas de un libro y recuperar el valor de silencio, parecieran dar una merecida pausa a las sobreestimuladas neuronas de los jóvenes cerebros de los alumnos. A veces hay que mirar al pasado para avanzar. Por paradójico que parezca el regreso de libros y cuadernos a la escuela puede ser un paso adelante.