La condena de dos periodistas de Reuters a siete años de prisión fue calificada este martes como un “duro” golpe contra la libertad de expresión.
Varios medios de Myanmar y decenas de grupos de la sociedad civil en el mundo rechazaron el encarcelamiento bajo la Ley de Secretos Oficiales
El periódico de propiedad privada 7 Day Daily, uno de los más leídos de Myanmar, mostró un bloque negro en su página principal con un editorial titulado «Un día triste para Myanmar».
Señaló dijo que las sentencias «terminan con la esperanza de que el Gobierno actual valore y respete la libertad de los medios«.
El Gobierno se había ganado una reputación de opresión a los medios, como lo habían hecho los gobiernos militares anteriores, agregó.
«Todos deben ser conscientes de que la democracia no sobrevivirá en una era oscura de la información», dijo el periódico.
Polémico caso
Un tribunal declaró culpables a los dos periodistas el lunes en un polémico caso que puso en duda los avances democráticos en la nación del sudeste asiático, gobernada por una junta militar hasta el 2011.
Wa Lone, de 32 años, y Kyaw Soe Oo, de 28, estaban investigando el asesinato de aldeanos de la minoría musulmana rohinyá por parte de las fuerzas de seguridad y civiles cuando fueron arrestados en diciembre. Se habían declarado inocentes.
https://youtu.be/LR2-uOO_ilg
Myanmar abolió la censura directa de los medios en 2012, como parte de las reformas realizadas antes de las elecciones de 2015, ganadas por el partido de la premio Nobel Aung San Suu Kyi, reseñó Reuters.
No obstante este martes medios señalaron que la condena era un ataque al derecho a la libertad de información, a la libertad de expresión.
No se pudo contactar con el portavoz del gobierno, Zaw Htay, para que comentara el veredicto ni el lunes ni el martes.
Gobierno: Algunas leyes “no eran amistosas”
El viceministro de Información, Aung Hla Tun, rechazó la sugerencia de que el veredicto fuera un golpe a la libertad de expresión, pero reconoció que algunas leyes «no eran amistosas» con los medios, incluida la Ley de Secretos Oficiales.
«Esta legislación no fue promulgada por este gobierno, la heredamos», dijo a Reuters.
«Estamos tratando de revisar las leyes. Algunas serán abolidas, si es necesario, y otras enmendadas», agregó.
Kyaw Zwa Moe, de la revista online de noticias Irrawaddy, dijo que Suu Kyi y el presidente Win Myint tenían que entender que el caso trataba sobre el derecho del pueblo a saber.
«No hay nada de malo en lo que hicieron estos reporteros de Reuters en particular”, escribió Kyaw Zwa Moe, que fue prisionero político durante el régimen militar.
Escribió que como cualquier periodista, simplemente estaban haciendo su trabajo al intentar recopilar información para descubrir la verdad».
El Myanmar Times, de propiedad privada, mostraba una fotografía de Kyaw Soe Oo en primera página, en blanco y negro, esposado y rodeado por periodistas mientras abandonaba el tribunal, diciendo que el veredicto era un «golpe a la libertad de prensa«.
El periódico estatal Global New Light de Myanmar informó sobre los hechos del veredicto en cuatro párrafos en una página interior. No mencionó ninguna crítica al fallo, pero señaló que la defensa podría apelar.
Trampa montada
La condena de los reporteros se produce en medio de la creciente ofensiva sobre el gobierno por la represión contra los rohinyá en el estado de Rakhine, en el oeste de Myanmar. La represión se desató tras ataques de los insurgentes rohinyá contra las fuerzas de seguridad en agosto de 2017.
Una misión de determinación de los hechos enviada por la ONU dijo la semana pasada que las fuerzas armadas de Myanmar llevaron a cabo asesinatos masivos y violaciones colectivas de rohinyá con «intención genocida».
La ONU pidió que se enjuicie a los principales generales y Myanmar rechazó las conclusiones de la misión.
Según las agencias de la ONU, más de 700.000 musulmanes rohinyá huyeron a Bangladés desde que se inició la represión.
Los dos reporteros le dijeron a la corte que dos oficiales de policía les entregaron papeles en un restaurante en la ciudad de Yangón momentos antes de que otros oficiales los arrestaran el 12 de diciembre.
Un testigo de la policía declaró que la reunión del restaurante era una trampa para atrapar a los periodistas, que en ese momento estaban informando sobre la masacre de 10 musulmanes rohinyá en el estado de Rakhine.
El juez dijo el lunes que el testimonio no fue corroborado por otros testigos.
Durante las sesiones del juicio, un oficial de policía también le había dicho al tribunal que había quemado notas que hizo en el momento del arresto de los periodistas, pero no explicó por qué.
Varios testigos de la fiscalía contradijeron la versión policial de dónde ocurrieron los arrestos.
Un oficial de policía admitió que la información «secreta» supuestamente encontrada en posesión de los reporteros no era en realidad un secreto.
Durante el proceso, Zaw Htay, portavoz del gobierno, apenas ha atendido a peticiones de comentarios al respecto.
Contra la libertad de expresión
Setenta y seis grupos de la sociedad civil dijeron en un mensaje conjunto en Twitter que el juicio «no fue ni libre ni justo y sí completamente manipulado».
«Lo interpretamos como una ofensiva contra el derecho de acceso a la información y la libertad de los medios”, dijeron los grupos en la declaración en inglés.
Más adelante agregaron que se trató de “ un gesto opresivo sobre todas las personas afectadas de Myanmar que aspiran a construir una sociedad caracterizada por el estado de derecho, la responsabilidad, la libertad y la justicia».
Naciones Unidas, muchos gobiernos occidentales, incluidos Estados Unidos, Reino Unido y Francia, y organizaciones internacionales condenaron la decisión.
Apenas conocerse el veredicto, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dijo estar conmocionada por la condena.
Calificó el proceso como una “farsa a la justicia”.
Dijo que la condena a dos periodistas “se produce tras un proceso legal que claramente incumplió estándares internacionales“.
“Envía un mensaje a todos los periodistas en Myanmar de que no pueden trabajar sin temor, sino que, por el contrario, deben elegir entre la autocensura o ponerse en riesgo”, agregó.
Varios diplomáticos dijeron que plantearon preguntas sobre la transición de Myanmar hacia la democracia después de casi 50 años de duros gobiernos militares, y sobre el compromiso con los derechos humanos del Gobierno liderado por Suu Kyi.
El ministro de información en la administración semicivil, que gobernó hasta la victoria electoral de Suu Kyi, dijo que el veredicto dañaría la reputación del gobierno.
«Si arrestas y castigas a los periodistas que están haciendo su trabajo en Rakhine, significa que tienes algo que ocultar», dijo a Reuters Ye Htut, quien también fue portavoz presidencial en la administración anterior.
Ye Htut, ahora miembro visitante del Instituto de Estudios del Sudeste Asiático en Singapur, dijo que fue criticado en Myanmar por una publicación en Facebook que comparaba el enjuiciamiento de los periodistas con eventos en la Alemania nazi.
«La gente intentó mirar para otro lado, fingir que no pasaba nada», dijo.
Agregó que «si comienzas a tratar de ocultar una cosa, eso te llevará a otra».
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