Con un saldo creciente de casos de dengue en América Central, América del Sur y el Caribe, la organización World Mosquito Program (WMP) anunció un plan para reducir la propagación de la enfermedad que se transmite por la picadura de un mosquito infectado. El plan consiste en liberar hasta 5.000 millones de mosquitos modificados durante los próximos 10 años.
El propósito es proteger hasta 70 millones de personas de enfermedades como el dengue y la chikungunya, susbraya la entidad sin fines de lucro.
Los datos de la OMS indican que el total de casos presuntos y confirmados de arbovirosis detectados en la Región de las Américas durante 2022 ascendió a 3.123.752. De ellos, 2.809.818 (90%) fueron casos de dengue y 273.685 (9%) casos de chikungunya. Unas cifras representan un aumento proporcional de cerca de 119% en comparación con 2021.
Del total de casos de dengue en 2022, fallecieron, casi el triple de decesos que en 2021, cuando se registraron 437 muertes. Sus síntomas son fiebre alta, náuseas, vómitos, sarpullido y dolor en los músculos y las articulaciones. En los casos más graves puede haber hemorragia profusa y un shock, que pueden llevar a la muerte.
Los investigadores han probado los efectos de la liberación de este tipo de mosquito, que porta una bacteria Wolbachia y evita que el insecto transmita el virus. Este hallazgo lo aplicarán a gran escala con la liberación de hasta 5.000 millones de mosquitos modificados en ciudades seleccionadas de Australia, Brasil, Colombia, Indonesia y Vietnam, reseñó la revista Nature.
Para producir este volumen de insectos se va a construir una fábrica de mosquitos en Brasil, en colaboración con la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz). Una institución científica pública brasileña de Río de Janeiro.
Mosquitos modificados al ataque
La fábrica de mosquitos se construirá en un lugar aún por determinar en Brasil para abastecer la ambiciosa iniciativa de WMP. La instalación debería comenzar a operar en 2024 y se estima que produzca hasta 5.000 millones de mosquitos por año.
«Esta será la instalación más grande del mundo» para producir mosquitos infectados con Wolbachia, dice Scott O’Neill. Microbiólogo de la Universidad de Monash en Melbourne, Australia, y director de WMP. “Y nos permitirá en un corto período cubrir a más personas que en cualquier otro país”. Brasil tiene una de las tasas más altas de infección por dengue.
A pesar de los resultados positivos de las liberaciones de mosquitos anteriores, los investigadores esperan que sea un desafío operar la tecnología a una escala tan masiva.
La bacteria Wolbachia pipientis infecta naturalmente a aproximadamente la mitad de todas las especies de insectos. Sin embargo, los mosquitos Aedes aegypti, que transmiten el dengue, el zika, el chikungunya y otros virus, normalmente no portan la bacteria. O’Neill y sus colegas desarrollaron los mosquitos modificados después de descubrir que los Aedes aegypti infectados con Wolbachia tienen muchas menos probabilidades de propagar la enfermedad. La bacteria supera a los virus que porta el insecto.
Cuando los mosquitos modificados se liberan en áreas infestadas con A. aegypti silvestre, propagan lentamente la bacteria a la población de mosquitos silvestres. ¿En qué consisten los mosquitos modificados?
Se trata de mosquitos macho, OX5034 Aedes aegypti, creados por la empresa de biotecnología Oxitec. Han sido modificados para portar genes que matan a las hembras, que son precisamente las que pican y transmiten enfermedades. La diferencia entre un mosquito normal y uno alterado genéticamente no se puede detectar a simple vista.
A mayor escala, mayor desafío
Pero el resultado de la modificación es aplastante: los machos han sido modificados genéticamente para expresar la proteína tTAV-OX5034. Dicha proteína se transmitirá y matará a la descendencia femenina, que es responsable de picar e infectar a las personas con enfermedades.
Varios estudios han demostrado el éxito de los insectos. El más completo, un ensayo aleatorizado y controlado en Yogyakarta, Indonesia, mostró que la tecnología podría reducir la incidencia del dengue en un 77 %. Y fue recibido con entusiasmo por los epidemiólogos.
En Brasil, donde hasta ahora se han probado los mosquitos modificados en cinco ciudades, los resultados han sido más modestos. En Niterói, la intervención se asoció con una disminución del 69% de los casos de dengue.Y en Río de Janeiro, la reducción fue del 38%3.
La variación podría tener que ver con las diferencias ambientales entre las ciudades. Por ejemplo, en áreas con una mayor población de mosquitos salvajes, la Wolbachia podría tardar más en propagarse. Pero el contexto social también es importante. En Río de Janeiro, los recrudecimientos de la violencia dificultaron el despliegue en algunos barrios.
“Si bien hemos trabajado muy de cerca con las personas en esas comunidades, puede ser un trabajo lento generar confianza y poder poner en práctica los planes”, indica O’Neill.
Anticipa que este será un desafío importante a medida que el proyecto se expande. “Estamos interesados en investigar cómo podemos distribuir mosquitos en las comunidades de manera automatizada que nos permita cubrir el terreno más rápidamente”, dice. El WMP está probando métodos de dispersión de mosquitos utilizando drones, motos y automóviles.
Mientras tanto, se está realizando un gran estudio aleatorio y controlado en Belo Horizonte, Brasil, para comparar la incidencia del dengue en áreas que reciben mosquitos infectados con Wolbachia con la de otras áreas.
Limitaciones y reservas del método
Los estudios anteriores en Niterói y Río de Janeiro no se llevaron a cabo de la misma manera. No inscribieron a los participantes y, en cambio, utilizaron datos de salud de una base de datos nacional. “Tenemos buenos indicios de que los mosquitos modificados WMP son una herramienta eficiente. Pero esto debe demostrarse sin lugar a dudas”, dice Maurício Nogueira, microbiólogo de la Facultad de Medicina de São José do Rio Preto en Brasil. Y uno de los investigadores involucrados en el estudio.
Los mosquitos infectados con Wolbachia ya han sido aprobados por las agencias reguladoras brasileñas. Pero la tecnología aún no ha sido respaldada oficialmente por la Organización Mundial de la Salud. Esto podría ser un obstáculo para su uso en otros países. El Grupo Asesor de Control de Vectores de la OMS ha estado evaluando los mosquitos modificados. Y una discusión sobre la tecnología está en la agenda para la próxima reunión del grupo a finales de este mes.
A pesar del éxito de los mosquitos, Luciano Moreira, científico principal de Fiocruz y uno de los colaboradores de WMP en Brasil, advierte que los gobiernos no deben abandonar otras medidas de salud pública. Como las vacunas contra el dengue. “El método Wolbachia es complementario. Y deberíamos trabajar con métodos integrados para controlar el dengue, el zika y el chikungunya”, dice. “Esto no es una panacea”.