La empresa británica de biotecnología Oxitec diseñó mosquitos modificados genéticamente y los lanzó al aire libre en Estados Unidos a pesar del rechazo de los residentes. El experimento comenzó esta semana en los Cayos de Florida y experimenta un método para suprimir las poblaciones de mosquitos Aedes aegypti silvestres. Un especie transmiten enfermedades como el paludismo, el zika, el dengue, la chikungunya y la fiebre amarilla.
Después de una década de intentos por lograr la aprobación regulatoria y la aceptación pública, se hizo efectivo el comienzo del ensayo en Florida. Antes se llevaron insectos modificados genéticamente a Brasil, Panamá, islas Caimán y Malasia.
Señala la empresa que no se había probado con mosquitos transgénicos en Estados Unidos a pesar de que antes permitió las pruebas de polillas transgénicas en Nueva York. También un gusano rosado diseñado en Arizona, ambos desarrollados por Oxitec.
“Cuando surge algo nuevo y revolucionario, la reacción inmediata de mucha gente es esperar”, dice Anthony James, uno de los autores del estudio. Es biólogo molecular especializado en mosquitos modificados por bioingeniería en la Universidad de California, Irvine.
Mosquitos modificados genéticamente, polillas y gusanos
La controvertida propuesta de lograr mosquitos modificados genéticamente tuvo resistencia por parte de grupos diversos en Florida. El Aedes aegypti constituye aproximadamente el 4% de la población de mosquitos en los cayos, una cadena de islas tropicales en el extremo sur de Florida. Pero es responsable de prácticamente todas las enfermedades transmitidas a los humanos en la región. El Distrito de Control de Mosquitos de los Cayos de Florida trabaja con Oxitec en el proyecto.
Los investigadores están liberando mosquitos Aedes aegypti machos que no pican, modificados por bioingeniería. El propósito es que se apareen con la población de hembras silvestres, responsables de picar presas y transmitir enfermedades. Los machos modificados genéticamente portan un gen que pasa a su descendencia y mata a la descendencia femenina en las primeras etapas larvarias.
El estudio publicado en la revista Nature indica que los descendientes masculinos no morirán, sino que se convertirán en portadores del gen. Y lo pasarán a las generaciones futuras. A medida que mueran más hembras, la población de Aedes aegypti disminuirá.
Crecientes casos de dengue y zika en los cayos
En 2010, el Distrito de Control se acercó a Oxitec para confiarle el aumento de enfermedades transmitidas por mosquitos. En 2009, el estado comenzó a ver casos de dengue y, años más tarde, de zika transmitidos localmente.
Hace unos días, los investigadores del proyecto colocaron cajas que contenían huevos de mosquitos de Oxitec en los Cayos. Se espera que los primeros machos emerjan dentro de las 2 primeras semanas de mayo. Aproximadamente 12.000 machos saldrán de las cajas cada semana durante las próximas 12 semanas.
En una segunda fase a finales año, destinada a recopilar aún más datos, aparecerán casi 20 millones de mosquitos en unas 16 semanas.
Sostiene la empresa que los mosquitos modificados genéticamente son una alternativa a los insecticidas, que se utilizan en Estados Unidos para controlar las poblaciones de insectos y y que han generado de mosquitos resistentes a los insecticidas.
Resistencia al impacto ambiental en la región
Para monitorear el progreso del ensayo con mosquitos modificados genéticamente, los investigadores utilizarán dispositivos de captura. Medirán qué tan lejos viajan los machos de las cajas, cuánto tiempo viven, con qué eficacia aplastan la población de mosquitos hembras silvestres. Y si todas las hembras con el gen mueren.
Los mosquitos Oxitec portan un gen marcador fluorescente que los hace brillar cuando se exponen a un color de luz específico, lo que facilita la identificación.
La firma de biotecnología planea presentar los resultados a la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos , que dio luz verde a la prueba. Los datos ayudarán a la agencia a determinar si Oxitec puede liberar a los mosquitos de manera más amplia. La empresa todavía los está probando en Brasil y otros países.
La oposición al ensayo de campo de Florida ha sido feroz por parte de algunos residentes de los cayos. Unos preocupados por ser picados por los mosquitos y otros porque insectos interrumpan el ecosistema del Estado. Además, algunos descontentos por haber sido elegidos como un sitio de prueba han amenazado con descarrilar los experimentos rociando insecticidas cerca de los puntos de liberación.
«Como puedes imaginar, las emociones son intensas y hay personas que se sienten realmente a favor o en contra», dice la bióloga molecular Natalie Kofler. «Puedo ver cómo, si no está de acuerdo con esto, podría ser realmente preocupante que se liberen mosquitos en su vecindario».
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