La doctora Li-Meng Yan, la viróloga china que huyó de su país después de estudiar el brote temprano de COVID-19, publicó un amplio informe en el que afirma que el coronavirus muy probablemente provino de un laboratorio. La científica escribió que piensa que la enfermedad podría haber sido «creada convenientemente» durante un período de seis meses. El «SARS-CoV-2 muestra características biológicas que son inconsistentes con un virus zoonótico natural», afirma.
La investigadora se ha escondido en Estados Unidos después de afirmar que las el Gobierno de China sabía sobre el coronavirus mucho antes de que se informaran oficialmente los primeros casos en Wuhan en diciembre pasado. Ahora acaba de publicar, con su equipo de trabajo, un documento de 26 páginas en el que expone su teoría de que la pandemia no es de origen natural.
Dirigido a los humanos
El informe dice que «la secuencia del genoma del SARS-CoV-2 probablemente ha sido sometida a ingeniería genética,» a través de la cual el virus «ha ganado la capacidad de atacar a los humanos con mayor virulencia e infectividad«.
También afirma que el nuevo coronavirus ha sido adaptado por el ejército chino a partir de coronavirus naturales ya identificados en murciélagos. La investigación sigue “tres líneas de evidencia” que, según Li-Meng Yan y su equipo demuestran que la COVID-19 es una creación de laboratorio:
- La secuencia genómica del SARS-CoV-2 es «sospechosamente similar» a la de un coronavirus de murciélago descubierto por dos laboratorios militares chinos.
- Hay una similitud «sospechosa» entre el SARS-CoV-2 y en el SARS-CoV de la epidemia de 2003. La semejanza se da específicamente en el RBM, un componente que determina la especificidad del virus como huésped. La evidencia sugiere que el «RBM ha sido manipulada genéticamente».
- El SARS-CoV-2 contiene un sitio de escisión de furina que está completamente ausente en esta clase particular de coronavirus que se encuentran en la naturaleza. Esto sugiere la gran posibilidad de que no sea el producto de la evolución natural y podría haberse insertado en el genoma del SARS-CoV-2 artificialmente.
Una teoría alterna
Los primeros informes sobre el origen del coronavirus indicaron que saltó de animal a humano dentro de un mercado de comida al aire libre en la ciudad china de Wuhan. Este hecho habría ocurrido en algún momento a fines de 2019. Pero esta «teoría del origen natural, aunque ampliamente aceptada, carece de apoyo sustancial«, escribe en el informe.
La Dra. Li-Meng y su equipo publicaron sus hallazgos en el informe «Características inusuales del genoma CoV-2 del SARS que sugieren una modificación de laboratorio sofisticada en lugar de la evolución natural y la delimitación de su ruta sintética probable».
El texto fue co-escrito por los científicos chinos Shu Kang, Jie Guan y Shanchang Hu. Se publicó bajo la supervisión de la Rule of Law Society & Rule of Law Foundation, en Nueva York. Esta organización fue fundada por el magnate chino Guo Wengui. El empresario ha estado exiliado en Estados Unidos desde hace varios años. En su país se le acusa de delitos, como corrupción y abuso sexual, aunque la razón para perseguirlo es su posición política contra el régimen totalitario impuesto por el Partido Comunista Chino.
Esta organización tiene como misión «exponer la corrupción, la obstrucción, la ilegalidad, la brutalidad, el encarcelamiento falso, las sentencias excesivas, el acoso y la inhumanidad generalizada en los sistemas políticos, legales, comerciales y financieros de China».
Una teoría poco aceptada
“La teoría alternativa de que el virus puede provenir de un laboratorio de investigación está estrictamente censurada en China en revistas científicas revisadas por otros investigadores. No obstante, el SARS-CoV-2 muestra características biológicas que son incompatibles con un virus zoonótico de origen natural«, señala Li-Meng.
Tanto el Gobierno de China como la Organización Mundial de la Salud han desmentido las teorías de que el coronavirus no se originó en la naturaleza. La OMS dijo que no tiene registro de un contratista llamado Lee Poon, a quien la especialista afirma haber alertado sobre la rápida propagación del virus, antes de que fuera reconocido públicamente.
Por su parte, las autoridades chinas se han mantenido firmes en su explicación de que la COVID-19 dio el salto desde un animal huésped, muy probablemente un murciélago, en un mercado en Wuhan.
La abrumadora mayoría de los científicos que han estudiado la composición genética del SARS-CoV-2 han concluido que se produce de forma natural. Concuerdan en que se transmitió a los humanos desde un animal, probablemente un murciélago.
Un informe, dado a conocer en marzo, afirma que «el SARS-CoV-2 no es una construcción de laboratorio ni un virus manipulado a propósito». El estudio lo publicó en Live Science la inmunóloga Kristian Andersen, PhD del Instituto de Investigación Scripps en California, la autora. Dice que, al comparar «los datos de secuencia del genoma disponibles para cepas conocidas de coronavirus, podemos determinar firmemente que se originó a través de procesos naturales.»
Advertencia pública
La Dra. Li-Meng Yan también explicó sus análisis el 11 de septiembre, durante una entrevista en un programa del canal de ITV Loose Women. La investigadora china habló a través de un chat de video desde una ubicación que no fue revelada.
Cuando se le preguntó de dónde provenía el brote de coronavirus, fue muy clara: “Viene del laboratorio en Wuhan, que está controlado por el Gobierno de China.» Insistió en que los informes generalizados de que se originó el año pasado en un mercado de comida al aire libre en Wuhan son «una cortina de humo«. También reiteró que “este virus no es de la naturaleza”.
Además, dijo que las autoridades chinas comenzaron a hacer esfuerzos para desacreditar sus afirmaciones, en un intento temprano de encubrir la pandemia. «Borraron toda mi información y también le dijeron a la gente que difundiera rumores sobre mí», dijo.
Desertó de China
La Dra. Li-Meng Yan trabajaba en la División de Ciencias del Laboratorio de Salud Pública de la Universidad de Hong Kong, un centro de investigación de enfermedades infecciosas de la OMS. Entonces, la organización de la ONU le pidió a su jefe que investigara el brote en Wuhan.
La especialista afirmó que suprimieron los hallazgos científicos de su equipo. Además, se les exigió que solo informaran casos relacionados con el mercado de mariscos de Wuhan. Después de temer por su seguridad, huyó de China en un vuelo con destino a Los Ángeles. Eso fue a fines de abril.
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