Por Benito Guerrero
22/03/2017
Aunque pueda parecer de película, en otros países, como EE.UU. compartir tu contraseña de Netflix, Spotify o HBO para que tus amigos o familiares puedan ver o escuchar sus contenidos ya es un crimen federal desde hace algunos meses. Es más, puede tratarse de un delito de fraude electrónico perseguible por ley.
Sin embargo, parece que a estas compañías no les acaba de molestar que los usuarios compartan sus contraseñas. Los CEO de Netflix y HBO están de acuerdo en que el hecho de que la gente dé acceso a sus amigos y familiares a estos servicios de televisión online, es una estupenda herramienta de marketing. En su opinión, los usuarios se “enganchan” a estos servicios y, tarde o temprano, acaban haciéndose socios. No parece muy lógico.
En general la generación millennial tienden a confiarle a sus amigos las claves de acceso a este tipo de webs sin pensar en las consecuencias que puede tener. De hecho, es bastante corriente que uno de los compañeros de un piso compartido obtenga la cuenta de sus padres y se comparta.
“Es bastante común, pero es un error de seguridad muy grave”, matiza Hervé Lambert desde Panda Security. Por mucha confianza que se tenga en las personas que viven bajo el mismo techo, nunca se sabe si estos van a darle acceso a algún otro amigo de quien no conocemos ni sus intenciones ni su honradez.
Además, hay que tener en cuenta que muchísima gente que utiliza los mismos nombres de usuario y contraseñas para multitud de servicios, desde el email y las redes sociales, hasta las cuentas bancarias.
Esto facilita el trabajo a los hackers para acceder a todos tus datos de otros portales conociendo únicamente tus datos de alguna de estas plataformas. “Lo primero que hará un hacker si se hace con las credenciales para uno de estos servicios de televisión o música en streaming, será intentar acceder a tus redes sociales, tu correo electrónico y tu cuenta corriente”, avisa Lambert.
Por eso, antes de acceder a cualquier servicio pirata, hay que pensar dos veces si merece la pena correr el riesgo por ahorrarse unos pocos euros. A partir de ahora piensa dos veces a quién dejas tus claves de Netflix para ver el último capitulo de House of Cards o Juego de Tronos.