Por Andrés Tovar
02/06/2017
Podría parecer casi increíble que una estrella del baloncesto mundial como LeBron James, un ídolo en EEUU, sea atacado con insultos racistas en su propio país.
Pero pasó. Su casa en Los Ángeles fue objeto de vandalismo miércoles por la mañana, con pintadas de odio racial hechas con spray en la puerta principal de su residencia, informó inicialmente TMZ, siendo confirmado posteriormente por la policía.
James se está preparando para jugar su séptima final consecutiva de la NBA, pero en lugar de responder a las preguntas acerca de su éxito histórico en el deporte, James respondió al crimen de odio al hablar con los medios de comunicación antes de la práctica, respondiendo con un mensaje tan duro como el plomo: «el racismo y el odio siempre van a existir en el mundo. Y en EEUU es muy difícil ser negro».
“Mi familia está a salvo y eso es lo más importante. Pero sólo sirve para demostrar que el racismo siempre será una parte del mundo, una parte de los EEUU», dijo James. “El odio en EEUU, especialmente para los afroamericanos, es parte del día a día. Y a pesar de que se oculta la mayor parte del tiempo, la gente por detrás dirá cosas sobre ti y cuando te ven sonreirán».
James recordó la historia de Emmett Till, asesinado en Mississippi en 1955 a la edad de 14 años. Su cuerpo fue mutilado y arrojado en un río. Después de que el cuerpo fue recuperado, su madre decidió tener un funeral con el ataúd abierto, obligando a la gente por primera vez en EEUU a enfrentar la brutalidad del racismo. “La razón por la que ella tenía un ataúd abierto es porque quiso mostrarle al mundo la realidad de ser negro en EEUU». Los asesinos de Till fueron absueltos, lo que convirtió el caso en uno de los eventos más icónicos del movimiento estadounidense de derechos civiles de la década de 1960.
Asimismo, James señaló cómo el racismo trasciende la clase y el estatus. “No importa cuánto dinero tengas, no importa lo famoso que eres, no importa cuántas personas te admiran, ser negro en EEUU es difícil y hay un largo camino por recorrer para nosotros, como sociedad, y para nosotros como los afroamericanos hasta que nos sintamos iguales», dijo James.
El astro de la NBA no es ajeno a la defensa de la justicia racial. Tras el recordado caso del asesinato de Trayvon Martin -un afroestadounidense estudiante de secundaria de 17 años de edad- en 2012, James posó con sus compañeros de equipo vestidos de sudaderas con capucha, un homenaje a Martin, que llevaba una similar cuando fue asesinado a tiros el 26 de febrero de ese año.
#WeAreTrayvonMartin #Hoodies #Stereotyped #WeWantJustice http://t.co/tH6baAVo
— LeBron James (@KingJames) March 23, 2012
Y después del caso de Eric Garner, muerto a manos de un agente de policía el 17 de julio de 2014 en el marco de los sucesos de violencia policial que sacudieron a EEUU ese año, James fue uno de los muchos jugadores de la NBA que llevaban camisetas que decían, “No puedo respirar” durante los calentamientos, en referencia a la petición desesperada de Garner, documentado en un video teléfono celular. James se unió a sus compañeros Carmelo Anthony, Chris Paul y Dwyane Wade, quienes instaron a poner fin a la brutalidad policial.
La policía actualmente investiga el suceso en casa de James y ya los graffitis fueron eliminados. Pero casos como éste recuerdan que borrar el racismo cuesta mucho más que una capa de pintura.