POR CAMBIO16
23/10/2017
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El diario francés «Le Monde» arremetió hoy duramente en su editorial de hoy contra la gestión del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y contra la línea «propagandística» que a su juicio ha llevado a cabo el canal público TV3.
«Los independentistas viven en una burbuja, venden ilusión (…), pero no se atreven a organizar un escrutinio regional bajo el control de la autoridad electoral española (…). Prefieren la política de lo peor», indica el vespertino.
El texto subraya que España «vive una tragedia» impulsada por los independentistas y destaca que el jefe del Ejecutivo catalán «se ha colocado fuera de la ley» y «ha asumido el riesgo de un cara a cara con Madrid que puede derivar en violencia».
«Puigdemont cuenta con una radicalización de una parte de la opinión (….). Sabe que una administración directa de Cataluña por parte de Madrid unirá al campo independentista», añade el prestigioso diario.
«Le Monde» se pregunta si el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, «está a la altura» y si es «suficientemente ‘creativo’ e inteligentemente ‘político'», pero recuerda justo después que el referéndum organizado por Puigdemont el pasado 1 de octubre fue «ilegal» y contrario a la Constitución de 1978.
«¿Qué hacer con la expresión de ese micronacionalismo ultra impulsado por gente que por otra parte denuncia los peligros del nacionalismo?», añade.
Tensión, simplismo y mentiras
Según «Le Monde«, Puigdemont está optando por «la estrategia de la tensión».
«Se puede tener la mayor simpatía por las aspiraciones de los catalanes de cara a una mayor autonomía. Se puede denunciar la actitud pasiva de Madrid desde 2010. (Pero) no se puede obviar que el señor Puigdemont tiene bien poco respeto por la democracia», apunta.
Y en su editorial extiende sus críticas hacia la línea del canal público TV3.
«Hace meses que la televisión pública catalana aporrea con una propaganda independentista simplista y mentirosa. Y meses que recurre a una retórica victimista que quiere hacer creer, de forma grotesca, que Cataluña es víctima de un regreso de la dictadura franquista. Éste no es el caso», concluye.