Cada uno nace con una caja de herramientas que utiliza durante toda la vida y que completa con nuevos instrumentos hasta el final. Para la psicóloga Laura Rojas-Marcos resulta fundamental incluir en ella fortalezas y habilidades que nos ayudan a afrontar las dificultades y los retos de la vida con aptitudes comunicativas, sociales, reflexivas, analíticas y evaluativas. Entre ellas, fuerza de voluntad, autocontrol, una actitud longánima, asertiva, empática y generosa.
La doctora en Psicología Clínica y de la Salud Laura Rojas-Marcos (Nueva York, 1970) cree que estamos construyendo una sociedad ansiosa y estresada, que depende en exceso de la tecnología y del consumo, en muchos casos compulsivo; un mundo hiperactivado e hiperestimulado que prima más el tener que el ser y en el que resulta complejo convivir. Acaba de publicar Convivir y compartir (Grijalbo, 2021), un compendio de claves para relacionarnos de forma saludable con nosotros mismos y con los demás y donde reflexiona sobre salud mental y emocional.
Al igual que las consecuencias de la covid persistente se están empezando a manifestar, y no se sabe a ciencia cierta qué efectos causarán en los pacientes, las secuelas de los ataques terroristas del 11-S han marcado a toda una generación. Ella lo vivió en primer plano, como protagonista. Fue voluntaria para Cruz Roja ofreciendo asistencia psicológica a las víctimas del ataque a las Torres Gemelas. No sabría decir si hoy tenemos más seguridad, pero sí que vivimos sometidos a una mayor vigilancia y, en muchos casos, con miedo, probablemente la emoción universal más contagiosa.
La humanidad ha desarrollado fobia al dolor, miedo al sufrimiento. ¿Estamos en una sociedad paliativa?
El ser humano tiende a buscar sentirse seguro, protegido, aceptado y libre de dolor. Sin embargo, la realidad es que todo cambia, se transforma y fluctúa, y como consecuencia del cambio surge la incertidumbre, el miedo y en ocasiones el sufrimiento. Todos necesitamos aprender desde niños a afrontar las adversidades, ya que así podremos prevenir e incluso evitar trastornos afectivos y fobias.
Valores que tradicionalmente han configurado el carácter, como la dignidad, la tolerancia y la resignación, sucumben hoy ante el éxito fácil y cómodo. Un falso hedonismo lo invade todo. ¿Dónde queda la cultura del esfuerzo?
En nuestra cultura, la occidental, así como hay personas que viven cada día con una actitud hedonista, con una baja tolerancia a la frustración y exigiendo derechos, pero sin sentido del deber, también hay muchas que han aprendido a valorar el esfuerzo, tienen sentido de la responsabilidad, practican la fuerza de voluntad y son personas que cumplen con sus compromisos, es decir, personas de confianza. Quizás la clave es que cada uno se pregunte a sí mismo: ¿yo dónde quiero posicionarme y cómo quiero vivir?
Estamos adormecidos, como anestesiados, hasta que llega una pandemia y nos sacude violentamente. ¿Aprendemos solo a base de traumas que dejan secuelas?
Aprendemos tanto de las experiencias negativas como de las positivas. No obstante, cabe destacar que de las positivas se aprende mejor, más rápido y de forma más alegre, mientras que el recorrido de las experiencias negativas tiene un proceso más lento, complejo y cuesta arriba.
Usted vivió de cerca el golpe del 11-S junto a su padre, Luis Rojas-Marcos, responsable del sistema de hospitales públicos de Nueva York desde 1995 hasta 2002. Es posible que el mundo sea más seguro después de aquel horror, pero no más libre. ¿Qué aprendimos de todo aquello?
No sé si vivimos en un mundo más seguro, quizás sí podemos decir que vivimos en mundo con más vigilancia. El sentido de libertad y seguridad que tenemos cada uno está determinado en gran parte por el entorno en el que vivimos, ya sea el familiar o laboral, así como por la confianza y el grado de coherencia de nuestros cuidadores, compañeros, sistema de salud y nuestros líderes.
¿El pánico es contagioso?
Mucho. El miedo es la emoción universal más contagiosa. Y aunque necesaria para nuestra supervivencia, también puede atraparnos y paralizarnos si se desproporciona, como sucede con los ataques de pánico y las fobias. Cuando sentimos miedo es bueno identificar a qué y por qué. El miedo es nuestro sistema de alarma, un aliado que nos puede salvar la vida. Pero mal gestionado también puede convertirse en nuestro peor enemigo.
¿Es verdad, como dice el poema de León Felipe, que el miedo del hombre ha inventado todos los cuentos?
Es posible que hay una parte de verdad ya que en todos los cuentos encontramos un desafío, una aventura, multitud de emociones positivas y negativas y, sobre todo, adversidades a las que los protagonistas deben enfrentarse.
¿Hasta qué punto tenemos la obligación de ser felices?
No creo que estemos obligados a ser felices. Pero sí suelo sugerir como psicólogo clínico que nos preguntemos sin juzgar: ¿qué es importante para ti? ¿qué te gusta disfrutar? ¿Qué quieres? ¿Qué necesitas? ¿Cuáles son tus deberes, responsabilidades y obligaciones? Y saber la diferencia entre todas estas cuestiones.
¿Estamos construyendo una sociedad triste?
No creo. Pero observo que sí estamos contribuyendo a crear una sociedad ansiosa, estresada y en muchos casos dependiente tanto de las nuevas tecnologías, como del consumo excesivo de cosas y sustancias. Vivimos en una sociedad hiperactivada e híperestimulada, que pone más foco en tener que en el ser. Aquí recomiendo el libro de Erich Fromm Del tener al ser.
¿Es la soledad uno de los estigmas de nuestro tiempo?
La soledad es parte de la vida. Estar solo no significa sentirse solo. Las personas que aprenden a desarrollar una buena relación con ellas mismas y su soledad saben hacer cosas solas y no sienten miedo a estar solas, son más independientes, autónomas y felices.
¿Es cierto que únicamente se siente solo aquel que no sabe estar consigo mismo?
Todos podemos sentirnos solos, aunque sepamos estar solos. A veces uno se siente solo porque está triste, ha tenido una pérdida importante o porque se siente incomprendido. Hay caminos y adversidades que solo podemos afrontar solos. Sin embargo, ante ese camino podemos pedir ayuda o compañía.
¿Con la pandemia y la subsiguiente crisis económica se ha incrementado el número de patologías de salud mental?
Sí. Lamentablemente han aumentado sobre todo los problemas de ansiedad, depresión y las adicciones del comportamiento a sustancias y al juego, ludopatía, principalmente en personas entre los 14 y 25 años.
¿Cómo superar los trastornos por estrés postraumático, como el síndrome de la cabaña o fiebre de la cabina?
Poco a poco y con ayuda. Ambos son habituales después de vivir un confinamiento tan duro y restrictivo. La mejor forma de afrontar cualquier miedo es con ayuda y lentamente.
La palabra de moda es resiliencia. ¿Cree que para sobrevivir debemos tener una personalidad resistente?
La personalidad resistente, o resiliente, es el resultado tras superar una experiencia traumática. Sin embargo, cabe señalar que es un proceso lento con altibajos. Por tanto, es importante ser paciente y amable. Sobre todo durante los momentos más difíciles.
Pondera la capacidad de reinventarnos. ¿Cómo reinventarse hoy?
Todos tenemos la capacidad para reinventarnos. Eso sí, es importante que conozca-mos nuestro ritmo y lo respetemos. Reinventarse no es partir de cero, sino comenzar un nuevo camino a partir de una decisión, un aprendizaje y un propósito. Por tanto, si queremos cambiar algo de nuestra vida, primero debemos tener claro el por qué, para qué y el cómo. Es decir, tener un plan de acción y unas pautas claras.
Vivimos deprisa, aceleradamente. ¿Es preciso aprender a gestionar la espera?
Es fundamental. Aprender a tolerar la frustración asociada a la espera es clave para conseguir cualquier propósito y objetivo. Las personas que no saben esperar y brillan por su impaciencia a menudo viven frustradas y en un estado de insatisfacción permanente. No podemos tener todo lo que queremos ahora. Por tanto, aprender a esperar es una fortaleza.
Cada vez más dejamos nuestro aspecto al cuidado de los hábitos. Nos peinamos o nos cepillamos los dientes por pura inercia. Pero los hábitos son instintivos y reflejos. ¿Es importante el autocuidado para el equilibrio mental?
En circunstancias normales, nadie nos puede cuidar mejor que nosotros mismos. El autocuidado es una forma de autorrespeto, dignidad, integridad y un factor protector de nuestra propia felicidad.
En un mundo interconectado globalmente, la información es importante. ¿Puede ser perjudicial la sobreinformación para la angustia y la ansiedad?
Nos perjudica el no saber gestionar la información que recibimos cada día. Aprender a filtrarla no es solo protegerse de la mala información o desinformación, sino también una forma de cuidar nuestra salud mental. Aprender a descansar y desconectar es esencial para el cuidado de la salud integral.
En las redes sociales crecen los odiadores. ¿Es el signo de nuestros tiempos?
Quizás es más el modo de vida de algunas personas que viven en un estado de insatisfacción, frustración, de rabia, ira y envidia de forma permanente. Son personas infelices que ‘necesitan’ contagiar a los demás de su negatividad y toxicidad.
¿Existen personas tóxicas? ¿Hay que protegerse de su influencia?
Todos podemos ser tóxicos en un momento dado. Somos seres imperfectos. Sin embargo, las personas que viven desde el odio, la envidia y la ira van dejando una estela de toxicidad por su camino que al final solo les llevará a vivir una vida en soledad.
The Rolling Stones ha dejado de tocar Brown Sugar, uno de sus mayores éxitos, por sus referencias a la esclavitud. ¿Se puede borrar el pasado o tenemos que volver a él para revisarlo y aprender de nuestros errores?
Sin lugar a dudas no podemos borrar nuestro pasado ni nuestros errores. Pero sí podemos aprender de ellos con humildad y una mentalidad de crecimiento. Si le damos la espalda a nuestros errores volveremos a tropezar con la misma piedra una y otra vez.
¿Qué significa la violencia juvenil en las calles con jóvenes consumiendo alcohol, destrozando mobiliario urbano y enfrentándose a la autoridad?
La actitud y el comportamiento violento que estamos observando en algunos jóvenes es un sinsentido y, en mi experiencia, un indicador de que está pasando algo, quizás enfermizo, que necesita ser tratado en nuestra sociedad, en la que prima la rabia, la ira y el disfrutar destruyendo lo ajeno y lo propio. Son conductas autodestructivas que no se deben ignorar.
¿El entorno familiar es la primera escuela de nuestra vida?
Sí. El entorno familiar es el primer escenario de nuestra vida, el lugar donde aprendemos a relacionarnos, donde aprendemos a querer y a ser queridos, donde desarrollamos nuestras habilidades y donde se construyen los pilares de nuestra vida y personalidad.
La tecnología nos ha ayudado a sobrellevar el confinamiento. ¿Llegará a sustituir a una persona en todo tipo de relaciones y a generar sentimientos en los seres humanos?
No creo que pueda sustituir los sentimientos, pero sin lugar a dudas la tecnología está aquí para quedarse y, por tanto, conviene aprender a convivir con ella.
¿Es el sentimiento de culpa un lastre que nos impide avanzar?
El sentimiento de culpa suele tener una mala reputación porque se asocia a un sentimiento de malestar relacionado al remordimiento y el arrepentimiento. Pero no olvidemos que también nos ayuda a identificar cuando hacemos daño y nos motiva a disculparnos y a enmendar. Necesitamos tener la capacidad de sentir culpa, pero no vivir en ella.
Hoy prima todo lo emocional: en el trabajo, en la amistad, en la comunicación, en el ocio. ¿Para qué quiero la cultura si toda la emoción que necesito está en mi teléfono móvil?
Las nuevas tecnologías son una herramienta muy positiva siempre que se utilicen bien. Nos conecta a los que tenemos más lejos, pero también nos puede alejar de los que tenemos más cerca. Somos seres sociales, emocionales y culturales. Necesitamos sentirnos conectados, pero también relacionarnos físicamente, mirarnos a los ojos directamente y abrazarnos.
Se refiere a menudo a la caja de herramientas de cada uno para superar todo tipo de adversidades. ¿Qué debe contener esa caja?
En mi experiencia esa caja de herramientas necesita tener fortalezas y habilidades que nos ayuden a afrontar las dificultades como aptitudes comunicativas, sociales, reflexivas, analíticas, evaluativas, con una buena cantidad de fuerza de voluntad, autocontrol, una actitud longánima, asertiva, empática y generosa. Es una cajita de herramientas que se construye desde el momento que nacemos hasta nuestro último suspiro.