Las ausencias de lluvias no solo están reservadas a regiones específicas del planeta y a períodos estacionales. Las sequías se han anclado en el oeste de Estados Unidos, también en Chile que se han extendido por más de una década y, en España. Los expertos en clima dicen que marzo marcó el tercer mes consecutivo de precipitaciones por debajo del promedio en EE UU. Y las áreas de sequía récord se están expandiendo en el oeste.
A las márgenes del Río Bravo en México o Río Grande en Estados Unidos, que fluye a través de Colorado y Nuevo México hasta llegar a la ciudad de El Paso (Texas), la sequía abruma. El humo de los incendios forestales distantes y el polvo levantado por los intensos vientos primaverales llenan el valle. Situación climática que exacerba el sentimiento de angustia que comienza a pesar sobre los residentes.
Desde el noroeste del Pacífico hasta la cuenca del río Colorado, los distritos de riego ya están advirtiendo a los agricultores que esperen menos este año. A pesar de la creciente demanda alimentada por condiciones de sequía constante, reseña The Associeated Press.
Los administradores federales de agua compartieron su plan operativo anual para el Río Grande. Una importante fuente de agua para millones de personas y miles de kilómetros cuadrados de tierras de cultivo en Colorado, Nuevo México, Texas y México. Creen que pueden mantener el flujo del río, pero dependerá del clima.
Ed Kandl, un hidrólogo de la Oficina de Recuperación de EE UU, dijo que las temperaturas más cálidas afectarán los suministros. Pero que podría haber alivio si se desarrollan los monzones de verano. “Tendremos que ver qué pasa”, señaló a la espera de los pronósticos climáticos.
En avanzada las sequías en el oeste de EE UU
La situación que se está viviendo en EE UU es llamativa. Si el cambio climático, provocado por el ser humano no hubiera aumentado las temperaturas de la Tierra, la actual sequía seguiría siendo dolorosa. Pero no sería excepcional. Y analizada en una perspectiva de 1200 años.
Un estudio publicado en Nature Climate Change muestra que el calentamiento global ha agravado las sequías del oeste de EE UU en un 40%. Haciendo de este el período más seco de la región desde el año 800 d.C. Y es muy probable que la sequía continúe hasta 2030.
«Esta sequía no sólo sigue avanzando, sino que lo hace a un ritmo más acelerado que nunca», afirmó Park Williams, científico del clima de la UCLA de California y autor del nuevo estudio.
Cuando Williams y sus colegas dejaron claro en su trabajo que la sequía actual es ahora la más seca de la que se tiene constancia. Aunque no la más larga, ya que varias de las megasequías anteriores duraron más. De hecho, dos años excepcionalmente secos, 2002 y 2021, fueron los más secos de los últimos 300, y dos de los más sedientos del registro histórico.
«Habría sido una sequía común y corriente», agregó Connie Woodhouse, climatóloga de la Universidad de Arizona, que no participó en el estudio. «Pero con el calentamiento… vaya. Y esto es por nuestra culpa».
En la actualidad, los administradores federales de agua en Río Grande, hicieron una oferta a los pobladores. Compensarían a los agricultores por no regar cerca de la mitad de su superficie cultivada este año. Y se dejaría más agua en el río para ayudar a Nuevo México a saldar una deuda que ha ido creciendo. A medida que el estado no cumple con sus obligaciones de entregar agua a la vecina Texas.
España, crisis climática y calor extremo
Las sequías en el oste de EE UU y en Chile, son casos de estudio, por su relevancia y permanencia. En España estos procesos no son tan dramáticos, pero son de tomar en cuenta. Según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de 2021, España es uno de los países más afectados por el calor extremo causado por la emergencia climática.
“Se van a reducir las precipitaciones, van a aumentar las sequías, pero también va a haber eventos climáticos extremos”, señaló Jesús Marco Gamero Rusa a El Español.
Comentó el investigador que buen ejemplo de ello ha sido la ausencia de precipitaciones durante este invierno. La ‘sequía meteorológica’, con una reducción de lluvias del 55%, ha provocado que haya sido el segundo más seco en las últimas seis décadas.
Gamero destacó “la poca visión, el cortoplacismo y el interés económico en provincias como Murcia, Málaga o Almería. Donde la sobreexplotación y la utilización extensiva de agua son una constante” inciden en el proceso de desertificación. Y en la desecación de las aguas subterráneas y los acuíferos. “La dirección que tenemos que tomar va a ser muy difícil en los próximos años”, advirtió el experto.
El Gobierno reconoce que el estado de los recursos hídricos del país no es bueno. Según la Estrategia España 2050, un 40% de las aguas superficiales (ríos, lagos y aguas costeras) y un 45% de las aguas subterráneas no se encuentran en un buen estado.
“Es urgente trabajar y actuar para revertir esta situación. De lo contrario, se pone en grave riesgo el abastecimiento humano. La producción de alimentos y la supervivencia de muchos de los ecosistemas de nuestro país”, indicó Julio Barea, responsable de la campaña de aguas de Greenpeace.
Posibles cortes de suministro de agua
Andalucía en las últimas fechas parece haber disipado el riesgo de sequía extrema, por las borrascas de invierno. Pero varios municipios de la región parecen no superarlo e incluso, asoman la posibilidad de restringir el agua.
Miguel Asencio es alcalde de Humilladero, una localidad de la comarca antequerana de Málaga. En febrero, junto a otros tres regidores de pueblos vecinos, lanzó una señal de alerta y anunciaba restricciones en el uso del agua: prohibido lavar el coche o baldear la acera y, menos aún, llenar la piscina. Unas medidas que han decidido prolongar en el tiempo y que otros están decididos a consolidar sometiéndolas a votación en el Pleno.
Fuente de Piedra es otra de las localidades malagueñas en las que el agua ha sido escasa. Sus vecinos se han abastecido durante años gracias a cubas rodantes, porque la que salía por el grifo no era potable. Tras un largo trabajo, comenzó a operar su depuradora, aunque su impacto no se ha vislumbrado aún. Debido a que las reservas subterráneas que la alimentan están bajo mínimos y han tenido que limitar el uso.
«No nos abastecemos de los embalses, nuestra agua proviene de acuíferos. Así que no percibimos con tanta rapidez los beneficios de esta lluvia», dijo el regidor de este municipio, Siro Pachón.
Sostuvo además, que «los problemas de nuestra zona no se van a solucionar con el agua caída». «Podrá paliarlos, pero no los va a solucionar», afirmó a El Confidencial.
La sequías agobian el oeste de EE UU y a Chile
Las sequías del oeste de EE UU no son únicas. En Chile cada vez llueve menos. Y cada año se está rompiendo un nuevo récord de sequía. El país suramericano acumula los trece años más secos de toda su historia, desde que se empezaron a tener registros de precipitaciones en 1915.ago
René Garreaud, director del Centro de Investigación del Clima y la Resiliencia (CR2) de Chile, estudia el proceso de sequías en el país.
«Estamos acostumbrados a tener poca agua en general y tener sequías. Sin embargo, tenemos un período que ha sido anormal», señaló Garreaud. Pero «llevamos más de una década en la que todos los años han sido deficitarios. No hubo ningún año con exceso de precipitaciones. Por eso la llamamos, para distinguirlos de las sequías normales, la megasequía».
Explicó que «tradicionalmente la falta de precipitaciones está asociada a los ciclos del Niño y la Niña. Son fenómenos que ocurren en el Pacífico tropical y controlan el clima en casi todo el mundo y en particular en Chile central. Sin embargo, esta sequía extraordinaria por su duración se da en una condición neutra en el Pacífico. No es que hubo 10 o 13 años de la Niña en forma recurrente. Entonces, empiezas a sospechar que el factor (detrás de la crisis) es en buena parte el cambio climático».
Insistió en que «el cambio climático para nosotros significa sequía». Destacó los efectos nocivos sobre los cultivos, la biodiversidad y la calidad de vida de los chilenos. Por primera vez, verán racionamientos del agua.
Esta sequía se observa en la capital de Chile y en toda la cuenca hidrográfica a la que pertenece la ciudad. La cuenca del río Maipo abastece a unos 6,2 millones de habitantes de Santiago de Chile que, ahora, se enfrentan a un corte del agua.