En la lucha contra la pandemia vale todo. Una de las tantas debilidades de los sistemas sanitarios frente a la COVID-19 es la falta de pruebas de diagnóstico para saber qué personas tienen el coronavirus.
En Reino Unido, investigadores británicos intentarán entrenar perros para identificar a las personas enfermas, incluso las que no tengan síntomas. Tres instituciones trabajan para encontrar un diagnóstico rápido y no invasivo de COVID-19.
Perros de Detección Médica, Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y la Universidad de Durham han entrenado perros para detectar el cáncer, el mal de Parkinson y enfermedades infecciosas. Claire Guest, directora y confundadora de Perros de Detección Médica, asegura que los perros pueden detectar el nuevo coronavirus. Las investigaciones se centran en captar completamente el olor del virus en los pacientes para enseñar a los perros. Consideran que para el final de la pandemia los canes podrán detectar el nuevo virus en los aeropuertos.
Pruebas de diagnóstico a la carta
Así como avanza la ciencia, el nuevo virus también lo hace y el proceso de detección no se puede detener. Se experimenta con todo para determinar si una persona está contagiada de COVID.
En medio de la polémica por las pruebas de diagnóstico rápidas defectuosas, es importante identificar cuál es la más confiable. Actualmente en España se utilizan varios tipos de pruebas diagnósticas, incluso se realizan investigaciones en nanotecnología con ese fin.
La primera y más confiable de las pruebas diagnósticas es la PCR (reacción en cadena de la polimerasa). Se usa para rastrear material genético del patógeno y saber si una persona tiene el virus de la COVID-19.
Un procedimiento relativamente sencillo. En un laboratorio de microbiología se toma una muestra respiratoria en la nariz o garganta de la persona sospechosa de estar infectada. Luego en la muestra se localiza y amplifica el material genético del Sars-CoV-2. Si la prueba detecta el ARN del nuevo virus se confirma que esa persona porta el virus. Si no se detecta material genético del virus, el resultado es negativo. Aunque cuando hay una sospecha clínica importante, se debe hacer otra prueba que asegure si el paciente está infectado..
La prueba diagnóstica de PCR tiene cierto grado de complejidad y requiere personal entrenado para aplicarla. Además, tarda cuatro horas para dar los resultados. El valor predictivo de la prueba es superior al 90%. Solo en personas con una carga viral muy baja no se puede detectar en la boca. El virus puede estar alojado en los intestinos, desde donde se excreta y puede dar lugar a otros contagios.
Pruebas diagnósticas rápidas
Otro tipo de prueba diagnóstica es mediante la detección de antígenos y anticuerpos. Se realiza a través de una muestra sanguínea y se analiza si el cuerpo del paciente produjo anticuerpos frente al nuevo virus. Para la detección se utiliza una inmunocromatografia en papel que permite ver los anticuerpos específicos para detectar proteínas específicas del virus. La efectividad de la prueba de antígenos o de anticuerpos depende de la fase de la enfermedad.
La sensibilidad de la prueba de anticuerpos en del 30% cuando se necesita que la efectividad sea del 80%. Gracias a esta prueba se puede limitar el uso de la prueba diagnóstica por PCR a pacientes con sintomatología, pero cuyos resultados son negativos en los test rápidos. Es cómoda, porque puede realizarse a domicilio, siempre bajo la supervisión de un profesional.
Los científicos guardan ciertas reticencias hacia la precisión de esta prueba. Países como China y los Estados Unidos han ofrecido pocos detalles sobre la tasas de fiabilidad de las pruebas de antígenos.
La prueba diagnóstica serológica es otro de los test indicados para detectar el virus de la COVID-19. Para realizar el análisis, se toma una muestra de sangre del paciente y se evalúan los anticuerpos generados por el paciente contra el coronavirus.
La prueba serológica detecta las inmunoglobulinas M (IgM) e inmunoglobulinas G (IgG), que aparecen con la enfermedad. La primera aparece a los seis u ocho días de la infección y la segunda hacia el final. También es una prueba rápida que toma entre 10 y 15 minutos.
Las pruebas de diagnóstico serológicas ya se comercializan en todo el mundo. Sin embargo, en España se espera la evolución de la pandemia para conocer la extensión de la enfermedad. A partir de entonces se utilizaría la prueba serológica para los posibles nuevos brotes.
Esperanzas en un nanochip
En el mundo de la nanotecnología también trabajan para encontrar una prueba diagnóstica más rápida de COVID-19. El proyecto CONVAT trabaja en un nanochip de tres centímetros de longitud, donde se depositaría una muestra de saliva u otro fluido. Un halo de luz que pase a través del nanochip se modificaría al identificar el virus y el anticuerpo en su trayecto.
La luz hará un análisis automático, cuyo resultado se transmitirá a un teléfono inteligente o tableta. Una hora aproximadamente se tomaría para dar con el resultado: media hora para saber si el paciente está infectado con el nuevo coronavirus y media hora para confirmar el diagnóstico.
Actualmente, no es una prueba diagnóstica disponible. Está en su fase de prueba. Se estima que en un año estarán listos los primeros prototipos. Con la esperanza de que en un año la pandemia esté controlada y la necesidad de pruebas diagnósticas disminuya.
Para más información visite Cambio16.com
Lea también:
Test rápidos del COVID-19 son menos efectivos