Las protestas raciales registradas recientemente en Estados Unidos podrían terminar “fortaleciendo” la reelección a Donald Trump el 3 de noviembre. Las encuestas están comenzando a mostrar cambios en la opinión pública, ante la violencia y el caos que se han mezclado y exacerbado con las manifestaciones.
Al aceptar el pasado jueves la postulación a la reelección por el Partido Republicano, Trump no anduvo por las ramas. Acusó a los demócratas de ser responsables del caos en las protestas raciales que se han registrado en las calles de Estados Unidos. Y advirtió que si ellos llegan a la presidencia “destruirán los suburbios” – las zonas residenciales de clase media – para “sumergirlos en la violencia”. Trump sostiene que en las localidades donde se han presentado los hechos más violentos gobiernan demócratas.
Las protestas raciales que comenzaron en mayo pasado con la muerte de George Floyd a manos de la Policía de Mineápolis se habían calmado. Pero volvieron esta semana. Un agente de policía de Kenosha, Wisconsin, disparó siete veces en la espalda Jacob Blake, porque no quiso soltar un cuchillo que tenía en la mano y no se detuvo al grito de alto. El hombre de 29 años de edad y padre de seis hijos probablemente quede parapléjico. Posteriormente, un joven de 17 años mató con su rifle a dos personas e hirió a otra en el marco de las protestas en Kenosha.
Una encuesta realizada antes de que se desataran las protestas raciales en Wisconsin ya mostraba un cambio en la opinión de la gente. El sondeo refleja «un descenso del apoyo de los habitantes de Wisconsin a las protestas raciales”, indicó El Confindencial. “A mediados de junio, dos de cada tres ciudadanos respaldaban las manifestaciones de Black Lives Matter. Ahora, ese respaldo ha bajado a uno de cada dos: especialmente entre la población blanca”.
Los demócratas están preocupados por las protestas
Los desórdenes (durante las protestas raciales) pusieron a los demócratas en una situación difícil. Les obligaron a hacer equilibrios entre la denuncia del racismo y la brutalidad policial, y la conservación de la paz y el orden público.
En respuesta a las presiones de los manifestantes, por ejemplo, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, recortó casi 20% del presupuesto del Departamento de Policía. También prohibió a los agentes policiales inmovilizar a los sospechosos colocándoles la pierna sobre el pecho o la espalda. Como consecuencia, el crimen se ha disparado en Nueva York. El número de homicidios creció casi 90% en agosto, igual que los tiroteos, mientras que las detenciones bajaron. “Ahora uno da un paseo por Flatbush Avenue, en Brooklyn, y encuentra pequeños altares de velas en las aceras, en memoria de los jóvenes que cada dos o tres días son asesinados”.
El entorno del candidato demócrata, Joe Biden, “está preocupado por la encuesta de Wisconsin y por el posible efecto de la violencia y los disturbios entre los votantes”, escribió El Confidencial, citando a Axios, un sitio web de noticias estadounidense. “En los últimos días, a raíz de Wisconsin y del discurso de Trump, el foco mediático parece haberse colocado ahí: donde más beneficia al presidente”.
David Axelrod, uno de los principales asesores de Barack Obama, advirtió del peligro al equipo de Biden, dijo El Confidencial. ´“La misión de la Convención Nacional Republicana ha sido cambiar el foco de atención del covid y el 10% de desempleo a ‘ley y orden”, escribió Axelrod en Twitter. “Para ser francos, la coincidencia de la agitación en Kenosha ha sido un regalo para él [Trump] en ese proyecto”´.
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