Las palomas son aves bastante subestimadas. A pesar de que tienen fama de ser poco listas, presentan habilidades cognitivas inimaginables. Estos pájaros son capaces de manejar abstracciones tan complejas como el espacio y tiempo, pueden aprender ortografía y reconocer palabras mal escritas, y hasta pueden diferenciar el impresionismo del cubismo.
Aunque, como cualquier ave, las palomas tienen un cerebro diminuto, estas tienen seis veces más células nerviosas por milímetro cúbico que los humanos. También son más rápidas que nosotros en actividades multitarea. Parece extraño, pero son uno de los principales sujetos experimentales en la psicología, y su capacidad en aquellas habilidades que parecen sólo propias de los humanos es sorprendente.
Para algunos son una molestia urbana. Decir que alguien tiene un «cerebro de pájaro» o una «cabeza de chorlito» son términos peyorativos que se usan para burlarse de la falta de inteligencia de los demás. En ocasiones incluso se habla de que las palomas no cumplen ningún propósito en el medio ambiente.
Lo cierto es que estas aves son probablemente más inteligentes de lo que se piensa. Pintan, calculan, distinguen idiomas y se reconocen en el espejo, son animales que poseen una inteligencia asombrosa.
Tal y como lo hacemos los seres humanos, las palomas son capaces de establecer categorías. Desde pequeños nos enseñan a agrupar todo lo que nos rodea, aprendemos a clasificar objetos, animales o personas en categorías que comparten características comunes. Hacemos esto con mucha facilidad y de manera casi automática. Comportamientos como este nos hacen pensar que “nos hacen humanos”, pero no son tan específicos de nuestra especie.
Capaces de diferenciar un Monet de un Picasso
Las palomas poseen una extraordinaria capacidad visual que las convierten en los mejores candidatos para los estudios que implican estímulos visuales. Conocen las características del impresionismo del cubismo, por ello pueden distinguir los estilos de Picasso y Monet.
En 1995 tres psicólogos japoneses, Watanabe, Sakamoto y Wakita, llevaron a cabo un experimento en el que demostraron que las palomas podrían ser entrenadas para decir qué es o qué no es arte. Incluso a diferenciar entre cuadros de Monet y de Picasso. Para el experimento, los académicos usaron ocho palomas y les mostraron fotografías y videos de las obras de ambos artistas.
Las palomas se dividieron en dos grupos. A uno lo entrenaron con lo hecho por Claude Monet, y cuando la paloma picoteaba al ver una de sus obras, obtenía una bolita de comida. Pero si picoteaba al ver una obra de Picasso, no obtenía nada. De igual forma lo hicieron con el otro grupo y con las obras de Pablo Picasso.
Para distinguir si las palomas solo habían memorizado las obras que les mostraron, los investigadores probaron con otros cuadros que nunca les habían mostrado. El resultado demuestra que las palomas transfirieron el aprendizaje a los nuevos cuadros que no habían formado parte del entrenamiento previo, pudiendo diferenciar si las nuevas pinturas formaban parte de un artista u otro. Además, llegaron a categorizar a pinturas de Cézanne y de Renoir como del tipo de las de Monet (impresionismo), y las de Braque y Matisse con las de Picasso (cubismo).
También manejan la relación entre espacio y tiempo
Si bien esta especie muestra conductas tan complejas como las humanas, en 2017 investigadores de la Universidad de Iowa comprobaron que las palomas entienden los conceptos del espacio y tiempo como los primates. Para ello, realizaron una serie de tareas llamadas «magnitud común» en las que se les mostró a las aves líneas horizontales cortas y largas (6 cm o 24 cm) en periodos de tiempo de 2 y 8 segundos en una pantalla de computadora.
El estudio, liderado por Edward Wasserman, profesor de psicología experimental en el departamento de ciencias psicológicas y cerebrales de la misma universidad, logró determinar si las palomas interpretaban las diferencias entre las líneas. Luego se le añadió matices a la prueba y se introdujeron líneas de nuevas longitudes además de variar las frecuencias de aparición. Forzandolas a procesar tiempo y espacio simultáneamente.
Los académicos concluyeron que la longitud de la línea afectó el entendimiento del ave sobre de la duración. Y que la duración afectó la comprensión de la longitud. Esta relación entre tiempo y espacio fue vista en humanos y primates, y revela una codificación neural entre ambas dimensiones, según los autores.
Las palomas saben leer y reconocer faltas ortográficas
Un artículo de la revista científica PNAS reseña un estudio realizado por investigadores neozelandeses que corrobora la capacidad de las palomas para distinguir símbolos ortográficos e incluso palabras. Los resultados fueron sorprendentes, pues algunas de las aves más listas alcanzaron a reconocer hasta 58 palabras, siendo el promedio de identificación de 43 palabras.
El entrenamiento consistió en que las palomas tocaran con el pico palabras inglesas de cuatro letras en la pantalla o que teclearan un símbolo particular. Posteriormente, introdujeron un texto que las aves jamás habían visto. «La reacción de las palomas hacia las palabras conocidas y las tergiversadas demostró su sensibilidad singular respecto a la posición de las letras», afirmaron los encargados de la investigación.
Los autores además dijeron que, hasta el momento, estas habilidades de lectura sólo habían sido constatadas previamente en monos babuinos. «Las palomas están separadas de los seres humanos a 300 millones de años de evolución. Tienen una arquitectura de cerebro totalmente distinta y demuestran unas capacidades asombrosas en el procesamiento de la ortografía», dijo el Dr. Damian Scarf, del Departamento de Psicología de la Universidad de Otago.