Las narconovelas, ¿en peligro?

Por Cambio16
07/11/2016

Son todo un fenómeno en latinoamérica y los remakes de algunas de ellas han hecho que el fenómeno se extienda a nivel mundial. Hablamos del caso de Sin tetas no hay paraíso -la versión española de la narconovela colombiana fue todo un éxito- o de Pablo Escobar, el patrón del mal y su versión made in USA, Narcos.

Las narconovelas, como su nombre indica, son telenovelas cuyos personajes principales son jefes de la droga. Siempre han estado envueltas en la polémica, ya que sus críticos consideran que transforman en ídolos a delincuentes de la peor calaña. En Venezuela, por ejemplo, el Gobierno, a través de la Comisión de Telecomunicaciones, prohibió en 2015 la emisión de La Reina del Sur, una de las narconovelas más famosas, argumentando que este tipo de producciones “promueve una serie de antivalores, elementos clasificados de salud, sexo y violencia, así como de violencia sexual y de género de forma gráfica».

Mientras, en Honduras se llegó a proponer una ley en el Congreso para prohibir las películas, series y telenovelas que rindieran culto al narcotráfico.

Ahora le ha tocado el turno a México. Según publica The Guardian, políticos mexicanos (en concreto los presidentes de las comisiones de radio, televisión y cine del Senado y de la Cámara de Diputados) y activistas conservadores piden que este tipo de series sólo se emitan después de la medianoche, «para no exponer a los menores a la violencia gratuita ni al estilo de vida de los narcos».

Y es que, consideran que series como El Señor de los Cielos y la ya mencionada serie basada en una novela de Arturo Pérez-Reverte «glorifican el crimen en un momento en que el país vive cada vez más abrumado por la violencia del narcotráfico».

Incluso se ha lanzado una campaña contra estas series en redes sociales, que explica, según el citado diario, «que en un país donde más gente posee televisores que refrigeradores, los contenidos televisivos influyen en la conducta y las aspiraciones de millones de mexicanos».

Detrás de la campaña está la ONG denominada A Favor de lo Mejor, que se define como «una organización que busca mejorar la calidad de los contenidos en los medios y así generar una relación entre estos y la sociedad».