Todavía está latente en la sociedad que las mujeres no pueden ser tan inteligentes como los hombres. Se observa en el comportamiento de los profesores y en las propias familias
Muchos de los ingenieros, informáticos, abogados, médicos, ejecutivos y profesionales en general que trabajan en las empresas de nuestro país son superdotados, aunque ellos mismos no lo saben. Así se especifica en la web del centro El Mundo del Superdotado, donde se reconoce que los conceptos de Altas Capacidades y de Superdotación ya no resultan desconocidos para la mayor parte de la población, sin embargo, aún quedan muchos niños por diagnosticar. Y es que el 90% de los alumnos superdotados se encuentran sin identificar.
Carmen Sanz Chacón fue una niña superdotada y recorrió un camino lleno de obstáculos hasta aceptar que su vocación profesional debía centrarse en el propósito de desarrollar al máximo el potencial humano de los niños, jóvenes y adultos superdotados y de altas capacidades, ayudándoles a mejoran su autoestima, su capacidad de resistencia a la frustración, desarrollar sus habilidades sociales, la confianza en sí mismos y su motivación.
Carmen Sanz Chacón es psicóloga clínica especializada en Superdotación y Altas Capacidades y reconocida como una de las principales expertas en la valoración, orientación y terapia con niños y adultos superdotados. Ha creado el Método Darwin para implementar el desarrollo emocional y social de las personas más inteligentes, una técnica de orientación psicológica diseñada para desarrollar al máximo el potencial de los superdotados, las altas capacidades y las personas con gran capacidad intelectual en general.
En el año 2003 puso en marcha en España el centro El Mundo del Superdotado para el diagnóstico y tratamiento de los problemas causados por el exceso de inteligencia en niños y adultos, y en el año 2011 fue una de las promotoras de la Fundación El Mundo del Superdotado, que nació para apoyar a los jóvenes superdotados en su desarrollo profesional, así como para contribuir a cambiar la educación de los niños superdotados en España. Es autora de La maldición de la inteligencia (Plataforma Editorial, 2014), Las diez claves de la felicidad (Universo de Letras, 2018) y de numerosos artículos y publicaciones en el ámbito de la superdotación, así como colaboradora habitual de los medios de comunicación.
A través de datos, informes y curiosidades, Carmen Sanz Chacón expone de manera sólida y muy entretenida en su libro Destacar o callar. Niñas y mujeres con altas capacidades (Plataforma Editorial, 2023) cómo las mujeres se ven en desventaja social cuando se trata de hacerse valer intelectualmente: han tenido que callar, disimular o incluso mentir para encajar en el molde preestablecido. En estas páginas, la autora nos muestra cuántas mujeres se han visto silenciadas a lo largo de la historia por tener que encajar en esta tesitura, y nos hace ver y reivindicar tanto a las grandes mujeres del ayer y del mañana como a las de hoy.
Un refrescante ensayo sobre el tema de la superdotación en las mujeres y, por ende, la situación de las mujeres inteligentes en general, que nos recuerda que sea cual sea la decisión que se adopte no se debe tener miedo porque, como decía Rita Levi-Montalcini, “las mujeres que han cambiado el mundo no han necesitado nunca mostrar otra cosa que su inteligencia”.
Pese a que reconoce que se ha avanzado mucho en materia de igualdad, todavía existen muchas cuestiones que influyen en el desarrollo emocional, profesional y social de las mujeres más inteligentes. ¿Cuáles son?
La más importante es creer, lo que todavía está latente en la sociedad, que las mujeres no pueden ser tan inteligentes como los hombres. Esto se observa en el comportamiento de los profesores, en las propias familias cuando tienen que invertir en la educación de sus hijos, y lo más grave, en la propia autoestima de las mujeres que se creen menos inteligentes de lo que realmente son.
¿Por qué dan miedo las mujeres superdotadas y nos sentimos incomodos ante ellas?
Todo aquello que no comprendemos generalmente nos asusta o nos produce rechazo, y en el caso de las mujeres, una inteligencia que se salga de lo normal es excepcional. Por ello, puede resultar intimidante para otras mujeres, pero sobre todo para los hombres que pueden ver amenazada su autoestima cuando una mujer, que culturalmente siempre se ha considerado inferior, les supera claramente en capacidades y más tarde en éxito profesional.
¿Qué mecanismo social lleva a silenciar a muchas mujeres con altas capacidades y a condenarlas a una vida profesional mediocre o a ocuparse en exclusiva de la familia y los hijos?
El desarrollo profesional excelente requiere tiempo, esfuerzo y concentración y, por ello, puede ser incompatible para una mujer que tenga que asumir sola las responsabilidades familiares al mismo tiempo que se dedica a su profesión. Por esa razón, muchas mujeres tienen que escoger y deciden o bien dedicarse a la familia o bien dedicarse exclusivamente a su profesión.
Cuando tienen el apoyo de su pareja, pueden desarrollar su profesión con éxito y al mismo tiempo ocuparse, con ese apoyo, de su familia y sus hijos, pero para poder hacerlo es imprescindible escoger el compañero de vida adecuado. No es una tarea fácil, teniendo en cuenta que los varones pueden sentirse amenazados en su autoestima por una mujer que sea más brillante o que pueda obtener mayores logros profesionales.
¿Esa desventaja social las lleva incluso a mentir, disimular o, como dice Pilar Gómez-Acebo, que prologa su libro, a ‘hacerse la tonta’? Efectivamente, Pilar lo ha expresado con brillantez como siempre, porque las mujeres nos hemos tenido que hacer las tontas durante toda la historia para sobrevivir en una sociedad en la que nuestro papel era siempre secundario. Así, muchas grandes ideas y logros adjudicados a los hombres han sido realmente producto de la inteligencia, el trabajo y los consejos de sus mujeres, que preferían “hacerse las tontas” y dirigir en la sombra.
¿Es posible que la inteligencia en soledad llegue a ser nuestro peor enemigo?
Los seres humanos somos animales sociales y necesitamos el afecto de nuestros semejantes y sentir que formamos parte de una comunidad, familia, club o grupo de amigos. Cuando la falta de habilidades sociales, la baja autoestima e incluso los comportamientos de evitación social que manifiestan muchas personas con altas capacidades llevan a la soledad es fácil sentirse mal y llegar incluso a manifestar problemas psicológicos. En esos casos, la inteligencia también puede ser una maldición.
Es esencial garantizar que las mujeres tengan acceso a la tecnología y se les brinde la capacitación necesaria para aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece. ¿Es preciso exigir políticas que fomenten la presencia del talento femenino en la digitalización de la economía y de la sociedad?
El ámbito de la tecnología es el que ya ofrece mayores oportunidades laborales y mayores ingresos, y por otra parte es donde ya es evidente la falta de personas preparadas para muchas empresas. Por ello, invertir en la presencia del talento femenino es imprescindible para la sociedad, y las mujeres con altas capacidades son las que más posibilidades tienen de tener éxito en esas áreas. Es necesario invertir en la identificación de los niños con altas capacidades y darles la oportunidad de desarrollar su talento en todas las áreas, tanto a los chicos como a las chicas.
En Destacar o callar refiere una extensa lista de mujeres superdotadas que incluye a las ganadoras del Premio Nobel de Ciencias. ¿Qué les une a todas ellas?
La mayoría de estas mujeres tuvieron oportunidades de formación que no estaban al alcance de las demás, por pertenecer a familias con un nivel cultural elevado, porque sus padres apostaron por su talento, o bien porque su propia constancia las llevó a romper las barreras sociales para entrar en la universidad y/o en las áreas de investigación. Por ello, lo que las une es su valentía y su genialidad, pero también que pudieron acceder a oportunidades que estaban vedadas para la mayoría de las mujeres de su época.
Si tuviese que quedarse con un referente, ¿cuál elegiría?
Siempre he admirado a Marie Curie, la más conocida de las científicas, madre y esposa, que colaboró estrechamente con su marido, ganadora de dos Premios Nobel, cuya hija también ganó un Premio Nobel, pero conociendo la historia de tantas otras mujeres que han dedicado su vida a la ciencia es difícil elegir. Quizás la que más me ha sorprendido es Agnes Pockels (1862-1935), el ama de casa que hacía física con el agua de fregar y leyendo los libros de sus hermanos que sí podían ir a la universidad porque las mujeres entonces no podían. Más tarde, Irving Langmuir (1932) obtuvo el Nobel de Química por su teoría sobre la tensión superficial, utilizando la cubeta diseñada por Agnes, mientras que Agnes nunca recibió ningún reconocimiento.
“La inteligencia emocional se desarrolla sobre todo durante la adolescencia. Si en esa etapa estás encerrado en ti mismo y apenas te relacionas es difícil adquirir habilidades sociales, fortalecer tu autoestima y afrontar con éxito los retos que supone hacerse mayor. Algunos superdotados nacen con esas habilidades sociales o las adquieren en el ámbito familiar, pero muchos necesitan apoyo emocional y entender lo que pasa con su entorno. Por ello cuando descubren que tienen altas capacidades, tanto niños como adultos, muchas circunstancias de su vida empiezan a encajar y aprenden a afrontar las relaciones con los demás de una forma diferente, entendiéndose a sí mismos y al mismo tiempo entendiendo las reacciones de los demás ante su forma diferente de ver la vida y de expresarse”.
Como superdotada, usted tuvo una infancia y adolescencia en la que llegó a considerar la idea del suicidio para escapar de una realidad esquiva y asfixiante. ¿Cómo fue su experiencia?
Mi experiencia fue similar a la de muchos chicos superdotados que se sienten diferentes a sus compañeros, cuyos padres tampoco les comprenden y que tienen intereses y objetivos muy diferentes en la vida, intereses de los que no pueden hablar sin provocar burlas y rechazo. Si a esto se añade el acoso escolar, visible o soterrado, la tendencia es a encerrarse en uno mismo y como comentábamos al principio baja autoestima, ansiedad y depresión. Es otro de los componentes de los que hablaba en La Maldición de la Inteligencia (Plataforma Editorial, 2014) y lo veo a diario en nuestra consulta en El Mundo del Superdotado.
¿Por qué su elevado cociente intelectual no se reflejaba al mismo tiempo en inteligencia emocional? ¿De qué forma gestionan la inteligencia emocional las personas con altas capacidades?
La inteligencia emocional se desarrolla sobre todo durante la adolescencia. Si en esa etapa estás encerrado en ti mismo y apenas te relacionas es difícil adquirir habilidades sociales, fortalecer tu autoestima y afrontar con éxito los retos que supone hacerse mayor. Algunos superdotados nacen con esas habilidades sociales o las adquieren en el ámbito familiar, pero muchos necesitan apoyo emocional y entender lo que pasa con su entorno. Por ello, cuando descubren que tienen altas capacidades, tanto niños como adultos, muchas circunstancias de su vida empiezan a encajar y aprenden a afrontar las relaciones con los demás de una forma diferente, entendiéndose a sí mismos y al mismo tiempo entendiendo las reacciones de los demás ante su forma diferente de ver la vida y de expresarse.
¿Está relacionada la conducta autolítica con la alta capacidad intelectual?
La conducta autolítica comienza como una llamada de atención para los problemas que los niños o adolescentes no saben cómo resolver. Su relación con las altas capacidades es clara por lo que hemos visto anteriormente, baja autoestima, depresión, ansiedad, sentimientos de soledad y de incomprensión del entorno, además de los problemas en casa y con los profesores. Todo ello en determinadas etapas puede ser difícil de superar para los chicos y lamentablemente pueden tener consecuencias muy graves.
¿Por qué a los superdotados se les llega a confundir con niños con hiperactividad o déficit de atención e, incluso, con el síndrome de Asperger?
La mayoría de superdotados cumplen perfectamente las evaluaciones superficiales de hiperactividad, porque son muy inquietos, despistados, prestan poca atención en las clases (porque se aburren), y su mente necesita estimulación y aprender cosas nuevas. Cuando no la reciben se mueven y pueden manifestar comportamientos disruptivos en el aula, llegando incluso a ser medicados sin necesidad.
Además de la hiperactividad y el déficit de atención que venimos denunciando desde hace años, últimamente se ha puesto de moda diagnosticarles con el síndrome de Asperger por sus dificultades de comunicación. Pero estas dificultades de comunicación no derivan de ningún trastorno del desarrollo, sino de sus problemas en las relaciones sociales con niños con los que no tienen nada que ver mentalmente. Si un niño con tres años ya sabe leer, y con cinco es capaz de dividir no tiene mucho en común con un niño normal y cuando habla de sus intereses los demás no entienden y termina convirtiéndose en el rarito de la clase, pero no tiene ningún trastorno, es superdotado.
Si un niño es brillante, los padres y los educadores piensan que puede ser superdotado. No ocurre lo mismo si la niña saca buenas notas. ¿Es más complicado que una niña superdotada vaya al psicólogo?
Los padres y profesores suelen pensar que un niño brillante es muy inteligente, pero en el caso de las niñas piensan que se esfuerza mucho, y no que destaque por su inteligencia. Las niñas también se adaptan mejor en clase, suelen sufrir menos acoso escolar visible y también suelen manifestar menos conductas disruptivas, por lo que sus padres no las traen al psicólogo y se quedan sin identificar. Una niña por cada tres niños es el ratio normal que vemos en El Mundo del Superdotado, pero también en los cursos especiales para niños con altas capacidades en todo el mundo.
Afirma que los niños superdotados ven el mundo de otra manera, que es como si hablasen un idioma distinto o viviesen en otro país. ¿Qué les diferencia del resto?
Maduran antes y por lo tanto su desarrollo intelectual y emocional es más temprano, así como su preocupación por los problemas del mundo, la justicia, la muerte o la naturaleza. Además, es habitual la gran sensibilidad, la hiperactividad mental, la curiosidad y las ganas de aprender. Cuando algo les interesa se obsesionan hasta que saben un montón sobre el tema. También destacan por ser despistados, por el rechazo a los ambientes ruidosos, la sensibilidad a los olores, determinadas telas, las etiquetas o manías especiales. Todo ello en conjunto les convierten en personas diferentes, como si hablasen un idioma distinto y destacan pronto en cualquier entorno.
¿Por qué las niñas tienen más problemas en la adolescencia?
Las niñas superdotadas tienen la necesidad de ser aceptadas por su entorno y no está culturalmente bien visto por sus compañeros que las mujeres destaquen por su inteligencia, por ello muchas niñas superdotadas se ocultan y parecen desaparecer durante la adolescencia. Es algo muy frecuente, de hecho, en mi caso lo viví personalmente dejando de obtener matrículas de honor a propósito para no destacar. La baja autoestima también es habitual en esa etapa y un nivel de autoexigencia mucho mayor que en las niñas normales, no solamente en cuanto a los resultados, sino también en cuanto a su propio físico. Por esta razón también son frecuentes los problemas de la conducta alimentaria.
¿Es verdad que a los hombres no les gusta mantener una relación con una mujer más inteligente que ellos?
Los hombres inteligentes y con buena autoestima no tienen problemas para mantener una relación con una mujer más inteligente, pero cuando no es así suele ser un problema de baja autoestima del hombre, que no acepta que su mujer le supere en capacidades.
¿En qué consiste el efecto Matilda?
Históricamente muchas mujeres han contribuido con su inteligencia a descubrimientos muy importantes en el mundo de la ciencia y han sido sus esposos o compañeros de trabajo quienes han recibido los reconocimientos. Esto es claramente visible en el caso de los premios Nobel recibidos por hombres y en los que las auténticas descubridoras no aparecían. También se ha dado en muchos otros ámbitos, como el arte o la literatura.
Aunque la presencia de mujeres en carreras STEM se ha incrementado considerablemente, muchas siguen eligiendo áreas de dedicación y salud para su desarrollo profesional. ¿Por qué?
Nuestra cultura asocia a las mujeres con las profesiones de cuidado y educación, en parte porque las mujeres tenemos determinadas tendencias innatas hacia el cuidado, pero también porque los propios estereotipos sociales, la propia familia, las llevan a elegir esas profesiones en lugar de otras consideradas más masculinas o menos compatibles con la vida familiar.
El techo de cristal se ha roto en muchas profesiones, antes inaccesibles, pero la cúpula directiva de las organizaciones sigue estando fuera del alcance de la mujer. ¿Por qué mandan tan poco?
En algunas áreas, sobre todo cuando se accede por oposición, la presencia femenina es muy importante. Pero cuando la elección es subjetiva, por ejemplo, en las empresas privadas o en los puestos de libre designación, la presencia femenina sigue siendo minoritaria. La primera razón es que la elección de los puestos directivos continúa estando en manos de las cúpulas empresariales o de la administración y estas siguen con presencia masculina en su mayoría.
Solo tenemos que ver las fotografías de las juntas directivas de las propias confederaciones de empresarios para observar la proporción de mujeres. Otra de las razones es que muchas mujeres renuncian por propia voluntad a puestos de mayor responsabilidad porque no les compensa si tienen que renunciar a su vida familiar, o por su mayor vulnerabilidad a las críticas como hemos podido observar en el caso de alguna presidenta del gobierno recientemente
¿De qué manera hay que sacudirse el síndrome del impostor?
La única forma es crecer en autoestima, ponerse en valor y valorar lo que se ha conseguido trabajando duramente y esforzándose. No dar por supuesto que por ser mujer no nos merecemos estar ahí cuando tenemos alrededor a muchos compañeros con muchos menos méritos que han llegado con más facilidad. Creer en uno mismo y darse la oportunidad de demostrarlo.
¿Es probable que a los hombres se les valoren sus capacidades intelectuales y a las mujeres solo su esfuerzo?
Creo que estaba contestada anteriormente. Es algo cultural que poco a poco esperamos que vaya desapareciendo.
¿La comunidad científica está cambiando la manera como trata el sexo y está aceptando la idea de que no hay cerebros masculinos o femeninos?
Actualmente, en la comunidad científica no existen estudios fiables que indiquen la diferencia entre los cerebros de hombres y mujeres. Todos los estudios nos dicen que fisiológicamente tenemos cerebros similares dentro de lo poco que todavía conocemos del funcionamiento cerebral. Pero la educación sí que va cambiando el cerebro y se va adaptando a las necesidades de la vida, tanto en el caso de los hombres como de las mujeres, por ello las diferencias de las que tanto se ha hablado pueden ser más un tema cultural que biológico.
¿Para que una mujer superdotada pueda superar las barreras es necesario actuar en el ámbito familiar y en el ámbito de la escuela, así como trabajar en la divulgación de modelos de éxito femeninos?
Efectivamente, y por ello es fundamental la divulgación de los problemas de identificación de las niñas y mujeres superdotadas, y cómo les influye el ámbito familiar y educativo. Esta ha sido la principal razón para publicar mi último libro Destacar o Callar, Niñas y Mujeres con Altas Capacidades.