Por CAMBIO 16
La ciudad de Nueva York se quedó sin tráfico. Sin comida a domicilio. Las clases canceladas y los parques públicos con las puertas cerradas. A los ciudadanos, que usaron hashtag #snowmageddon2015 o #snowapocalypse en las redes sociales, les pidieron que se replantearan la necesidad de salir de sus casas. El colapso se ha debido al temporal que comenzaba este lunes. Las medidas, anunciadas por los respectivos gobernadores de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, para hacer frente a la tormenta de nieve, «una de las mayores que ha habido en la historia de la ciudad», ya han sido canceladas y muchos las han considerado «exageradas».
Y es que la tormenta, aunque se desató con fuerza, «ha sido menos destructiva de lo previsto en estas últimas horas», ha señalado el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo, quien declaró el estado de emergencia en varios condados del la ciudad, incluyendo la isla de Manhattan, Bronx y Queens. El servicio de metro, que diariamente transporta a unos seis millones de personas, también ha vuelto a funcionar con normalidad tras su paralización. Era la primera vez que, a causa de una tormenta de nieve, cierra el suburbano.
30 millones de personas de la costa noroeste de Estados Unidos se vieron afectados. El mapa meteorológico indicaba este martes una amplia zona de nieve en los tres estados, con una previsión de entre 60 centímetros y un metro de nieve en la zona. La tormenta venía acompañada con vientos de unos 40 kilómetros por hora en la Gran Manzana. «La combinación de nieve y viento va a generar condiciones peligrosas y difíciles», alertó Cuomo. Los aeropuertos también la han sufrido, con un «extenso número de cancelaciones», alrededor de seis mil vuelos según los cálculos de los medios de comunicación locales. Los aeropuertos más importantes de Nueva York, JFK y LaGuardia, también se espera que vuelvan a la normalidad.
La zona de los alrededores de Nueva York más castigada es Long Island, en la costa del Atlántico, que tuvo una nevada que superó el medio metro. De hecho, en el condado de Suffolk, en Long Island, se mantienen las restricciones al tráfico de vehículos impuestas anoche y levantadas para el resto de la zona.
La tormenta, que ha azotado el noreste de Estados Unidos desde el lunes, provocando el caos a más de 60 millones de personas y obligando a paralizar la ciudad, se esperaba como la mayor tormenta de la historia de la ciudad, desde el Huracán Sandy que devastó la región en 2012. La tormenta ahora se dirige hacia Nueva Inglaterra y el norte de la costa Este. En Boston ya se ha contabilizado entre 180 y 270 centímetros.
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