Las horas tristes de la democracia
Cuando se quiere impulsar los valores de la democracia, sería hipócrita sentarse a la mesa con quien representa todo lo contrario, a menos que el propósito de esa reunión sea, precisamente, poner fin a la dictadura. Pero, en América (ese continente que va de Alaska a la Patagonia), parece que no lo acabamos de entender, o no lo tenemos suficientemente claro.
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