Los campesinos de los departamentos colombianos del Cauca, Norte de Santander, Nariño y Putumayo atraviesan una crisis que parecía inconcebible en la zona. La caída del precio de la hoja de coca marca niveles históricos. Una arroba de coca, 12,5 kilos que llegó a venderse por 80.000 pesos se comercializa en hasta 30.000 pesos. “Si hay quien la compre”, publicó el diario El Tiempo.
El valor de la hoja representa menos de la mitad de su valor “real”, pero los otros elementos para su siembra y cosecha. Los fertilizantes e insecticidas doblaron su coste.
Jhonnatan Patiño Cerón, alcalde de Argelia, sostuvo que el desplome de los precios de la hoja de coca se presentó hace tres meses. Advirtió que el muy bajo valor “genera crisis en los cultivadores que son el eslabón más débil de a cadena». Al igual que cualquier bien de intercambio, la hoja de coca se rige por principios económicos. Al bajar la demanda baja el precio. Las arrobas de hoja de coca comenzaron a quedar «frías» por la falta de compradores. Los agricultores dicen que ni los narcos quieren comprarlas.
Los cocaleros fían la hoja o la comercializan a muy bajos precios para no perderla. La situación es crítica para los campesinos. Trae hambre. «Se ha roto la dinámica económica. Esto significa desempleo, falta de alimento, inseguridad y desolación», dijo un comerciante.
Algunos líderes campesinos explicaron que el buen momento que vivió el precio de la hoja motivó a los agricultores. Sembraron en tiempo record grandes extensiones de terreno con hoja de coca sin prever las consecuencias.
Por qué bajó el precio de la hoja de coca
La baja en los precios de la coca obedece a varias causas. La primera es la falta de demanda. Al haber pocos compradores el precio cae. Diego Aguilar, secretario de Gobierno del Cauca, declaró que “tal vez no hay compradores o hay más control».
También existe otra posibilidad. Algunos afectados teorizan que la fluctuación del precio tiene que ver con la muerte de alias Mayimbú, el líder guerrillero, en un operativo militar en junio de 2022. La policía cree que existe una puja por el control del cobro de “vacunas” a cultivadores y negociantes. En consecuencia, se habría activado un sistema migrante de la coca que estaba en desuso. Este método traslada de un sitio a otro el cultivo de la hoja, de acuerdo con lo que dispongan quienes manejan los dineros para su compra.
En cuanto a esto el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, señaló en su cuenta de Twitter que los grupos armados dieron la orden de no cultivar más hoja de coca. La razón: «hay tanta que el precio está por el piso y todos pierden plata. Las regulaciones del capitalismo salvaje».
Las disputas entre diversas “organizaciones” por el territorio pudiera ser otro factor que afecta el cultivo de coca. Una autoridad de la zona de Cauca dijo que la fluctuación del precio se debe «al parecer por peleas entre carteles desde Bogotá o México. Lo que dicen es que no están comprando en algunas zonas del país. Esos son los rumores».
Mejor sembrar café
En los municipios de Argelia y El Tambo está la mitad de las siembras en el Cauca de hoja de coca. Es uno de los sitios con más altos niveles productivos por hectárea en Colombia.
En la memoria de los agricultores persisten los ‘picos’ en el precio de la hoja, pero ahora no ven el momento del repunte.»Nunca habíamos vivido algo así, que durara tantos meses», declaró uno de los afectados. Se queja porque sembró poco café. En la actualidad una arroba de café puede valer cuatro veces más que la de coca.
Cabe recordar que hace varios días desde Viena, Austria, la entonces viceministra de Asuntos Multilaterales de Colombia, Laura Gil, solicitó que la hoja de coca fuera retirada como una de las sustancias prohibidas en el mundo. Lo hizo en el debate general del 66º periodo de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas. «Incluir la hoja de coca en la lista de sustancias controladas de la Convención Única de 1961 constituyó un error histórico contra los pueblos autóctonos de los Andes. La planta no es el problema, la planta es parte de nuestra historia y nuestras tradiciones”, aseguró
La ONU desmiente la caída del consumo
El Informe Mundial sobre la Cocaína 2023 de la ONU contra la Droga y el Delito señala que la producción de cocaína se encuentra en su nivel más alto jamás registrado, con un repunte de la demanda tras la pandemia y la aparición de nuevos centros de tráfico, como África Occidental y Central Las mejoras e innovaciones en el cultivo del arbusto de coca y para la conversión de pasta de coca en cocaína también han contribuido al auge de la producción, que ha aumentado un 35% entre 2021 y 2022 hasta alcanzar niveles récord.
«La pandemia de covid-19 tuvo un efecto perturbador en los mercados de la droga. Con los viajes internacionales severamente restringidos, los productores lucharon para llevar su producto al mercado. Los clubes nocturnos y los bares cerraron, lo que provocó un desplome de la demanda de drogas como la cocaína», apunta el texto.
«Sin embargo, los datos más recientes indican caída ha tenido poco impacto en las tendencias a largo plazo. La oferta mundial de cocaína se encuentra en niveles récord». En 2020 se produjeron casi 2.000 toneladas de cocaína, una continuación del «espectacular aumento de la fabricación que comenzó en 2014, cuando el total era menos de la mitad de los niveles actuales», advierte.
Colombia no ha dejado de producir
La demanda, no obstante, sigue siendo mayor en América del Norte, el 30% de la demanda mundial de la droga en 2020. La proporción más alta de todo el mundo, según la ONU. América Central, del Sur y el Caribe ocuparán el segundo lugar, con el 24% de los consumidores de cocaína en 2020. Europa occidental y central se situó en tercer lugar, con un 21%, y en un lejano cuarto lugar se situó el continente africano, con un 9% del consumo mundial. Gran parte de la información conocida sobre el aumento del consumo de cocaína se ha obtenido mediante el análisis de aguas residuales.
El cultivo de coca se concentra en Colombia, con el 61% del total; Perú, con el 26%; y Bolivia, con el 13%. Estados Unidos ha detectado que han detenido las operaciones antinarcóticos desde que Gustavo Petro asumió el gobierno en Colombia. Su política se enfoca a la prevención del consumo y no en la persecución de narcotraficantes y cultivadores. «Por primera vez en dos décadas, Colombia no ha erradicado ni una hectárea de cultivo de coca, bajaron las incautaciones y aumentó la producción de cocaína», dijo Brian Nichols, jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina y el Caribe.
La vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, declaró que se ha estigmatizado el uso tradicional de la hoja de coca de las comunidades étnicas. «Creo que llegó el momento de despenalizar el uso de la hoja de coca en los territorios étnicos y en los territorios indígenas. “Seguir criminalizando el uso de la hoja de coca no le permitirá a Colombia lograr la ‘paz total’. Esa política criminal, racial nos tiene sufriendo una crisis humanitaria”, subrayó.