Los créditos de plástico han surgido como herramienta más en medio de la creciente preocupación por la contaminación generada por la producción indiscriminada de plástico. Aunque no se trata de una solución completa y genera mucha controversia, puede influir en el comportamiento de las empresas y financiar proyectos de reducción del uso de polímeros. Empresas como Coca-Cola, Nestlé y PepsiCo los han comprado demostrar que han ayudado a reciclar o eliminar del medio ambiente una cantidad igual de plástico del que utilizan.
El dinero recaudado a través de la venta de créditos se destina a proyectos que abordan la contaminación por plásticos. Pueden incluir limpieza de playas, promoción del reciclaje o inversión en tecnologías más sostenibles. Sin embargo, entre activistas ambientales hay muchas dudas en cuanto a su alcance y a las afirmaciones de «neutralidad plástica». Destacan que los créditos suelen ser más baratos que el reciclaje y los proyectos a los que se dirigen suelen causar más daños ecológicos y de salud pública.
PepsiCo, que produce los conocidos Cheetos, Doritos y Lay’s, es uno de los mayores contaminadores plásticos corporativos del mundo. Sin embargo, el conglomerado se autodenomina «neutral en materia de plástico» en algunos países como Filipinas, donde sus paquetes de patatas fritas copan las playas y contaminan el océano.
EL DATO
Los créditos plásticos son un mecanismo de intercambio que permite a las corporaciones cancelar técnicamente el plástico que producen. En general, una tonelada de residuos recolectados o reciclados vale un crédito plástico.
Logotipo que identifica la contaminación
Break Free From Plastic, una coalición de grupos ambientalistas, llevó a cabo en 2023 una investigación. Voluntarios recogieron y analizaron más de 537.000 piezas de residuos plásticos en 41 países. Al menos 34.780 piezas estaban vinculadas con PepsiCo, más que cualquier otra multinacional. Superó en número a The Coca-Cola Company por primera vez desde que comenzó el proyecto en 2018. De los residuos plásticos de PepsiCo, los más frecuentes eran Lay’s.
Estos hallazgos, junto con diferentes estudios que muestran que Filipinas es uno de los países con mayor contaminación plástica, ponen en tela de juicio la autodenominación de «neutral en materia de plástico». Produce montañas de desechos plásticos, no solo en la nación asiática, sino en todo el mundo.
PepsiCo dice que «comparte la preocupación» de que el plástico y otros desechos se acumulen en las fuentes de agua y en la tierra, y se ha fijado algunos objetivos de sostenibilidad. Asegura que quiere producir menos plástico para 2025 y que se recicle una mayor cantidad, pero no especifica cuánto. Como la empresa no se encarga del reciclaje por sí misma, invierte en proyectos de otros comprando voluntariamente «créditos plásticos».
PARA SABER
Se calcula que cada año se vierten unos 19 millones de toneladas de residuos plásticos al medioambiente. Dos tercios acaban en la tierra y el resto en los ríos y las costas. Our World in Data calcula que 1,7 millones de toneladas acaban en los océanos del mundo. Muchos de los residuos plásticos se descomponen en partículas diminutas (microplásticos y nanoplásticos) en el agua potable y en la cadena alimentaria.
Gato por liebre
El riesgo del lavado de imagen verde está presente igual que en el mercado de los créditos de carbono. PepsiCo adquiere sus créditos plásticos en una plataforma de negociación de nombre PCX Markets. Opera en Singapur y funciona como intermediaria entre compradores y vendedores. En los medios y en su sitio web se vende como una empresa verde.
PepsiCo compró en marzo de 2023 casi 370 créditos plásticos a través de PCX de Republic Cement, una de las plantas de cemento más grandes de Filipinas. La cementera utiliza residuos domésticos como combustible. Sin embargo, en el registro de PCX se encontró que la mayoría de esos créditos se emitieron para la quema de neumáticos viejos de automóviles en hornos de cemento, en lugar de residuos de envases de Lay’s, Doritos y Cheetos.
Para cumplir con la tonelada de residuos plásticos que significa cada crédito, los recicladores prefieren recoger neumáticos en vez de bolsas de patatas fritas porque requiere menor esfuerzo. Un crédito plástico no especifica qué tipo de desecho se está recolectando o reciclando, lo que quiere decir que una empresa puede producir plásticos difíciles de reciclar -como es el caso de PepsiCo- y al mismo tiempo compensarlo con créditos que son destinados a plásticos más fáciles de recoger o reciclar.
Sin muchos golpes de pecho
En el sureste asiático, los créditos de plásticos se dirigen a proyectos que varían desde recolectores de residuos que extraen plástico del océano o en tierra hasta una empresa que convierte botellas de PET y otros plásticos en muebles de terraza. No existe supervisión ni regulación que determine qué proyectos pueden vender créditos plásticos. Cada plataforma de comercialización o sistema de certificación tiene sus estándares. Sin embargo, la modalidad es similar a la que se aplica en otras partes.
Las empresas contaminadoras como PepsiCo los compran voluntariamente a un propietario de un proyecto para compensar sus desechos plásticos en otro lugar del mundo. Lo hacen porque sus clientes, inversores y gobiernos los responsabilizan cada vez más de causar un impacto negativo. Además, les brindan ventajas comerciales. Las empresas pueden afirmar que son responsables o neutrales en materia de plástico y lavar su imagen a un bajo precio. En Filipinas, los créditos suele costar entre 100 y 120 dólares.
La Fundación Ellen MacArthur, con sede en el Reino Unido, aconseja a los gobiernos que se aseguren de que las empresas paguen la cantidad de plástico que producen. Calcula que en Europa es necesario cobrar unos 1.100 euros por tonelada de envases de plástico flexible producidos, pero actualmente cobran muy poco. En el caso de los plásticos con múltiples capas que son más difíciles de reciclar, como las bolsas de patatas fritas, la tasa debería ser aún mayor, con el fin de incentivar cambios en el diseño de los envases.
EN PAÑALES
El mercado de los créditos plásticos todavía está en sus inicios. Aunque está cobrando auge. El Banco Mundial emitió este año un bono de créditos plásticos de 100 millones de dólares para apoyar proyectos de recolección y reciclaje de plásticos en Indonesia y Ghana. También el Banco Asiático de Desarrollo ha dicho que está estudiando cómo ampliar los esquemas de créditos plásticos. Dos ONG especializadas en plásticos calculan que todos los proyectos de este tipo cubiertos por un conocido programa de certificación tendrán un valor de casi 5.000 millones de dólares para el año 2030.
Contaminación doble
Las cementeras afirman que quemar plástico es mejor para el medio ambiente. Sin embargo, es una práctica también perjudicial. Investigaciones refieren que se liberan 2,9 kilogramos de CO2 por cada kilogramo de plástico quemado. Además, a menudo se pasa por alto que el plástico se procesa con diversos tipos de productos químicos nocivos.
En la plataforma donde PepsiCo compra sus créditos, el 100% de los proyectos utilizan el método de coprocesamiento. De hecho, según el último informe de impacto de PCX, casi el 70% de los residuos se procesaron de esta manera en 2023. Según expertos, las bolsas de patatas fritas y otros envases alimentarios de PepsiCo son prácticamente imposibles de reciclar. Están formadas por varias capas de plástico, normalmente con otra capa de aluminio entre ellas. Regularmente suelen acabar en vertederos o en hornos de cemento. De hecho, este tipo de envases son la forma más preocupante de contaminación plástica en Filipinas.
Para muchos, los créditos plásticos son una farsa pues las empresas que producen plástico eluden su responsabilidad comprándolos, sin reducir significativamente su huella de plástico ni invertir en alternativas reutilizables.
Ser plástico neutro
Está claro que las reducciones en la fabricación y el uso de plástico son fundamentales para crear un mundo libre de contaminación. Este material que en algún momento facilitó la vida, hoy es un gran problema en el agotamiento y destrucción del medio ambiente. Los plásticos no se pueden producir ni recuperar de una manera verdaderamente neutra. Siempre queda algo de plástico en forma de microplásticos que se filtran y terminan dañando el medio ambiente.
El 75% de las emisiones de plástico están vinculadas con su producción y, por tanto, se liberan al aire antes de que el producto esté terminado. Una empresa puede describir productos en los que se utiliza plástico como plástico neutro, pero tales afirmaciones no se controlan ni examinan de forma independiente.
Sin embargo, ser plástico neutro representa una forma de abordar la situación de los desechos plásticos, mejorando su manejo y recolección. Pero se debe hacer tomando conciencia y no utilizándolo para lavar la imagen ante inversionistas, clientes o autoridades. Simultáneamente, el financiamiento podría impulsar la economía circular y crear fuentes de empleo e ingresos para miles de trabajadores que manejan residuos.
El objetivo: la huella cero
Se conoce como plástico neutro al estado de tener una huella plástica neta cero —recuperar más plástico del medio ambiente del que se libera—, durante un periodo definido. Al igual que la neutralidad del carbono, la de plástico debe ir acompañada de compromisos de reducción para abordar la crisis ambiental de manera integral.
Inspirado en los créditos y la neutralidad de carbono, el mercado de los créditos plásticos puede ayudar a las organizaciones a volverse más conscientes. Dicho instrumento refiere a una certificación transferible que implica la recolección de un peso específico de desechos recuperados o reciclados, sin atajos ni trampas. Bien utilizados, los créditos plásticos pueden contribuir a aminorar el impacto de este material, a través del apoyo en infraestructura que facilite la gestión de desechos y en innovaciones circulares en todo el mundo. También, al intensificar la recolección y aumentar la recuperación y reciclaje.
La neutralidad plástica se asocia principalmente con marcas o productos de consumo. La aceptación del concepto se está extendiendo rápidamente en América del Norte y Europa, con certificaciones como Plastic Neutral y similares ya visibles en miles de productos. En este sentido, la neutralidad del plástico se debe adoptar como una acción responsable de las industrias ante el agraviante ambiental que son los plásticos.