Por Andrés Tovar
06/05/2017
Hace unas semanas, la primera ministra británica, Theresa May, se la jugó al pedir unas elecciones generales anticipadas a las legislativas que se llevarán a cabo el 8 de junio. Su decisión venía arropada por un respaldo en las encuestas que mostraban que su partido conservador poseía un gran margen sobre el partido laborista de la oposición tradicional.
Tras celebrarse este viernes esas elecciones, los resultados sugieren que ella estaba en lo cierto: los conservadores británicos han arrasado en los comicios locales y comarcales en Gran Bretaña, allanando el camino para una firme victoria de la primera ministra en las legislativas. La ventaja de los tories —con un total neto de 554 escaños ganados en las urnas este 4 de mayo— se ha producido a costa de los laboristas y del euroescéptico UKIP, que han perdido 321 y 119 concejales, respectivamente.
El avance cubre feudos laboristas del norte de Inglaterra y se adentra por primera vez en Escocia, donde los tories han atraído votos del electorado opuesto a la independencia del resto de Reino Unido.
A nivel nacional los resultados darían a los conservadores el 38% de votos; laboristas, 27%; Liberal Demócratas, 18%; independientes y otras formaciones, 17%, según la proyección de la BBC.
Igualmente, los laboristas han perdido el control del ayuntamiento de Glasgow por primera vez desde 1980, pero han retenido Cardiff y otras plazas de Gales. Y aunque el partido de Jeremy Corbyn se hizo además con las nuevas alcaldías de Manchester y Liverpool, pero los conservadores les arrebataron la muy reñida autoridad combinada de West Midlands y Tess Valley.
El líder laborista renunció a tirar la toalla pese a los pobres resultados para un partido que está en la oposición desde 2010. «Los resultados son variados, hemos pedidos escaños pero estamos acortando distancias con los conservadores», señaló Corbyn en un comunicado.
Todos los partidos retomado de inmediato el foco de la campaña de las legislativas que se celebran en cinco semanas.
Para May y su equipo conservador el principal temor es la abstención de sus viejos y nuevos votantes que den por ganada la batalla del 8 de junio. Por eso, la primera ministra ha preferido no quiere caer en triunfalismos: «No doy nada por hecho, la elección general se ganará en la jornada final por gente real depositando votos reales», declaró la primera ministra conteniendo el júbilo de haber logrado el mejor resultado en unas municipales en los últimos 40 años para un partido gubernamental.
May ha tenido dificultades para cumplir con sus promesas sobre el Brexit desde que asumió el cargo en julio del año pasado. En primer lugar, se enfrentó a retos legales al desencadenar el proceso de salir de la UE. Y más recientemente, se ha enfrentado a la oposición dentro de su propio partido en su manejo de la cuestión. Así, cuando llamó para una elección general, su esperanza era aumentar la mayoría que los conservadores sostienen en el Parlamento británico para reducir las voces discrepantes.
Los resultados muestran que su posición es fuerte. Y si había alguna esperanza de que las elecciones generales pudieran cambiar el curso del Reino Unido sobre el Brexit, esto está desapareciendo rápidamente.