Aguaduna es el primer proyecto del mundo de una nueva generación de ciudades cuyo desarrollo está vinculado a la gestión de sus impactos sociales, ambientales y económicos. Es un modelo desarrollado en España en colaboración con el partner estratégico Siemens, que crea un una ciudad inclusiva, sostenible, inteligente y replicable
Aguaduna es el primer proyecto del mundo que implementa un innovador modelo estratégico y empresarial de ciudad, donde la tecnología y la sostenibilidad son sus cimientos, que busca no solo recuperar el equilibrio entre sociedad y naturaleza para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y preservar el entorno natural, también ser un centro clave para la actividad empresarial.
El proyecto concebido en España y que se ubica en el municipio de Entre Ríos, en el litoral norte del estado de Bahía (Brasil), ya se encuentra en marcha y comenzará su desarrollo en el segundo trimestre de 2021. Además, se trata de un modelo replicable que, a medio largo plazo, se prevé implantar en cada continente.
La iniciativa es propiedad de la empresa de capital español Naurigas Emprendimientos, participada por las familias Matutes Mestre y Espallargas, y conceptualizado y desarrollado por Seed Global Advisoring (SGA), empresa española especializada en desarrollo de proyectos. El proyecto también cuenta con una asociación estratégica e inversiones de Siemens, socio de referencia y que implantará soluciones tecnológicas que harán de Aguaduna todo un referente en el uso de datos a gran escala, además de otras empresas innovadoras. Estas inversiones estarán dirigidas hacia el progreso de la región y la generación de conocimiento para toda la comunidad.
Aguaduna se vende como la primera ciudad del mundo que desarrolla un nuevo modelo estratégico y empresarial basado en la tecnología y la sostenibilidad. ¿Otro proyecto más que surge al calor del cambio climático? ¿Qué la distingue de otras iniciativas similares?
Es evidente que una de las motivaciones principales de este proyecto es la lucha contra el cambio climático y la creación de entornos urbanos mucho más sostenibles, resilientes y adaptados al medio natural que los modelos hasta ahora imperantes. Pensamos que una de las principales características de Aguaduna es su carácter holístico: abordamos cuestiones como la economía circular, la sostenibilidad y la reducción de emisiones en todos los frentes, desde la movilidad sostenible, la eficiencia y gestión de los recursos energéticos e hídricos, pero también la seguridad y un aspecto que nos gustaría destacar por encima de todos, la integración de los ciudadanos como una parte activa en el desarrollo de la ciudad.
Muchas de estas utopías suelen acabar en distopías. ¿No avanza la tecnología mucho más rápido que la ejecución de una obra de esta naturaleza?
Vivimos inmersos en un momento de cambio constante y somos conscientes de que los avances tecnológicos se producen a un ritmo exponencial. De hecho, tecnologías como el 5G, el Internet de las Cosas o la Inteligencia Artificial, de las que venimos oyendo hablar desde hace bastante tiempo, aún no son una realidad absolutamente tangible para la mayoría de los ciudadanos. En este sentido, nuestra tarea es anticipar todos estos cambios e integrarlos en un proyecto dinámico y en constante evolución. Además, una de las señas de identidad de Aguaduna es la creación de un polo de innovación e investigación. Aguaduna no es solo una ciudad, sino un laboratorio para el futuro de las ciudades.
El Centro de Innovación será el polo atractivo de perfiles profesionales orientados a la innovación y a la sostenibilidad justamente para anticipar los cambios y soluciones. El objetivo es, a través del Net Zero Studio –nombre para la versión virtual del centro–, colaborar con universidades, empresas y organismos de innovación para investigar, crear y probar soluciones posibles de ser escaladas a otras ciudades, sean nuevas o existentes.
IMPACTO SOCIAL
Aguaduna abarcará un área total aproximada de 1000 hectáreas. Se estima que, en un período de 15 años, Aguaduna acogerá a 36.000 residentes, lo que tomando en consideración la población actual de Entre Ríos supone un crecimiento sostenido del 10% anual. Además, habrá una generación estimada de más de 30.000 puestos de trabajo para trabajadores no residentes en las áreas de servicios y comerciales, científicos y profesionales de la tecnología, la salud, la educación y la agroindustria, así como una capacidad diaria para recibir 5.500 turistas. El paisaje y el medio ambiente son elementos sensibles que recibirán plena atención en todas las fases del proyecto
La ciudad se ubicará en el estado de Bahía, al noroeste de Brasil. ¿Por qué?
La razón de elegir esta localización se debe a la apuesta por acoger nuevas tendencias, avances e innovaciones. Así, se pretende resolver los grandes desafíos de Brasil en áreas como la generación de energía limpia, la movilidad urbana y la seguridad. Además, la estratégica ubicación aporta al proyecto importantes influencias industriales, comerciales, tecnológicas y científicas, así como turísticas, debido a su proximidad a ciudades como Salvador, Camaçari y Feira de Santana, o la población turística de Praia do Forte.
Optimización del uso del agua
En cuanto al uso de agua y aguas residuales, las técnicas de gestión de datos más avanzadas son esenciales para un ciclo optimizado de estos recursos. Gracias a modernos sistemas de electrificación, automatización y digitalización integrada, es posible obtener el mejor rendimiento energético y reducir la tasa de pérdidas. Este sistema de suministro de agua local traerá beneficios como la reducción de la contaminación y las emisiones, una mayor resiliencia climática y el suministro de agua de calidad. La expectativa de Aguaduna es reducir el consumo de agua en un 50%.
La digitalización y uso de datos permitirá la construcción de una reproducción digital del sistema, mediante la cual los jefes de proyecto podrán anticipar cualquier problema y realizar capacitaciones basadas en simulaciones, de acuerdo con la demanda de consumo de agua detectada en tiempo real.
Aguaduna también contará con un sistema autosuficiente de captación de agua subterránea, superficial y marina, con pavimento permeable para alimentar el manto freático. También habrá recursos para captar y reutilizar el agua de lluvia para el riego de áreas de paisajismo y el sistema alimentario; soluciones para la recirculación de aguas grises; tratamiento de efluentes para riego de áreas verdes y plantaciones de productos agrícolas; y reutilización de lodos, con miras a la producción de biodiesel y biogás, así como sustrato para la fertilización de cultivos.
Se miran en el espejo de la ciudad sueca de Malmö para introducir soluciones circulares en su proyecto. ¿Por qué?
Cuestiones como la circularidad de la economía o de nuestro modelo productivo son una preocupación que nos atañe al conjunto de la sociedad a nivel global. Aguaduna se mira en el espejo de todos aquellos lugares, incluido Malmö, que nos permitan avanzar en esta dirección, la de un mundo más sostenible y amable con su entorno. Y, por supuesto, esperamos ser el espejo en el que otros muchos proyectos se miren en el futuro porque, como te comentaba, la emergencia climática es un desafío en el que es necesario aunar esfuerzos.
Sin embargo, Aguaduna es una ciudad construida totalmente desde cero, lo que nos amplía las posibilidades de ser totalmente circulares y superar los índices alcanzados por estas ciudades ya que tenemos la oportunidad de tomar decisiones desde la fase de planeamiento, al revés de estas ciudades que han tenido que adaptar sus modelos, hábitos e infraestructuras.
Anuncian que Aguaduna es mucho más que una smart city, ¿en qué se diferencia?
El concepto de smart city ha sido durante muchos años una idea que ha favorecido el desarrollo de soluciones tecnológicas para tratar de solventar las problemáticas de los entornos urbanos del siglo XXI, unos espacios que concentran ya a más de la mitad población mundial y que seguirán creciendo durante los próximos años hasta alcanzar el 70% de los ciudadanos del mundo en 2050.
Madrid, Barcelona, Tokyo o París, todas son ciudades inteligentes en el sentido de que han aplicado soluciones para mejorar, por ejemplo, su movilidad, o la reducción de emisiones. En este sentido, Aguaduna va mucho más allá. Es una ciudad inteligente, pero también resiliente, un concepto que entronca de nuevo con la idea de circularidad. No es solo una ciudad que trata de reducir sus emisiones, es una ciudad que aspira a modificar el sistema de producción y consumo actualmente vigente, hacia un modelo basado en la autonomía, la recuperación de recursos y la regeneración de la estructura medioambiental en que está insertada.
¿Qué ha visto Siemens en Aguaduna para convertirse en un socio de referencia?
La implementación de soluciones inteligentes y servicios digitales como los mencionados anteriormente será esencial para el éxito de Aguaduna. El uso del Big Data es la base de una economía circular como la que se llevará a cabo en la ciudad, que desde el principio contemplará la regeneración de los sistemas naturales mediante el uso de energías renovables y la ampliación de la vida útil de los productos y materiales, el correcto tratamiento de los residuos y la captación del agua de lluvia.
La introducción del sistema MindSphere de Siemens en el proyecto de Aguaduna es una oportunidad increíble para ambas compañías de testar un sistema que en el futuro pueda replicarse en el resto del mundo, y de esa ambición nace esta colaboración.
¿Qué desafíos afronta en las áreas de infraestructura?
Aguaduna será una ciudad donde el 14% del terreno estará cubierto por carreteras y edificios, por lo que el restante 86% serán superficies permeables, siendo el 37% áreas protegidas (Mata Atlántica, lagunas naturales y dunas) y el 49% áreas verdes, parques y espacios verdes urbanizados. Esta superficie altamente permeable permitirá una reutilización óptima de recursos naturales, como el círculo de agua natural. La sostenibilidad forma parte del ADN de Aguaduna.
Las construcciones arquitectónicas utilizarán técnicas constructivas basadas en criterios sostenibles, entre las que se encuentran: uso de cubiertas verdes o paneles solares en cubiertas; uso de materiales de construcción extraídos y fabricados en la región, reduciendo el impacto ambiental derivado del transporte (esto supondrá un aumento del valor social local), uso de madera certificada en todo el proceso constructivo para fomentar el manejo forestal sostenible; la frecuente presencia de entradas estructurales que permitan la iluminación y ventilación natural, especialmente con características de ventilación cruzada; elección de sistemas de iluminación que consuman menos energía y reduzcan los impactos sobre el medio ambiente.
Además, Aguaduna pretende reducir los impactos negativos de los gases refrigerantes en la atmósfera, eliminando el uso de equipos que contienen gases de efecto invernadero como el HVAC.
¿Cómo será la movilidad en Aguaduna?
Todos los vehículos serán impulsados por energías limpias. Una persona que llegue a Aguaduna con su coche de combustión interna deberá estacionarlo en el intercambiador, una instalación intermodal situada en la entrada de la ciudad, y acceder desde allí a su propio vehículo eléctrico o bien a cualquiera de las opciones de movilidad disponibles (autobuses autónomos, coches compartidos, bicicletas, patinetes, etc.). El modelo compartido-autónomo permitirá que haya muchos menos vehículos circulando, dejando más espacio público para las personas. La conectividad de los vehículos, generará una información muy valiosa. Se podrá, por ejemplo, adaptar el sistema a los hábitos y necesidades de los ciudadanos, detectar desperfectos en las vías o trabajar de forma predictiva para minimizar los accidentes.
¿Y la logística?
Todavía está bajo análisis y estamos estudiando diferentes sistemas, que van desde sistemas de movilidad autónomos con hubs de distribución como puntos de conexión, a la distribución subterránea y neumática que se presenta como una solución muy interesante para desarrollos que empiezan de cero.
Afirma que la economía circular es la llave para la independencia energética. ¿De qué forma se implantará un modelo renovable y eficiente de generación y distribución?
Hay muchos ejemplos de cómo funcionaría. Por ejemplo, con sistemas de acondicionamiento pasivo, es decir, sistemas para regular el frío o el calor de los edificios de forma natural y sin consumo energético adicional. También estableceremos una planta centralizada de energía solar, que nos permitirá rescatar parte de la energía que se pierde durante el transporte. La economía circular es la base para construir un nuevo modelo de ciudad resiliente y libre de emisiones de CO2. Pero también en cuestiones como la alimentación.
Aguaduna utilizará técnicas de cultivo regenerativo que no solo ayudan a obtener alimentos de mayor calidad, sino que contribuyen directamente a la mejora de la remineralización y la salud del suelo y por tanto a la recuperación del entorno. Aguaduna generará el 40% de los alimentos que consuma y el resto se trabajará con proveedores locales, con programas de formación para esos proveedores del entorno para acelerar el cambio a modelos de agricultura orgánica y más sostenibles y colaborar con la cadena de suministro de Aguaduna.
El grid edge es el sistema por el que el consumidor y la red inteligente se ponen en contacto. ¿Permitirán las multinacionales que sea el consumidor quien controle la demanda, la distribución y los precios?
Todavía no tenemos una regulación en el país que permita una total flexibilidad y libertad donde el consumidor asuma un papel protagonista en el control de la demanda, la distribución y las tarifas. Lo que pretendemos en Aguaduna es armar una configuración inteligente del sistema de generación/distribución y comercialización de energía, siempre a partir de fuentes renovables, utilizando todas las alternativas que se presenten dentro de la normativa vigente, pero que otorgue autonomía, flexibilidad, eficiencia, cero emisiones de CO2 y competitividad a todos los actores involucrados.
CETREL
«En Cetrel disponemos de tecnología avanzada para la gestión integrada de datos medioambientales, operaciones ininterrumpidas y automatizadas de producción y distribución de agua, recogida y tratamiento de efluentes y gestión de diversos tipos de residuos, con énfasis en la reutilización del agua y la recuperación energética de los residuos», según João Farah, director industrial de Cetrel
La gestión del ciclo del agua es fundamental para un estilo de vida saludable. ¿De qué forma se abordará?
La gestión de los recursos hídricos es fundamental para un proyecto como Aguaduna que, además, se desarrolla en un país como Brasil, donde el acceso a agua corriente y potable sigue siendo complicado en determinadas áreas y para determinados sectores de la población.
Algunas acciones que desarrollaremos para hacer un uso más eficiente del agua serán, por ejemplo, la reutilización de las aguas grises, aguas con sustancias jabonosas y restos orgánicos, que una vez depuradas pueden emplearse en riego o limpieza. Además, reaprovecharemos el agua pluvial que, pese a no ser agua potable, puede sustituirla en lavadoras, lavavajillas, WC y riego, suponiendo hasta un 80% del uso total del agua demandada por una vivienda.
A través del Big Data, la cadena de suministro digitalizada de Aguaduna rastreará y respaldará la transparencia y trazabilidad de su sistema alimentario como nunca antes lo había hecho. ¿Se acabó la comida basura y el desperdicio de alimentos?
Uno de los compromisos de este proyecto es la circularidad, por lo que el desperdicio de alimentos no tiene cabida en nuestro modelo, y todo producto alimentario que no pueda ser consumido por los ciudadanos de Aguaduna, tendrá una segunda vida.
A través de la app de trazabilidad que estamos estudiando con Siemens, recolectamos datos desde la parte de la siembra, cosecha y distribución del sistema de agricultura urbana, datos del consumidor, hasta el desecho, controlando la basura generada y la cantidad de compost generado. Es decir, toda la cadena estaría controlada a través de la tecnología para avisar a los usuarios para que utilicen determinados alimentos se caduquen, bonificar a los usuarios por la cantidad de residuos generados y garantizar la circularidad del proceso al monitorear el compost orgánico que vuelve a ser utilizado en los huertos.
El proyecto empresarial pasa por la creación de un parque tecnológico donde estarán presentes las compañías que obtengan licencia. ¿Qué caracteriza esta fase?
La primera fase es la virtual, llamada de Net Zero Studio, donde colaboramos con las compañías, centros de investigación, universidades y nuestro partner de innovación para establecer cuáles son los desafíos globales (escasez de agua, matriz energética, etc.) que desean enfrentar estas compañías para entonces crear los pilotos y, una vez la ciudad ya esté funcionando, podamos testear estas soluciones con el objetivo de escalar para otras ciudades y así colaborar globalmente.
SIMBIOSIS
“Para que nuestra generación y las venideras ganen en calidad de vida es necesario que replanteemos la simbiosis Sociedad-Naturaleza y que hagamos uso de la tecnología y del conocimiento como medio para la consecución de ciudades más habitables, más resilientes y más sostenibles. Aguaduna es un modelo de ciudad innovador, que pone en valor a las personas, la sociedad y la naturaleza”
¿La capitalización del proyecto se basa en estos acuerdos de licencia?
Parte de la estructura de capital del proyecto de infraestructuras se financiará efectivamente a través de los contratos de licencia, si bien, el proyecto contará también con inversión de capital privado y financiación de organismos multilaterales de crédito y desarrollo.
¿También emitirán bonos verdes?
La financiación vía bonos verdes está creciendo exponencialmente en los últimos años, lo cual es una gran noticia porque significa que todos los actores del sistema financiero empiezan a estar sensibilizados con la transición hacia una economía más respetuosa y sustentable. Nuestro proyecto cumple todos los requisitos para ser atractivo para ese mercado, por lo que efectivamente es una vía de financiación que estamos estudiando.
¿La generación de empleo y la contribución en el cuidado del entorno natural y la biodiversidad es asumida por las empresas como un compromiso contractual?
Los partners con una relación contractual de gestión con Aguaduna asumen el compromiso de generar un número determinado de puestos de trabajo vinculados a las áreas de innovación de las licencias que gestionen o se vean involucrados como proveedores.
Asimismo, desde el proceso de cocreación actual ya se está trabajando en programas de formación dirigidos a la población cuya responsabilidad de implantación recaerá en gran medida en cada uno de los partners.
La preservación y mejora del entorno natural está en el ADN de nuestro proyecto por lo que el compromiso de los partners ya desde las etapas previas de cocreación del proyecto es intrínseco al propio desarrollo del modelo.
¿Qué acuerdos y alianzas estratégicas han suscrito para respaldar este proyecto?
Además del acuerdo desarrollado con Siemens, también hemos desarrollado una colaboración con SegurPro, la filial brasileña de Prosegur, que se encargará de desarrollar la seguridad de Aguaduna, lo que incluye el análisis detallado de todo el plan del proyecto y la implementación de un Centro de Control y Seguimiento especializado en smart cities. Este centro será responsable de un sistema de seguridad destinado a vigilar las rutas de acceso, el perímetro del complejo, las zonas comunes y los edificios comerciales y residenciales, además de incorporar soluciones de protección inteligentes y autónomas, incluso a través de videovigilancia.
Además, recientemente hemos alcanzado dos acuerdos significativos con Enel X y Cetrel para la gestión y eficiencia de los recursos energéticos e hídricos.
La asociación entre Aguaduna y Enel X contempla la implementación de soluciones de operación y mantenimiento en energías renovables, una práctica fundamental para que el proyecto obtenga certificaciones internacionales en este ámbito. La empresa también prevé la aplicación de productos y servicios tecnológicos integrados y aplicables en los espacios públicos, la movilidad y la construcción en las ciudades inteligentes.
Por su parte, la participación de Cetrel en Aguaduna incluirá estudios, soluciones y servicios relacionados con el agua, los residuos y el medio ambiente. Este conjunto abarca el tratamiento, la optimización y la reutilización del agua y los residuos líquidos y sólidos, así como los procesos energéticos.
En su web afirman que “la innovación, la sostenibilidad y el empoderamiento de las personas son la base de este «laboratorio viviente», una ciudad reimaginada que incluirá residentes a tiempo completo, turistas y pioneros urbanos que probarán y desarrollarán tecnologías como hogares inteligentes, autonomía de las personas y restauración de la biodiversidad en un entorno del mundo real”. ¿No parece más bien un reality show del futuro?
Nuestro laboratorio viviente, Aguaduna, aspira a ser un centro de innovación y vanguardia de elevado desarrollo tecnológico y humanístico, que nos permita reflexionar sobre el papel de los entornos urbanos y sirva de ejemplo e inspiración para futuras generaciones de todos los rincones del mundo. No aspiramos a entretener, sino a transformar la sociedad hacia un modelo de convivencia y consumo más alineado con el entorno y sus recursos, que son, a fin de cuentas, la base de la vida humana en la tierra.
ODS 11
«Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles». Las ciudades son organismos vivos y para que estas sean sanas, dinámicas y perdurables deben ser concebidas y gestionadas como un ecosistema en equilibrio.