En una investigación que incluyó a más de 2 millones de adultos mayores que sufrieron una caída, el 10,6% fueron diagnosticados posteriormente con la enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas
Las caídas en personas mayores se relacionan con la pérdida del equilibrio, por mareos al tomar medicamentos o por deshidratación. Estos peligrosos desplomes también pueden estar asociados a la debilidad muscular o el retraso de los reflejos. Los efectos de esas caídas son muchos, desde fracturas, moretones y dolencias, hasta el riesgo mayor de padecer alzhéimer, según revela un estudio del Brigham and Women’s Hospital.
Un traspiés lo tiene cualquiera. Pero un resbalón cuando se tiene más de 60 o 70 años las consecuencias son de cuidado y pueden tener un alto impacto en la movilidad y desempeño futuro.
En una investigación que incluyó a más de 2 millones de adultos mayores que sufrieron una lesión traumática, el 10,6% fueron diagnosticados posteriormente con la enfermedad de Alzheimer y demencias relacionadas. Las caídas también aumentaron el riesgo de un diagnóstico futuro de demencia en un 21%, según los resultados del equipo científico publicados en JAMA Network Open.
Los investigadores analizaron los datos de pago por servicio de Medicare de 2014 a 2015, que incluyeron 2.453.655 pacientes adultos mayores que sufrieron una lesión traumática. Así como datos de seguimiento durante un año después de la caída inicial. Encontraron que la mitad de los pacientes en el estudio sufrieron lesiones en una caída, y que estos pacientes tenían significativamente más probabilidades de ser diagnosticados con demencia dentro de un año después de sus lesiones.
¿El alzhéimer produce caídas o al revés?
«La relación entre las caídas y la demencia parece ser una vía de doble sentido», dijo la autora principal Molly Jarman, profesora asistente en el Departamento de Cirugía y subdirectora del Centro de Cirugía y Salud Pública del Brigham. “El deterioro cognitivo puede aumentar la probabilidad de caídas. Pero el trauma causado por esas caídas también puede acelerar la progresión de la demencia y hacer que un diagnóstico sea más probable en el futuro. Por lo tanto, las caídas pueden actuar como eventos precursores que pueden ayudarnos a identificar a las personas que necesitan más exámenes cognitivos”.
Más de 14 millones de adultos mayores, o uno de cada cuatro, sufren caídas cada año, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Las caídas también son la principal causa de lesiones en los adultos mayores. Estas lesiones pueden tener consecuencias duraderas o permanentes, incluida la disminución del estado funcional, la pérdida general de independencia o el riesgo de muerte.
Para mejorar la identificación temprana de la demencia, los investigadores recomiendan implementar exámenes cognitivos en adultos mayores que experimentan una caída perjudicial. Accidente que obliga a una visita al departamento de emergencias o un ingreso al hospital.
La investigación sugiere que completar exámenes cognitivos en pacientes mayores después de la o las caídas podría ayudar a detectar el alzhéimer o demencia antes. Sin embargo, es más fácil decirlo que hacerlo, especialmente a la luz de las disparidades en el acceso a la atención primaria entre los adultos mayores, reseña The Harvard Gazette.
«Uno de los mayores desafíos que enfrentamos es la falta de responsabilidad en el proceso de detección de seguimiento del deterioro cognitivo. Puede no haber el tiempo adecuado para estas pruebas en un departamento de emergencia o en un centro de trauma», dijo Alexander J. Ordoobadi, primer autor del estudio y médico residente en el Departamento de Cirugía del Brigham.
Más seguimiento y control a los adultos mayores
Cree Ordoobadi que “después de una lesión, los adultos mayores deberían recibir un seguimiento con un proveedor de atención primaria. O un geriatra que pueda controlar su salud cognitiva y su recuperación funcional a largo plazo después de la lesión. Pero muchos adultos mayores no cuentan con un servicio de atención primaria regular. Y carecen de acceso a un geriatra”, añadió.
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno del cerebro que lentamente destruye la memoria y la habilidad para pensar. Y, con el tiempo, la capacidad de realizar hasta las tareas más sencillas. Esta enfermedad es la forma más común de demencia en personas mayores. Los síntomas incluyen: pérdida de la función cognitiva (habilidad para pensar, recordar y razonar). Y el deterioro del comportamiento y las habilidades sociales. Con el tiempo, la pérdida de estas habilidades interfiere con la vida diaria y las actividades de una persona.
Los resultados del estudio resaltan además la necesidad de que más médicos puedan brindar atención a los adultos mayores. Incluidas evaluaciones cognitivas después de lesiones por caídas.
«Si podemos establecer que las caídas sirven como indicadores tempranos de alzhéimer o demencia, podríamos identificar otros precursores y eventos tempranos sobre los que podríamos intervenir”, señala Jarman. “Esto mejoraría significativamente nuestro enfoque para gestionar la salud cognitiva en los adultos mayores».
Intervención de salud pública
Las caídas son la causa más común de lesiones en los adultos mayores. El 27,5 % de los consultados dijo haberse caído en el último año. También son el motivo más común de ingreso a un centro de traumatología entre pacientes de 65 años o más. Estos adultos que experimentan una caída se enfrentan a una morbilidad sustancial, una disminución del estado funcional y una pérdida de independencia.
Las caídas en los adultos mayores también son responsables de 50 mil millones de dólares en gastos de atención médica cada año. Dada la importante morbilidad y los costos atribuidos a las caídas, se han identificado la prevención de caídas como una intervención clave de salud pública.
El estudio determinó que aproximadamente una cuarta parte de los pacientes fueron admitidos en un centro de enfermería especializada durante el año anterior. Las comorbilidades médicas subyacentes fueron comunes. 50,2% de las personas tenían un índice de comorbilidad de Charlson, predice la mortalidad de un paciente que puede tener una variedad de afecciones concurrentes. El 13,3% con un ISS de 9 o superior (puntuación anatómica de la gravedad de las lesiones).
Durante el encuentro clínico inicial por la lesión, 4,9% de los pacientes se sometieron a un procedimiento quirúrgico por fractura de cadera y 2,5% tuvieron un diagnóstico de delirio documentado.