Por Efe
04/01/2016
Las bolsas chinas cerraron, por primera vez en su historia, hora y media antes de lo habitual debido a la caída de un 7 % en un indicador conjunto, justo en el día de estreno de unas normas que buscan evitar la desestabilización de los mercados. El nuevo mecanismo establece que si el índice CSI 300, que incluye a tres centenares de empresas cotizadas en los dos parqués chinos, pierde un 5 % durante el día, se suspende automáticamente la cotización en las dos bolsas (Shanghái y Shenzhen) durante 15 minutos -lo que se dio este lunes al empezar la sesión vespertina-.
Y, si tras la reanudación la caída se prolonga hasta un 7 %, los dos mercados cierran automáticamente hasta el día siguiente. Así, Shanghái cerró tras apenas 28 minutos de sesión de tarde, con pérdidas de un 6,85 %, mientras que Shenzhen se hundió en ese tiempo un 8,16 %.
Las nuevas medidas que paralizaron las bolsas chinas entraron en vigor el 1 de enero, por lo que se aplicaron por primera vez este lunes, primera jornada bursátil del año, tras ser aprobadas por la Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV) para evitar desplomes como los de hace algunos meses. Las fuertes caídas registradas están relacionadas con los hundimientos de julio y agosto pasados y no con la puesta en marcha de los nuevos mecanismos de freno, explicó a Efe el analista Chen Jiahe, director y jefe de estrategia del departamento de investigación de la corredora Cinda.
Según Chen, las caídas han tenido tres fases, y en la primera, durante la mañana, las bolsas se depreciaron entre un 3 y un 4 %, por una combinación de motivos ajenos al cambio normativo. Una de las razones fue el sobreprecio que tienen las firmas más pequeñas, pero también porque el 8 de julio pasado la CRMV trató de frenar los desplomes de aquel momento obligando a los grandes accionistas (con más de un 5 % de las acciones de una compañía) a no vender sus títulos. En concreto, se les prohibió vender títulos en los siguientes seis meses, plazo que se cumple este viernes, 8 de enero, por lo que desde el lunes, día 11, podrán empezar a deshacerse de sus inversiones, explicó Chen.
Los inversores se anticiparon a esa venta que se prevé masiva y por eso vendieron hoy. «Entre el 80 y el 90% de los accionistas chinos son inversores individuales y suele haber muchas fluctuaciones», recordó el experto para agregar que «sólo tienen como el 30% de los títulos», pero son artífices de unos tres cuartos de las transacciones diarias. Cuando los mercados ya caían más de un 4 %, muchos inversores, conscientes de la nueva normativa, se anticiparon a la eventual suspensión del 5%, lo que disparó la velocidad del descenso. Con todo, Chen recalcó que la nueva normativa es «neutral, porque detiene el mercado tanto cuando cae como cuanto gana» en un sólo día, por lo que «no cambia» la actitud de los inversores.
Lo que hizo estallar la crisis de julio y agosto pasados, recordó Chen, fue que el mercado estaba muy apalancado (con gran endeudamiento de inversores y corredoras) tras meses y meses al alza, y cuando hubo un descenso, la burbuja pinchó y se encadenaron caídas durante semanas.
El nuevo mecanismo «da tiempo para pensar» en caso de fuertes oscilaciones, y dado que el problema del apalancamiento parece resuelto por el momento, dijo Chen, es difícil que vuelva a haber grandes desplomes. Las nuevas normas contemplan también que si se alcanza un 5% de fluctuación diaria durante la última media hora de la sesión vespertina se cierran los dos parqués automáticamente para el resto de la jornada.