Un tribunal federal de apelaciones falló a favor de los editores (Penguin Random House, Hachette y HarperCollins) en su demanda contra Internet Archive. Los derechos de autor obstaculizan los derechos al libre acceso a la información y la cultura del ciudadano. Las bibliotecas están libres de derechos de autor, basta leerlos en silencio. Pero una institución sin fines de lucro no puede puede prestar libros digitalizados, ebooks desde el 4 de septiembre. En las leyes, y ante las prioridades del negocio detrás de la cultura, esa cultura que tanto beneficia a todos no es una prioridad.
El derecho reivindicado sobre la autoría de 127 libros ha forzado a la eliminación de otros 500.000 de la biblioteca de préstamos de la organización sin ánimo de lucro Internet Archive. La ONG, decidido a luchar contra las amenazas al acceso público al conocimiento, seguirá defendiendo el acceso a la información como un derecho fundamental. La sentencia tiene peligrosas implicaciones para el futuro de las bibliotecas digitales y plantea complejas interrogantes sobre el equilibrio entre el acceso a la información y la protección de la propiedad intelectual.
Los derechos de autor, al igual que la propiedad industrial, en Estados Unidos suelen estar envueltos en polémicas, juicios, compensaciones y sobre todo, en controversias éticas y jurídicas. Su legislación, que funciona en un sistema legal litigioso, se orienta a la protección estricta de los derechos económicos de los creadores y empresarios .
El enfoque de España y Francia más equilibrado. Trata de proteger los derechos de los creadores y el acceso del público a la cultura. Su marco legal es más favorable a la difusión y uso de obras protegidas. Una respuesta contraria al monopolio de la información y la cultura.
La sentencia
El Tribunal de Apelaciones del Segundo Circuito de Estados Unidos ratificó en 64 páginas la sentencia de un tribunal inferior de marzo de 2023: que la práctica de Internet Archive de digitalizar y prestar libros sin autorización de las editoriales infringe la ley de derechos de autor y la biblioteca abierta de Internet Archive debió retirar de circulación más de medio millón de ebooks.
En demanda que presentaron en 2020, las empresas editoriales Hachette, HarperCollins, John Wiley & Sons y Penguin Random House acusan a Internet Archive de violar los derechos de autor sobre 127 libros, al digitalizarlos y prestarlos a través de Open Library y la Biblioteca Nacional de Emergencias. El tribunal rechazó los argumentos de Internet Archivo, que se amparan en la doctrina del «uso justo» y en el protocolo de “préstamo digital controlado”. Los consideró «poco convincente» y sentenció que el préstamo de libros por Internet Archive era una clara violación de los derechos de los autores, que son manejados por las editoriales a cambio de entregarles un mísero 10% del total de las ventas. Internet Archive apeló la decisión y le queda la opción de acudir a la Corte Suprema de Justicia.
Chris Freeland, director de servicios bibliotecarios de Internet Archive, expresó su decepción por la decisión sobre el préstamo digital, pero reafirmó que seguirían defendiendo los derechos de las bibliotecas a poseer, prestar y conservar libros. Douglas Preston, presidente del Sindicato de Escritores de Estados Unidos, descalificó a Internet Archive y se refirió a «piratería oculta tras un velo santurrón de progresismo». Sin evidencias que lo sustentaran, Preston dijo que la Biblioteca Abierta era utilizada sin consulta y en forma ilegal para alimentar programas de inteligencia artificial.
El proceso
Fundada en 1996, Internet Archive cuenta con más de 44 millones de libros y textos digitalizados. Disponibles en copias encriptadas para dificultar su reproducción y a disposición de lectores e investigadores. Cualquier persona puede subir archivos digitales y multimedia a IA.
En plena pandemia, en marzo de 2020, lanzó la Biblioteca Nacional de Emergencia. El cierre de las bibliotecas físicas dejando a investigadores, estudiantes y lectores sin acceso a millones de libros. El proyecto de préstamo digital Open Library permite a los usuarios tomarlos prestados como si fueran material de lectura normal y no libros electrónicos. La Biblioteca de Emergencia generó controversia porque permitía que un libro digital pudiera ser prestado a varias personas a la vez. Apareció la acusación de piratería encubierta. Internet Archive ajustó sus políticas de préstamo, anuló el planteamiento de emergencia y restableció los topes de préstamo. Tantos lectores por libro.
Las empresas editoriales Hachette, HarperCollins, Penguin Random House y Wiley presentaron la demanda presentaron la demanda ante el tribunal de distrito en junio de 2020 y en marzo de 2023 el juez John G. Koeltl argumentó que Internet Archive «no había transformado suficientemente las obras para considerarlas “derivadas”, que no había «nada transformador» en sus copias y préstamos. En la apelación de Internet Archive, el Segundo Circuito confirmó la sentencia inicial, pero destacó que la ONG no era una entidad comercial y subrayó que el préstamo de libros digitales era claramente una operación sin ánimo de lucro.
Precedentes
No es el primer litigio por la difusión de cultura a través de Internet Archive. La demanda de la industria musical contra Napster es la más emblemática en la historia del intercambio de archivos y los derechos de autor. El caso culminó en 2002. Napster se declaró en bancarrota y liquidó sus activos. Se debatió ampliamente sobre la propiedad intelectual en la era digital y cómo deberían equilibrarse los derechos de los creadores con el acceso del público a la música. Se la reevaluaron las leyes de derechos de autor en el contexto de nuevas tecnologías.
Como Internet Archive, Google Books también fue demandado por la industria editorial por digitalizar millones de libros sin permiso de los autores. Sin embargo, un tribunal de apelaciones falló en 2015 a favor de Google Books. El tribunal determinó que la digitalización y la indexación de los libros constituían un «uso justo» y permitió a la empresa continuar su proyecto.
La demanda más reciente es la de The New York Times y otros ocho periódicos contra OpenAI y Microsoft por haber utilizado sin el permiso adecuado contenidos protegidos por derechos de autor para entrenar sus modelos de inteligencia artificial, como ChatGPT. Todavía no hay sentencia.
Reacciones
James Grimmelmann, catedrático de Derecho Digital e Internet en la Universidad de Cornell, celebra que el Segundo Circuito haya corregido lo que considera un error en la sentencia previa que clasificaba el uso como comercial, pero no le sorprende que se cierre al acceso a más de 500.000 libros, es una manera de proteger el negocio editorial. Quizás si Internet Archive comprar millares de libros sin mayor interés para los lectores como hacen las redes de bibliotecas físicas, el tono de las empresas editoriales sería más amigable ante la difusión de la cultura como un derecho ciudadano.
La presidenta y directora ejecutiva de la Asociación de Editores Estadounidenses, Maria A. Pallante, aplaude la decisión que defiende los derechos de autores y editores a otorgar licencias y recibir compensación por sus obras. Enfatiza que «la infracción» de Internet Archive va en contra del interés público.
Dave Hansen, director ejecutivo de la Alianza de Autores, cuestiona la sentencia que cierra el acceso a más de 500.000 libros. Argumenta que los autores también son investigadores y lectores. «La biblioteca digital de Internet Archive apoya la creación de nuevas obras y la lectura. La sentencia puede beneficiar a las grandes editoriales y a los autores con más ventas, a la mayoría de los lectores y escritores los acabará perjudicando más que ayudando», afirmó..
Carta abierta de Internet Archive
Internet Archive inició una campaña de recolección de firmas en apoyo a una carta abierta dirigida a las editoriales demandantes. La carta insta a las editoriales a restaurar el acceso a los 500.000 libros retirados de la biblioteca. «Dejemos que los lectores lean: Carta abierta a los editores en el caso Hachette contra Internet Archive» es el título de la carta firmada por lectores, educadores, investigadores, bibliotecarios, autores, editores y estudiantes de todo el mundo.
El texto destaca la importancia de la organización al proporcionar acceso a libros vitales a estudiantes, profesores y lectores de todo el mundo. En especial a aquellos con limitaciones geográficas, financieras o físicas. «La decisión de retirar libros de Internet Archive tiene un impacto devastador en los lectores de Estados Unidos y el resto del mundo. Con consecuencias educativas, de equidad, accesibilidad y de preservación cultural. Las editoriales deben explorar soluciones con Internet Archive que apoyen tanto a los autores como al bien público. Como la venta de libros electrónicos a las bibliotecas para que los posean, los presten y los conserven», argumenta.
Señala que las bibliotecas digitales desempeñan un papel fundamental en la preservación del patrimonio cultural y para lograrlo deben ser propietarias de los libros digitales, no solo de licencias temporales. Atacar los derechos de las bibliotecas afecta directamente la herencia cultural.
Finalmente, pide a las editoriales que restablezcan el acceso a los libros retirados y que trabajen con Internet Archive para encontrar una solución sostenible que permita a todos los miembros de la sociedad leer y aprender.
Usuarios toman la palabra
Los usuarios de Internet Archive reaccionaron ante la decisión del tribunal de limitar el préstamo de libros digitales. Uno fue Elon Musk que coincidió en que era un “día oscuro” para la “cultura libre”. Otros, como Robert Nagle, preguntan por qué editoriales como Penguin Random House han retirado libros que no tienen un interés comercial y son difíciles de obtener en formato físico. Steve Lempriere no entiende por qué las bibliotecas no pueden servir a sus usuarios con libros descatalogados y sin licencia para versiones derivadas. John Gilmore propone que la decisión del tribunal sólo se aplique a libros con versiones electrónicas disponibles.
IMSLP, una biblioteca de música en línea, apunta a la creciente locura de la ley de derechos de autor y la dificultad de verificar las reclamaciones hechas por los editores. Sugiere que archive.org se traslade a un lugar con leyes de derechos de autor menos complejas y restrictivas. Como la rúbrica «PMA», que se refiere al último autor superviviente de cualquier obra y plazos más comunes de vencimiento de 70 años tras la muerte del último superviviente. No coincide con la decisión de archive.org de confiar en un argumento de “uso justo” en lugar reivindicar el «derecho a las obras de dominio público».
Más allá de los libros
Los asedios legales de Internet Archive no se limitan a los libros. Un grupo de sellos discográficos, incluidos Universal Music Group y Sony, demandan a la ONG por infracción de derechos de autor con un proyecto de digitalización de música. Los daños potenciales ascienden a la asombrosa cifra de 400 millones de dólares.
La codicia es un enemigo poderoso de la divulgación y preservación digital del patrimonio cultural. La Wayback Machine, que cataloga copias de sitios web, se ha convertido en una herramienta vital para periodistas, investigadores, abogados y a la ciudadanía en general, también ha estado bajo el asedio de litigantes y picapleitos.
La sentencia contra Internet Archive asoma la lucha de intereses de trasfondo, potencialmente poderosos y codiciosos. Imponer derechos de licencia a las biblioteca por los libros electrónicos puede reducir y hasta impedir el acceso al trabajo creativo. La justicia estadounidense privilegia los intereses económicos de las empresas, por encima de la necesidad de los autores y de los ciudadanos. Algo perfectible en una democracia.