Cada vez más crecen las informaciones que colocan el posible origen de la pandemia en un laboratorio de Wuhan y no en un mercado de animales silvestres de la misma ciudad china. El diario The Washington Post aborda este jueves el tema, colocando sobre el tapete la visita de funcionarios de la embajada de los Estados Unidos a un laboratorio en Wuhan, quienes luego elevaron su preocupación a altas autoridades de Washington por los bajos niveles de seguridad que había en los experimentos sobre coronavirus que se realizaban en murciélagos.
Varias fueron las visitas hechas por diplomáticos y científicos estadounidenses en Beijing al WIV (Instituto de Vilorogía de Wuhan) entre enero y el 27 de marzo de 2018. La delegación la encabezaban el cónsul general de Wuhan, Jamison Fouss, y el consejero de medio ambiente, ciencia, tecnología y salud de la embajada, Rick Switzer.
Lo que observaron en las instalaciones les llevó a enviar al Departamento de Estado dos correspondencias clasificadas como sensibles, donde advirtieron sobre debilidades de seguridad y de gestión en el laboratorio de WIV y solicitaron más atención y ayuda.
De acuerdo al columnista Josh Rogin, en el primero de esos mensajes se hacía referencia al riesgo de una nueva pandemia similar a la del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave) de 2003 por los experimentos en el laboratorio sobre coronavirus de murciélago y su posible transmisión humana.
El peligro de los experimentos con murciélagos
«Durante las interacciones con los científicos en el laboratorio WIV notaron que el nuevo laboratorio tenía una grave escasez de técnicos e investigadores debidamente capacitados para operar el laboratorio de manera segura», señala el artículo de The Washington Post citando la comunicación que enviaron el 19 de enero de 2018.
La reunión se hizo con el jefe del proyecto de investigación, Shi Zhengli, quien en noviembre de 2017 publicó un escrito en el que se refería a que los murciélagos de herradura recogidos de una cueva en la provincia de Yunnan eran muy probablemente de la misma población de murciélagos que engendró el coronavirus del SARS en 2003.
Las investigaciones que realizaban en el WIV contaban con el apoyo del Laboratorio Nacional de Galveston en la Rama Médica de la Universidad de Texas. También de otras organizaciones estadounidenses. No obstante, China solicitó ayuda adicional y los funcionarios estadounidenses que estuvieron en el Laboratorio mostraron su acuerdo con ese nuevo apoyo, por la importancia y el peligro de la investigación sobre coronavirus en murciélagos.
Investigaciones para anticipar una pandemia
El columnista indica, citando una comunicación enviada a Washington, que «los investigadores también mostraron que varios coronavirus similares al SARS pueden interactuar con ACE2, el receptor humano identificado para el coronavirus del SARS. Este hallazgo sugiere que los coronavirus de los murciélagos similares al SARS pueden transmitirse a los humanos para causar enfermedades similares al SARS».
«Desde una perspectiva de salud pública, esto hace que la vigilancia continua de coronavirus similares al SARS en murciélagos y el estudio de la interfaz animal-humano sean críticos para la predicción y prevención de brotes de coronavirus emergentes en el futuro”, agrega.
La investigación en WIV se diseñó para anticipar cómo podría ocurrir una pandemia como la del SARS. Ya en el 2015, otros científicos colocaron sobre la mesa la posibilidad de que el equipo de Shi Zhengli tomaba riesgos innecesarios.
Xiao Qiang, científico investigador de la Facultad de Información de la Universidad de California en Berkeley, es mencionado en el escrito de Rogin por la preocupación evidente que reflejaba la comunicación enviada a Washington sobre la posibilidad de amenaza a la salud pública que había si no se realizaba y protegía adecuadamente los experimentos en el Laboratorio.
También Qiang hizo referencia a inquietudes similares pero en el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Wuhan, con un nivel de bioseguridad inferior al de WIH.
The Washington Post señala más adelante que el gobierno de los Estados Unidos no proporcionó asistencia adicional a los laboratorios como respuesta a las comunicaciones enviadas a comienzos de 2018, que comenzaron a circular nuevamente dentro de la administración en los últimos dos meses.
Un accidente de laboratorio
Dentro de la administración del presidente Donald Trump funcionarios de seguridad nacional sospechan desde hace tiempo que la fuente del nuevo brote de coronavirus estuvo en el laboratorio WIV o el Centro Wuhan para el Control y Prevención de Enfermedades.
Este miércoles, durante la rueda de prensa semanal, un periodista de Fox News preguntó al mandatario sobre la posibilidad de que el nuevo coronavirus salió de forma accidental de un laboratorio de virología chino.
“Cada vez más estamos escuchando la historia. Estamos haciendo un examen exhaustivo de esta horrible situación que ocurrió”, dijo.
Al igual que The Washington Post, el periódico británico The Daily Mail publicó un reportaje el domingo que hacía referencia a que el Instituto de Virología de Wuhan realizaba experimentos de coronavirus en murciélagos de las cuevas de Yunnan, lugar donde los científicos creen se originó la enfermedad. De acuerdo a los documentos obtenidos, la secuenciación del genoma de la COVID-19 ha sido rastreada hasta los murciélagos que se encuentran en ese lugar, al sur de China.
La pasada semana, el rotativo divulgó que a pesar de que los especialistas consideran que el virus mortal se transmitió por primera vez a los humanos desde un mercado de animales vivos en Wuhan, no se puede descartar «un accidente en el laboratorio de la ciudad china». El médico del Hospital Wuhan Jinyintan, Cao Bin, indicó que 13 de los primeros 41 pacientes diagnosticados con la infección no tuvieron ningún contacto con el mercado.
Muestreos desde 2011
La propagación del virus habría ocurrido cuando los científicos se infectaron al ser rociados con sangre que contenía el virus y luego entraron en contacto con la comunidad local.
De acuerdo al The Daily Mail, veterinarios con la aprobación del Comité de Ética Animal del WIV, el más avanzado en su tipo en China, se encargaban de la captura y muestreo de los murciélagos en busca de coronavirus.
Los resultados se publicaron en noviembre de 2017. Refería al “descubrimiento de un rico conjunto de genes de coronavirus relacionados con el SARS de murciélago que proporciona nuevas ideas sobre el origen del coronavirus del SARS».
“Los muestreos se realizaron diez veces desde abril de 2011 hasta octubre de 2015 en diferentes estaciones en su hábitat natural (una cueva en Kunming), provincia de Yunnan, China”.
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