Por: Cambio 16
10/01/2017
Tesoros arqueológicos, pueblos abandonados y estructuras que datan de épocas antiguas prácticamente han emergido de las aguas de los embalses más importantes de la comunidad Autónoma de Galicia debido a la fuerte sequía que ha afectado a la región desde hace meses.
Las dos cuencas hidrográficas se encuentran a la mitad de su capacidad (47,3 y 47,9 % según Meteogalicia) y eso ha provocado que se vean construcciones antiguas llenas de historia. También los embalses de Fervenza y Belezar están casi vacíos.
Según el Ideal Gallego, también nueve embalses que dan servicio a A Coruña (Cecebre), Vigo (Eiras y Zamáns), Ferrol (Forcadas), O Salnés ( Caldas de Reis), Pontevedra (Pontillón de Castro), Baiona, Abegondo (Beche) y Vilagarcía, así como a sus respectivas áreas de influencia, terminaron el año al 69,21% de su capacidad, con un total de 44,03 hectómetros cúbicos almacenados.
Los habitantes cercanos aseguran que muy pocas veces se disfruta de esas ruinas. Algunos de mayor edad se han atrevido a señalar donde vivían y jugaban de niños, pero ahora les importa más que empiece a llover porque ya es mucho tiempo sin una gota de agua del cielo.
No fue sino hasta este lunes que empezó a lloviznar en la comunidad Autónoma y según la Agencia Estatal de Meterología (Aemet) seguirán las precipitaciones durante la semana en todo el territorio.
Puente del siglo I y II
Un efecto favorable de la sequía ha sido la aparición de los restos de un puente romano de la Vía Nova, aquella calzada que unía las ciudades de Bracara Augusta (actual Braga, Portugal), y Asturica Augusta (Astorga) en los siglos I y II y que fue destruido en el Imperio Romano. La Voz de Galicia informa que el bajo nivel del río Sil en el embalse de Bárcena, junto a Ponferrada, deja ver desde el pasado noviembre lo que queda del puente.