Por Cambio16 / MSF
10/03/2016
Mientras la UE ‘juega’ con los refugiados y parece olvidarse de que entre sus manos está el destino de personas y no de meros números molestos -el polémico acuerdo alcanzado esta semana entre la Bruselas y Ankara, que incluye la devolución a Turquía de las personas que lleguen de forma irregular a Grecia desde territorio turco, ha sido criticado por la ONU y numerosas ONG que lo consideran ilegal-, decenas y decenas de personas recorren a diario el camino entre los campos de trigo griegos.
Con grandes bolsas al hombro e incontables bebés entre sus brazos llegan exhaustos al campo de refugiados de Idomeni. De todos ellos, sólo los sirios e iraquíes con un documento de identidad tendrán la suerte de continuar su camino hacia la República Yugoslova de Macedonia primero, y a Europa occidental después. «Se está convirtiendo en una situación humanitaria insostenible», denuncian desde Médicos sin Fronteras, «se trata de un campo de tránsito que tiene la capacidad para albergar a 1.500 personas y hay más de 11.000 embutidas«. Y no dejan de llegar.
La ansiedad y la situación de engaño se extienden debido a la falta información. En la clínica que Médicos Sin Fronteras opera en Idomeni, familias enteras, mujeres embarazadas y niños llegan en un flujo constante, al igual que muchas personas con discapacidad y las personas de edad avanzada que sufren de enfermedades crónicas. Personas, incluyendo bebés y ancianos, se ven obligados a dormir a la intemperie, con sólo con un saco para mantener el calor. Daniela, una enfermera de MSF en Idomeni, lo resume así: «Hay confusión y estrés. La falta de información fiable y el agotamiento está provocando un creciente sentimiento de enfado».
La ONG ha repartido cientas de pequeñas tiendas de campaña y otras más grandes que están extendidas por todas partes. Omar, de 24 años de edad, un refugiado palestino del campo de Homs en Siria se muestra agotado: «Cada vez estoy más nervioso, no sé lo que viene a continuación. Esta espera me está matando. Nos sentimos ignorados aquí «.
Mustafa, un refugiado sirio que llegó desde el norte de Siria con su esposa Zuzan y dos primos, comparte el mismo sentimiento. «Llevo una semana aquí y no tengo ni idea de cuánto tiempo más voy a tener que quedarme. La frontera está cerrada y no se nos permite cruzar. El campamento es inhabitable. Es horrible. Quiero encontrar una forma segura de continuar, quiero encontrar un lugar donde pueda criar a mi hijo «.
En el caso de Piman, un profesor sirio de inglés, reconoce que nunca pensó encontrarse en una situación tan horrible. «Estoy aquí con mi familia, durmiendo en una pequeña tienda de campaña. Cuando nos fuimos de nuestro hogar mis hijos querían traer sus libros y sus juguetes; yo les dije que tendrían otros nuevos en su nueva casa. Aún me preguntan dónde está nuestra nueva casa«.
Como ellos, decenas de familias enteras se apiñan en torno al fuego improvisado para mantener el calor y esperan a que pase una noche más.
UNA SITUACIÓN INSOSTENIBLE por MSF
Unos 14.000 refugiados, solicitantes de asilo y migrantes se encuentran atrapados en Idomeni, en la frontera de Grecia con la Antigua República Yugoslava de Macedonia. En una semana, MSF ha realizado más de 2.000 consultas médicas. Las principales patologías tratadas son infecciones de las vías respiratorias y gastroenteritis, enfermedades relacionadas con las condiciones de higiene y de vivienda, y con las bajas temperaturas imperantes en la zona.
Aunque las enfermedades más comunes que MSF está tratando en el campo de Idomeni no han cambiado en las últimas semanas, los equipos han observado un notable aumento de la vulnerabilidad de las personas que buscan atención médica. El número de niños pequeños, de mujeres embarazadas en sus etapas finales de gestación, de personas con discapacidades físicas o mentales graves, y de pacientes con enfermedades crónicas han aumentado. La mayoría de éstas requiere tratamiento médico.
El pasado fin de semana, MSF ha instalado dos nuevas salas de 240 metros cuadrados y 20 tiendas de campaña de 42 metros cuadrados para aumentar la capacidad de refugio del campo. Otras dos más están en construcción. No obstante, cientos de personas siguen durmiendo a la intemperie ya que la capacidad de acogida actual todavía no es suficiente para responder a las dramáticas necesidades. MSF ha distribuido más de 2.000 mantas, 35.000 comidas y alrededor de 1.500 kits de higiene cada día. Así mismo, se han instalado nuevos puntos de agua y baños químicos.
Alrededor de 34.000 personas permanecen varadas en Grecia. En la actualidad, solo hay 3.000 plazas de acogida para solicitantes de asilo en el país. El resto de instalaciones (con una capacidad de 20.000 plazas) son, fundamentalmente, refugios temporales que no están equipados para estancias de larga duración. Todos han alcanzado su capacidad total.
En los seis primeros días de marzo han llegado más de 8.700 personas a las islas griegas, lo que se traduce en un promedio de más 1.400 llegadas al día
Según ACNUR, las mujeres y los niños representan el 62% de las llegadas. Más de 20 personas murieron durante el fin de semana tratando de llegar a las islas griegas. Esto eleva a más de 340 el número de personas fallecidas en el mar Egeo desde el comienzo del año.
Mientras tanto, unas 1.100 personas están varadas en Serbia. Muchas de ellas llevan bloqueadas más de 8 días, pero algunos están en esa situación desde hace casi tres semanas. En la Antigua República Yugoslava de Macedonia, en el centro de tránsito de Tabanovce hay más de 700 personas procedentes de Afganistán a las que no se les permite continuar el viaje; la mayoría lleva bloqueadas desde hace dos semanas.