La incesante destrucción de los humedales está provocando un declive de las libélulas en el mundo. Tanto así, que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha incluido a las libélulas en su Lista Roja de Especies Amenazadas de extinción.
Esta contracción es sintomática y consecuencia de una pérdida generalizada de las marismas, pantanos y ríos salvajes en los que se reproducen las libélulas. Principalmente impulsada por la expansión de una agricultura y una urbanización insostenibles en el planeta.
Las libélulas no pican a los humanos y son valiosas depredadoras, ya que controlan las poblaciones de moscas y mosquitos, algunos de los cuales transmiten enfermedades como el dengue. Además, son de gran importancia ecológica, debido a que reflejan cambios en la salud de los ecosistemas acuáticos mucho más rápido que otros organismos.
Como bioindicadores son una herramienta excelente para medir la salud actual en esos ambientes y predecir los cambios futuros.
La UICN señaló que el número de especies amenazadas de extinción en su Lista Roja supera por primera vez las 40.000. Cifra elevadísima y lamentable para los ecosistemas y la biodiversidad.
Al actualizar el listado, la organización subraya la necesidad urgente de proteger los humedales mundiales y el rico mosaico de vida que albergan. A escala mundial, estos ecosistemas están desapareciendo tres veces más rápido que los bosques”, dijo Bruno Oberle, Director General de la UICN.
“Las marismas y otros humedales pueden parecer improductivos e inhóspitos para los humanos. Sin embargo, nos proporcionan servicios esenciales. Almacenan carbono, nos dan agua limpia y alimentos. Nos protegen de las inundaciones y ofrecen hábitats a una de cada diez de las especies conocidas en el mundo”, añadió.
Población de libélulas se reduce, alerta UICN
La evaluación mundial de las libélulas y caballitos del diablo revela que el 16% de las 6.016 especies se encuentran en peligro de extinción, dice la UICN. Debido fundamentalmente a la deterioración cada vez mayor de los sitios de reproducción de agua dulce.
En el sur y el sudeste de Asia, más de una cuarta parte de todas las especies están amenazadas, consecuencia de la tala de humedales y bosques tropicales para dejar espacio a cultivos como el aceite de palma. En América Central y del Sur, la principal causa del declive de las libélulas es la tala de bosques para desarrollos residenciales y comerciales.
Asimismo, los pesticidas, otros contaminantes y el cambio climático son amenazas crecientes para las especies en todas las regiones del mundo y los mayores amagos para las libélulas en América del Norte y Europa.
“Las libélulas son indicadores muy sensibles del estado de los ecosistemas de agua dulce, y esta primera evaluación mundial revela por fin la magnitud de su declive. También proporciona una línea de base esencial que podremos utilizar para medir el impacto de los esfuerzos de conservación”, indicó Viola Clausnitzer, Copresidenta del Grupo de Especialistas en Libélulas de la CSE-UICN.
En ese sentido, “para conservar estos hermosos insectos”, adicionó, “es fundamental que los gobiernos, la agricultura y la industria tomen en cuenta la protección de los ecosistemas de humedales en proyectos de desarrollo. Por ejemplo protegiendo los hábitats clave y dedicando espacio a los humedales urbanos”.
Humedales se achican y desaparecen
El término humedal hace referencia a ecosistemas que permanecen en condiciones de inundación o con su suelo saturado con agua de forma permanente o semipermanente. Si bien bajo este concepto se incluye una amplia variedad de ecosistemas, todos los humedales comparten una característica primordial: el agua. Es el elemento esencial que les da vida y juega un rol fundamental en la determinación de su estructura y de sus funciones ecológicas.
Sin embargo, como nunca en la historia, la acción del hombre se ha transformado en una amenaza para la subsistencia de estos ecosistemas, imprescindibles para el desarrollo de la vida en el planeta. De manera lenta pero incesante, la superficie de humedales se reduce en todo el mundo y se calcula que, a nivel global, su extensión ya se redujo un 40%.
Las libélulas se han visto perjudicadas por esta situación y son incluidas en la Lista Roja de IUCN. Estos insectos tan gráciles tienen colores cobre, esmeralda, amatista, zafiro. Todos brillantes y luminosos que le dan un toque visual agradable a estanques, arroyos y espacios de agua fresca.
Las personas suelen confundir a las libélulas con los caballitos del diablo. La diferencia entre ambos es muy simple. Las alas de las libélulas están acomodadas de forma perpendicular al cuerpo y las alas de los caballitos del diablo son paralelas. Las libélulas están en el orden taxonómico Odonata, que significa «los dentados», porque, a diferencia de otros insectos, sus mandíbulas tienen crestas en forma de dientes. Estos «dientes», junto con su excepcional habilidad de volar, las hacen excelentes predadoras.
El desmán de los Pirineros en peligro
La UICN hizo también un llamado de atención sobre lo que ocurre con el desmán de los Pirineos (Galemys pyrenaicus). Un mamífero semiacuático que sólo se encuentra en los ríos de Andorra, España, Francia y Portugal, ha pasado de la categoría “vulnerable” a la de “en peligro”.
Esta especie peculiar está emparentada con los topos y tiene un morro largo y sensible y grandes patas palmeadas. Es uno de los últimos de su línea evolutiva, y una de las dos únicas especies de desmanes que quedan en el mundo. La población de desmán de los Pirineos ha disminuido hasta en un 50% en toda su área de distribución desde 2011. En gran parte debido a impactos humanos en sus hábitats: la alteración del caudal de los ríos y la reducción del nivel del agua a consecuencia de la construcción de centrales hidroeléctricas, presas y embalses.
Así como la extracción de agua para la agricultura vuelven muchos lugares inhóspitos para el desmán, aíslan las poblaciones y reducen significativamente las presas y los refugios disponibles para la especie.
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