La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) acostumbrada a agregar a su larga Lista Roja nuevas especies de animales en riesgo de desaparecer, dio un giro inusual y dictaminó ¡enhorabuena! que “la mariposa monarca de América del Norte no está en peligro de extinción».
Hace poco más de un año la organización conservacionista consideró a la mariposa monarca en peligro de extinción. Entonces señaló que el cambio climático había impactado significativamente en esa especie.
En su más reciente informe, indicó que el insecto es “vulnerable” a la extinción. Y precisó que podría reducir aún más la alarma, cambiando la lista a “casi amenazado” si un próximo censo sugiere que la población está estable o está creciendo, reseñó la revista Science.
La decisión se produjo tras el desafío de un investigador a los modelos de población que un equipo de la UICN utilizó para justificar la designación de especie en peligro, conferida hace apenas 14 meses. El equipo cometió una “injusticia científica” al ignorar los datos que muestran que a las monarcas “les está yendo muy bien”, argumentó el ecologista Andrew Davis de la Universidad de Georgia.
El cambio de la UICN marca el último giro en un debate científico sobre la salud del vistoso insecto negro y naranja. Las monarcas se encuentran en todo el mundo. Pero la subespecie norteamericana, llamada monarca migratoria (Danaus plexippus plexippus), se ha convertido en “un modelo de conservación de especies”. Debido a su “impresionante ecología y migración”, dijo Anurag Agrawal de la Universidad de Cornell. El ecologista no estuvo involucrados en la evaluación de la UICN o en el desafío.
La mariposa monarca, un nuevo aleteo
Las monarcas migratorias se dividen en dos poblaciones separadas por las Montañas Rocosas. Cada otoño, las mariposas de la mayor población oriental realizan una migración épica de hasta 4.000 kilómetros desde Canadá y el norte de EE UU hasta un bosque en el centro de México, donde pasan el invierno.
Luego, sus descendientes regresan gradualmente hacia el norte, tardando hasta cuatro generaciones en completar el viaje. La población occidental pasa el invierno en el sur de California a lo largo de la costa del Pacífico y se reproduce a lo largo de las Montañas Rocosas.
Los investigadores generalmente coinciden en que el número de monarcas que invernan en México disminuyó a partir de la década de 1990 o antes. Pero se estabilizó alrededor de 2014 en alrededor de 55 millones de individuos. Muchos investigadores culpan de la disminución a dos factores: la tala en los bosques de México y la agricultura en Estados Unidos y Canadá, que dependía cada vez más de cultivos modificados para resistir herbicidas. Eso aumentó el uso de herbicidas que matan el algodoncillo, del que se alimentan las orugas monarca.
Un escenario contrario, propuesto por Davis y otros, es que las poblaciones de mariposa monarca eran anormalmente altas hace décadas. Gracias a la tala de bosques a gran escala para la agricultura en el siglo XIX. Los paisajes abiertos resultantes permitieron que el algodoncillo y las mariposas monarca florecieran hasta que la tierra volvió a ser bosque o agricultura intensiva. Davis también señala que las poblaciones que hibernan se han desplomado en el pasado sólo para recuperarse el verano siguiente.
Diversos modelos y mediciones
En 2022, un equipo de la UICN publicó una evaluación que utilizó recuentos anuales de la población invernante de 1993 a 2020. Y dos modelos de población para discernir tendencias a largo plazo en el número de monarcas, que pueden variar de un año a otro. Uno de ellos se basaba en un método “lineal” que suponía una tasa de cambio constante a lo largo del tiempo.
Los modelos encontraron que la población de mariposa monarca podría haberse reducido entre un 22% y un 72% en 10 años. Cumpliendo con los criterios de la UICN para una designación en peligro de extinción. La evaluación también señaló que la estabilidad en el número de monarcas que hibernan observada desde 2014 hizo que “las tasas actuales de disminución sean menos preocupantes que en años anteriores”.
Aún así, muchos científicos pensaron que la inclusión en la lista de “en peligro” estaba justificada porque la sequía a lo largo de las rutas migratorias o los inviernos fríos podrían llevar a la población a una espiral de extinción. «Las poblaciones de mariposa monarca están en un nivel que la mayoría de los científicos sugieren que no es sostenible», comentó Karen Oberhauser, bióloga conservacionista de la Universidad de Wisconsin-Madison que formó parte del equipo de evaluación.
Alto nivel de riesgo
Pero un panel de la UICN dictaminó que el modelo lineal “no puede considerarse plausible”. En cambio, sugirió que un modelo más complejo, publicado en febrero de 2020 en Frontiers in Ecology and Evolution por un equipo dirigido por Wayne Thogmartin del Servicio Geológico de EE UU, es mejor. Muestra que la población de monarca oriental alcanzó un punto de inflexión alrededor de 2014, con una fuerte disminución que dio paso a una reducción más lenta o a un ligero aumento.
Estos resultados respaldan una designación vulnerable, dijo el panel. Y si el próximo censo de invierno muestra una estabilidad continua, añadió, “la categoría más plausible estaría casi amenazada”.
El fallo de la UICN no es vinculante para sus países miembros, incluido EE UU. Pero puede influir en las políticas. En 2020, funcionarios estadounidenses concluyeron que designar legalmente a la monarca como especie amenazada o en peligro de extinción estaba “justificado”. Pero no era una prioridad.
La nueva designación está generando reacciones encontradas. Dada la dificultad de pronosticar las futuras poblaciones de mariposa monarca. “El principio de precaución sugeriría mantener la inclusión en la lista como en peligro de extinción, con el potencial de aumentarla” más adelante, indicó Leslie Ries de la Universidad de Georgetown. La ecologista no participó en la evaluación ni en el desafío.
Mientras tanto, Anna Walker, entomóloga de la Sociedad de BioParques de Nuevo México que dirigió el panel de la UICN que recomendó la inclusión en la lista de especies en peligro de extinción, señala que la inclusión en la lista de vulnerables “todavía indica un alto nivel de riesgo de extinción”.