Los mercados de gas natural europeos y mundiales aún no están fuera del peligro creado por los cortes de Rusia en las entregas de ese combustible. La Unión Europea (UE) se enfrenta a un déficit potencial de casi 30.000 millones de metros cúbicos de gas natural en 2023.
Esta brecha podría cerrarse y con ello, el riesgo de escasez, mediante esfuerzos más intensos para mejorar la eficiencia energética. Desplegar energías renovables, instalar bombas de calor, promover el ahorro de energía y aumentar los suministros de gas.
Sin embargo, además de la preparación por parte de los formuladores de políticas y los mercados de gas con visión de futuro, está el componente climático. La intensidad del invierno y el crecimiento de la demanda juegan un papel importante en esta disyuntiva energética.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) reconoce en un informe “el impresionante progreso que se ha logrado en 2022 para reducir la dependencia del suministro de gas ruso. Y llenar el almacenamiento de gas”. Pero también advierte que 2023 “puede resultar ser una prueba aún más dura para Europa porque los suministros rusos podrían caer aún más”.
Mientras los suministros mundiales de gas natural licuado (GNL) serán escasos, especialmente si la demanda china se recupera. Y las temperaturas inusualmente suaves observadas al comienzo del invierno europeo no se garantiza que duren.
UE prevé potencial déficit de gas
El director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, presentó el informe junto con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
“Hemos logrado resistir el chantaje energético de Rusia. Con nuestro plan REPowerEU para reducir la demanda de gas ruso en dos tercios antes de final de año, con una movilización de hasta 300.000 millones de euros de inversiones. El resultado de todo esto es que estamos seguros para este invierno que transitamos”, dijo von der Leyen.
Asimismo indicó que “ahora nos estamos enfocando en preparar 2023 y el próximo invierno. Para ello, la UE debe intensificar sus esfuerzos en varios campos, desde la proyección internacional hasta la compra conjunta de gas. Y el aumento y la aceleración de las energías renovables y la reducción de la demanda”.
Entretanto, Fatih Birol comentó que la UE ha logrado “un progreso significativo en la reducción de la dependencia del suministro de gas natural ruso. Pero aún no está fuera de la zona de peligro”.
El director ejecutivo de la AIE consideró que “es posible que muchas de las circunstancias que permitieron a los países de la UE llenar sus sitios de almacenamiento antes de este invierno no se repitan en 2023. El nuevo análisis muestra que es vital un mayor impulso en la eficiencia energética, las energías renovables. Así como las bombas de calor y las acciones simples de ahorro de energía para evitar el riesgo de escasez y nuevos picos de precios viciosos en el año”.
Eficiencia energética, más renovables y controlar la oferta
Como resultado de las medidas adoptadas por los gobiernos y las empresas europeas a lo largo de 2022, la cantidad de gas en los sitios de almacenamiento de la UE superó con creces la media de cinco años en el comienzo de diciembre. Proporcionando un importante amortiguador de cara al invierno. Las acciones de los consumidores, el aumento de los suministros de gas fuera de Rusia y el clima templado también ayudaron a compensar la caída en las entregas rusas en 2022.
Las medidas ya adoptadas por los gobiernos de la UE sobre eficiencia energética, energías renovables y bombas de calor deberían ayudar a reducir el tamaño de la posible brecha entre la oferta y la demanda de gas en 2023. Una recuperación en la producción de energía nuclear e hidroeléctrica desde sus niveles mínimos de una década en 2022 también debería ayudar a reducir la brecha.
A pesar de todo esto, el déficit potencial entre la oferta y la demanda de gas de la UE podría alcanzar los 27.000 millones de metros cúbicos en 2023. En un escenario en el que las entregas de gas desde Rusia caigan a cero y las importaciones de GNL de China repunten a los niveles de 2021, según el informe. Esta abertura se puede cerrar mediante acciones adicionales.
Para incentivar mejoras más rápidas en la eficiencia energética, el informe recomienda ampliar los programas existentes y aumentar las medidas de apoyo para la renovación de viviendas. Y la adopción de electrodomésticos e iluminación eficientes. También sugiere utilizar tecnologías más inteligentes y fomentar el cambio de gas a electricidad en la industria.
Evitar picos de precios y cierres de fábricas
Para acelerar los permisos para las energías renovables, la Agencia propone agregar recursos administrativos y simplificar los procedimientos. También apunta por más apoyo financiero para las bombas de calor y cambios en las leyes fiscales que penalizan la electrificación.
De igual forma pide más y mejores campañas para lograr que los consumidores reduzcan su consumo de energía. Y detalla varios programas de una amplia gama de países que pueden servir como mejores prácticas.
Por el lado de la oferta, el informe dice que si bien las opciones de Europa para importar más gas natural son limitadas, hay un puñado de países con capacidad de exportación sobrante que podrían aumentar las exportaciones. Capturando el gas que actualmente se quema.
El estudio igualmente detalla las oportunidades para aumentar la producción de biogás de bajas emisiones.
Juntas, estas medidas ofrecen un camino para evitar picos de precios, cierres de fábricas, un mayor uso de carbón para la generación de energía. Y una feroz competencia internacional por los cargamentos de GNL, de manera coherente con los objetivos climáticos de la UE.