Auditores del Tribunal de Cuentas Europeo emitieron un contundente y crítico informe sobre la disminuida gestión de la UE en cuidar los mares, a pesar de contar con recursos para hacerlo. Países comunitarios “no han logrado detener la pérdida de biodiversidad marina” y han mostrado poco interés en limitar el impacto de la pesca.
“Por su importancia económica, social y medioambiental, los mares son un verdadero tesoro. Sin embargo, la acción de la UE no ha podido restituir hasta la fecha los mares de Europa a un buen estado medioambiental. Ni ha conseguido que la pesca vuelva a niveles sostenibles”, dijo João Figueiredo, miembro del TCE. Agregó que la auditoría constituye una señal clara de alarma en cuanto a la protección de los mares europeos.
Al Fondo Europeo Marítimo y de Pesca se asignaron aproximadamente 6.000 millones de euros para el período 2014-2020. No obstante, los auditores estiman que España, Francia, Italia y Portugal han empleado solo el 6% de la financiación en medidas directamente relacionadas con la conservación y cuidado de la biodiversidad. Y otro 8% en medidas indirectas.
Cálculos del Tribunal advierten además, que estos Estados utilizaron solo el 0,2 % en 6 años (menos de 2 millones) para limitar el impacto de la pesca sobre el medio marino.
España, una de las principales naciones pesqueras del Mediterráneo con el 20 % de las capturas de la UE, es el mayor beneficiario del FEMP (19%). Seguido de Francia (10%) e Italia con el 9%.
Muchas críticas a la gestión de la UE en sus mares
El informe del Tribunal también señala que las zonas marinas protegidas, que ascienden a más de 3.000, son probablemente las medidas de conservación más emblemáticas. A pesar de ser una extensa red de protección, los auditores sostienen que es poco profunda. Esta observación coincide con una reciente evaluación realizada por la Agencia Europea de Medio Ambiente. La AEMA indica que menos del 1% de las zonas marinas protegidas de Europa podrían considerarse como de plena protección.
En su criterio, para que sean eficaces, las zonas marinas protegidas tendrían que ofrecer suficiente cobertura a las especies más vulnerables de la UE y a sus hábitats. Así como introducir restricciones a la pesca cuando fuera necesario y gestionarlas adecuadamente, lo cual dista mucho de la realidad.
De manera similar, precisa el texto, “las herramientas normativas que vinculaban la biodiversidad de los mares de la UE a su política pesquera no funcionan adecuadamente en la práctica”. En las zonas marinas examinadas por los auditores, “estas herramientas todavía no han podido desarrollarse con éxito”.
Refiere el TCE que el Derecho de la UE sobre los mares cuenta con normas relativas a las especies y hábitats amenazados que tienen más de 25 años y no toman en cuenta los recientes conocimientos científicos.
“La pesca tiene un impacto considerable en el entorno marino. Aunque la política pesquera común había comenzado a mejorar las poblaciones de peces en el Atlántico, no hay indicios significativos de progresos en el Mediterráneo. La pesca en esta zona duplica con creces los niveles sostenibles”, apuntan los auditores.
La AEMA comunicó recientemente que solo el 6% de las poblaciones evaluadas en el Mediterráneo cumplía los criterios del rendimiento máximo sostenible.
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