Por Cambio16 | Efe
08/03/2016
Los líderes de la UE han alcanzado un polémico principio de acuerdo sobre las nuevas reclamaciones de Turquía para frenar el flujo hacia Europa de inmigrantes irregulares y refugiados, también sirios, que incluyen otros 3.000 millones de euros -con lo que la UE pagaría finalmente 6.000 millones- y agilizar la liberalización de visados. El pacto con Ankara consiste en devolver al país vecino a todo extranjero que llegue ilegalmente a las costas griegas, incluso a los sirios. A cambio, Bruselas se compromete a que por cada «irregular» admitido por Ankara desde las islas griegas, otro refugiado sirio con derecho a asilo será reubicado desde Turquía a los Estados miembros de los UE.
De esta forma, los Veintiocho no dudaron en aceptar la deportación de sirios, pese a venir de un país en conflicto y a su derecho de solicitar asilo para recibir protección internacional.
Los líderes se centraron así en el nuevo plan que a última hora puso sobre la mesa el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, para motivar la cooperación con la UE.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, y Davutoglu ya habían acordado el pasado jueves que Turquía aplicaría el acuerdo bilateral de readmisión con Grecia para todos los inmigrantes que no necesiten protección internacional, así como para aquellos interceptados en aguas turcas.
De ahí que las nuevas propuestas turcas cogieran por sorpresa a algunas delegaciones, como a la sueca, que dijo no tener el mandato para tomar una decisión sin consultar con su parlamento nacional.
Ello, sumado a la oposición de Hungría y de los demás miembros del grupo de Visegrado -República Checa, Eslovaquia, Polonia y Hungría- sirvió para impedir cerrar este capítulo.
La canciller alemana, Angela Merkel, negó que el plan turco haya sido redactado en realidad por una mano germana, al asegurar que «es exclusivamente de Turquía», al tiempo que desvinculó la iniciativa de las elecciones regionales que se celebran el domingo.
Sin embargo, fuentes europeas admitieron que las nuevas ideas turcas fueron cocinadas en petit comité entre Davutoglu, la propia Merkel, y el primer ministro holandés, Mark Rutte, cuyo país ocupa la presidencia de turno del Consejo de la UE.
El plan
Ankara se compromete a aceptar la devolución de «todos los inmigrantes irregulares que crucen desde Turquía a las islas griegas siempre que la UE se haga cargo de los costes» de repatriación, según la declaración conjunta de los mandatarios europeos. Por cada persona «irregular» que vuelva al país, los Estados Miembros de la UE reubicarán directamente desde Turquía a un refugiado sirio con derecho a asilo.
Preguntado por la legalidad de esta cuestión, Juncker aclaró que la normativa europea sobre procedimientos de asilo abre la puerta a soluciones de este tipo, en las que un Estado miembro puede rechazar estudiar una petición de asilo si considera que el país no comunitario al que se deriva el caso es un país seguro, como es el caso de Turquía para Grecia.
A cambio de las «concesiones» turcas, la UE acepta adelantar a más tardar a finales de junio la liberalización de visados, así como el desembolso de los 3.000 millones de euro acordados inicialmente para los refugiados para 2016 y 2017 a antes de finales de marzo.
Los Veintiocho también prometen tomar una decisión sobre «financiación adicional», después de que Ankara pidiera hoy otros 3.000 millones para la fase posterior, en 2018, confirmó Merkel.
Asimismo, los socios europeos aseguran que prepararán «lo antes posible» la apertura de cinco capítulos nuevos en el proceso de adhesión de Turquía a la UE.
Esta es una cuestión que resulta especialmente sensible para Chipre por su enfrentamiento histórico con Turquía por la ocupación del Ejército turco de la parte norte de la isla en 1974, que en 1983 se autoproclamó República Turca del Norte de Chipre, sólo reconocida por Ankara.
Además aceptan «seguir considerando» la posibilidad de establecer zonas humanitarias seguras en Siria.
En paralelo, los líderes se comprometen a poner fin a la política del «dejar pasar» a inmigrantes y refugiados y dejaron claro que «los flujos irregulares de inmigrantes en la ruta de los Balcanes occidentales han terminado».
Los líderes comunitarios volverán a reunirse la próxima semana con Davutoglu, y hasta entonces se comprometen a trabajar sobre los seis aspectos de la nueva propuesta turca.