La crisis global derivada de la pandemia ha puesto de manifiesto que Google puede ser mucho más que un buscador de información para erigirse en un facilitador que mejore la vida de las personas y rentabilice la actividad de las empresas, multiplicando sus oportunidades de negocio en un mercado global
Para la directora general de Google en España y Portugal, Fuencisla Clemares (Madrid, 1974), el confinamiento impuesto por la pandemia nos ha hecho avanzar en el proceso de digitalización, una transformación imprescindible para las empresas si se quiere competir en un mercado global, pero también ha modificado nuestro modo de vida y nuestra forma de consumir.
El teletrabajo, la educación online, el e-Commerce o la necesidad de estar en Internet han evidenciado que la digitalización es la palanca más eficiente y sostenible para el desarrollo en un mundo que afronta retos complejos que urgen el cambio, como la emergencia climática o el coronavirus.
Google aspira a convertirse en uno de los principales agentes de ese cambio, mejorando la vida de las personas y protegiendo el entorno natural. Fuencisla Clemares, que ocupó el cargo en 2016 y desde entonces es un referente de la igualdad de género en el ámbito empresarial, apuesta por el talento, la innovación y el trabajo en equipo. La tecnología –el big data y la inteligencia artificial– implementará la rentabilidad, la sostenibilidad y la escalabilidad.
En su gestión, evidencia un profundo conocimiento sobre cómo favorecer que el ecosistema del negocio digital de las empresas españolas crezca y sea competitivo. ¿Se puede decir también que es inclusivo y que integra a la mujer?
Durante la pandemia hemos podido comprobar que la tecnología ha sido un salvavidas que nos ha mantenido conectados. Nos ha ayudado a seguir adelante en los negocios, a mitigar los impactos derivados, por ejemplo, del cierre de tiendas y, en definitiva, nos ha permitido seguir trabajando desde casa. La tecnología nos va ayudar igualmente a salir y a recuperarnos más rápido de esta crisis.
Por nuestra parte, contamos con la iniciativa Impulso digital con Google, que apuesta por las pymes y por seguir ayudando a capacitar tanto a pymes como a personas. Tenemos muy claro que no se puede dejar a nadie atrás, que hay que trabajar con todos los colectivos y particularmente con los que son más vulnerables. Sabemos que las mujeres, tanto en estos momentos como cuando se producen grandes transformaciones en el mundo laboral, son las que corren mayor riesgo de quedarse fuera y, en consecuencia, hay que poner un foco especial en ellas.
Venimos trabajando con las mujeres desde hace mucho tiempo. El programa Digitalizadas ha formado a más de 5.000 mujeres en el ámbito rural. Tenemos que asegurarnos de que en todos nuestros programas tenemos una participación de mujeres que represente la media de la sociedad. En Actívate, que es nuestro programa de formación de capacidades digitales, hemos alcanzado la cifra de 600.000 personas formadas en España y el 50% son mujeres.
¿Por qué se prodigan tanto las mujeres en los puestos directivos de las tecnológicas?
¡Ojo! Se prodigan mujeres directivas en el ámbito tecnológico en España. Esto no sucede en otros mercados. ¿Y por qué ocurre en España?… Se han dado varias circunstancias. En primer lugar, hay talento femenino bueno. Lo que creo que ha pasado es que las mujeres hemos visto en las tecnológicas un contexto que nos facilitaba progresar y llegar adonde hemos llegado. Pero ¿por qué las tecnológicas? Cuando lo analizas, te das cuenta de que son empresas mayoritariamente americanas, que creen en la diversidad y que han puesto la diversidad en el centro de su estrategia, que han lanzado programas para asegurarse que se tumbasen todas esas barreras que las mujeres nos encontramos en el camino para poder progresar en una compañía.
Han avanzado en las políticas de selección, de desarrollo, de promoción. El tipo de cultura que tienen estas compañías pone mucho énfasis en la conciliación y en la flexibilidad laboral y eso crea un entorno y un contexto que facilita que las mujeres escalen posiciones.
¿En España es posible conciliar si se es mujer?
Siempre digo que conciliar y llegar alto es complicado. Fácil no es. Creo que es posible organizándote muy bien, trabajando en empresas que permiten esa flexibilidad y que tienen ese tipo de cultura de confianza en el empleado, donde no hace falta el presencialismo y se trabaja por objetivos. En esos entornos es llevadero, no fácil, pero sí posible.
Afirma que ser mujer directiva tiene ventajas e inconvenientes y que hay que saber jugarlos bien. ¿A qué se refiere? ¿Tienen las mujeres una forma distinta de dirigir?
Hay que ser conscientes de lo que somos y el entorno en el que nos desenvolvemos. La principal ventaja es que somos menos y esto nos hace mucho más visibles. Cuando vas a un foro donde mayoritariamente hay hombres, como eres más visible, la gente se queda con tu nombre y con tu cara, con lo que dices, tienes más posibilidades de impactar y de hacerte ver y eso hay que aprovecharlo.
El inconveniente fundamental es que tenemos estilos directivos que son distintos, que no siempre se entienden y, además, en entornos que han sido muy masculinos. Donde las políticas de recursos humanos de medición del desempeño están muy marcadas por hombres, es posible que tu estilo de dirección no se entienda bien y no se valora adecuadamente. Esos son sesgos en los que tenemos que insistir y trabajar para resolverlos.
Se enorgullece de que lo que ha conseguido no lo ha logrado sola, sino gracias a grandes equipos. ¿Es importante para formarse estar rodeado de los mejores para incentivar el talento?
Es un factor clave. En el entorno digital hay una lucha enconada por el talento, sobre todo porque falta gente preparada en capacidades digitales. Poder crear esos entornos y culturas en los que atraer el talento, hacerlo crecer y retenerlo es fundamental. La labor de un directivo es construir esos equipos de alto rendimiento. Las problemáticas que nos encontramos en el mundo de los negocios son cada vez más complejas y necesitamos equipos que funcionen muy bien para resolverlas.
Usted es hija de un emprendedor y de una brillante estudiante. ¿Qué aprendió de sus padres para tener éxito en lo personal y en lo profesional? ¿Traslada a sus hijos esta formación?
Mis padres me han transmitido muchos valores que me han marcado y que yo intento asimismo transmitir a mis hijos. Formo parte de una familia numerosa –somos cuatro chicos y dos chicas– y la primera obsesión de mi padre –particularmente para las chicas– siempre ha sido que nosotras pudiéramos ser en la vida lo que quisiéramos ser, que nadie nos tenía que decir qué podíamos ser y qué no y que la clave es el esfuerzo y el trabajo. Esto es algo que a mí me ha marcado desde muy pequeña. Y, en segundo lugar, el valor de la formación y de la educación.
Trabajando duro se puede llegar donde uno quiera. Se empeñó en que los seis tuviéramos estudios de grado y de posgrado. Nos dio todas las facilidades del mundo para que pudiéramos conseguirlo. Esto es lo que yo transmito a mis hijos. Tengo dos chicas y un chico y trato de que entiendan que el valor del esfuerzo es importante, que hay que pensar en grande y ser ambiciosos porque esto no es malo –a veces parece que cuando las mujeres somos ambiciosas no es algo bueno– y que la clave está en esforzarse y en prepararse.
Para triunfar hay que ser capaz de analizar dónde está tu empresa y dónde el mercado, hacia dónde va, anticiparse a las tendencias y marcar el rumbo ganador. ¿Qué ocurre cuando todo se derrumba porque sobreviene, por ejemplo, una pandemia como la que estamos viviendo?
Los principios siguen siendo válidos. En momentos de gran incertidumbre como los que hemos vivido estos meses los equipos se giran hacia ti como líder empresarial y te preguntan: ¿ahora qué hago?, ¿qué se espera de mí?… Y necesitan dirección más que nunca.
Es importante que el líder siga marcando el camino y los objetivos, qué vamos a dejar de hacer, cómo priorizamos. Lo que cambia es que las decisiones las tienes que tomar en un entorno de mucha menos información, más volátil y cambiante. Aquí la experiencia es muy importante porque te permite tener más intuición.
Lo que yo he aprendido durante esta pandemia es que hay una labor fundamental del líder: comunicar, comunicar y comunicar. En momentos de incertidumbre la gente quiere más información que nunca, quiere saber a qué puede atenerse y a qué no. He dedicado una gran parte de mi tiempo a comunicar y a dar transparencia. Desde Google pudimos comprender desde el principio que iba a ser una cuestión de meses, no de semanas, con el objetivo de que fuésemos una organización preparada, resiliente, que no nos desfondáramos en poco tiempo, que estuviésemos preparados.
¿De qué forma las herramientas digitales pueden ayudar a la recuperación verde?
La tecnología tiene un papel muy importante para ayudarnos a ser sostenibles. Google es una compañía que siempre ha tenido la sostenibilidad en su ADN y ya estamos contribuyendo a nivel tecnológico para que esto pase. Hay aspectos que no se conocen porque quizás no los hemos contado, pero nuestras plataformas son de emisiones cero desde el año 2013 cuando nadie hablaba de esto. Puedes poner la tecnología a trabajar para ayudarnos a ser más sostenibles, más verdes. Estamos aplicando la tecnología en muchos frentes: haciendo algoritmos, utilizando la inteligencia artificial para mejorar, por ejemplo, la producción en las granjas de viento; usamos Google Maps para seguir el cambio climático. Son dos muestras. Te puedo asegurar que la potencia que hay detrás es infinita.
¿Para evolucionar y avanzar hay que estar abiertos al cambio, hacerse preguntas difíciles y estar dispuestos a probar cosas nuevas? ¿No da vértigo esta especie de salto al vacío?
Cuando me preguntan cómo he llegado donde estoy, siempre respondo: no acomodándome, saliendo de mi zona de confort y asegurándome de que siempre estoy aprendiendo. Soy una creyente de aprender en el trabajo. Es la mejor forma. Y para ello es preciso realizar cosas nuevas. No apalancarte y hacer siempre lo mismo. Puede dar cierto vértigo, es verdad, sobre todo si emprendes caminos demasiado drásticos y no estás preparado, pero yo lo veo gratificante. Si vas asumiendo nuevas responsabilidades en nuevos ámbitos y estás bien acompañado puedes crecer de una forma controlada. Lógicamente requiere más esfuerzo que permanecer quieto en el mismo sitio.
¿Usted cree que errar es un fracaso?
Con respecto al fracaso, digo siempre que equivocarse, si eres capaz de reconocerlo, de hacer autocrítica y de admitir que te has equivocado, se convierte en un aprendizaje. Fracasar es equivocarte y no ser capaz de reconocerlo porque entonces no aprendes.
El reto de futuro para Google es pasar de ser un buscador a convertirse en un asistente, un facilitador que mejore nuestra vida cotidiana. ¿Se está consiguiendo?
En el fondo, lo que hay detrás de esta expresión es que nosotros queremos pasar de facilitar información de una forma útil y accesible, que es lo que hemos venido haciendo, a ser de ayuda en todos los momentos importantes que tenga una persona.
Ese asistente es esa persona que es capaz de ayudarte y hacerte la vida más fácil en el día a día. Esta es nuestra visión porque hoy somos mucho más que un buscador. Hay una parte importante aquí que es la voz, un asistente virtual, pero si lo piensa bien desarrollamos una labor de ayuda en muchos otros aspectos: Google Maps te ayuda a ir de un sitio a otro de forma rápida y eficiente, más productiva; YouTube te ayuda a encontrar los vídeos que quieres para entretenerte cuando hace falta o para buscar esa receta de cocina que necesitas para hacer el pan. Esta es la visión que tenemos en estos momentos para la compañía. Google ayuda a dar información y a hacernos la vida más fácil, pero también ayuda a las empresas a conectar con mercados, con posibles clientes fuera del país y a crecer. Este es el concepto en el que creemos y en el que estamos avanzando francamente bien.
Desde Cambio16 impulsamos el movimiento Cambiemos, enfocado a transformar el modelo actual de sociedad hacia un mundo más colaborativo, eficiente y sostenible. ¿Qué puede aportar Google a este objetivo?
Somos un agente de cambio. Gracias a la tecnología ayudamos a las empresas, sea la industria que sea, a transformarse. De hecho, con los medios colaboramos y trabajamos mucho en su transformación digital porque hemos desarrollado herramientas que les ayudan en este objetivo.
Desde herramientas que les ayudan en su monetización por su inventario en el mundo digital; AMP (Accelerated Mobile Pages), que les ayudan a tener una presencia en el móvil optimizada: que se cargue más rápido su contenido, que se pueda ver mejor y, por lo tanto, que el usuario pueda interactuar; Subscribe with Google, que ayuda a los medios a monetizar su contenido a través de la suscripción, a captar nuevos suscriptores mediante un proceso simplificado de registro. Así es como se traduce en el mundo de los medios, pero en cada industria tenemos tecnologías y soluciones que les ayuda a transformarse y digitalizarse más rápido, con los beneficios que todo ello conlleva para el negocio, tanto en generar más ingresos como en optimizar procesos y reducir costes.
¿Qué papel tendrá la gestión de la seguridad y hasta qué punto habrá que sacrificar derechos fundamentales e intimidad ante el interés general?
Creo que ambos aspectos son compatibles. El acuerdo que hemos cerrado con Apple y el producto que hemos diseñado, que es la app de trazabilidad de contactos –aplicación para el rastreo de contagios por COVID-19–, demuestra que ambas cuestiones son compatibles. Este producto se ha diseñado pensando primero en la privacidad del usuario.
La realidad es que además te permite hacer esa trazabilidad y poder avisar a un usuario que ha estado en contacto con otro que se ha contagiado de una forma absolutamente anónima y respetando la privacidad.
El bulo y la manipulación se abren camino en un mundo gobernado por las redes sociales. ¿Seremos capaces de determinar dónde está la verdad en medio de tanta información tóxica? Estamos trabajando duro para hacer que eso sea posible. Desde Google, colaboramos con la industria para ser capaces de recoger señales que nos permitan identificar cuál es el contenido original, el contenido de calidad, que procede de fuentes que han hecho el fact check (que permite a todos los usuarios de su buscador que comprueben si la noticia que muestra el motor de búsqueda cuenta la verdad). Trabajamos mucho con los medios para formarles y ayudarles a verificar ese contenido. Invertimos muchas horas en formación. También trabajamos con fact checkers y aportamos fondos para que puedan desarrollar su labor. Es un problema de la industria. Debemos seguir trabajando para atajarlo y para hacer que Internet sea mejor.
El mercado de pagar por contenidos no acaba de romper en los medios. ¿Por qué?
Vamos viendo progresos. La situación de los medios en España es delicada y se ha agravado con la COVID y la caída de la inversión publicitaria. Está claro que los medios necesitan hoy generar nuevas fuentes de ingreso. El papel sigue cayendo y las fuentes de ingreso que tenían antes hoy no se compensan con la publicidad online y su evolución. Hemos visto ya casos fuera de España donde la suscripción funciona. Aunque sea con un porcentaje de lectores relativamente pequeño que paguen por esos contenidos y esa calidad, el modelo parece que es sostenible. En España siento que viene una ola donde mucho de los medios van a dar el salto. Cada vez lo estamos viendo más.
Hemos desarrollado la herramienta Subscribe with Google para ayudar a la industria en este objetivo. La clave es el periodismo de calidad porque los usuarios querrán pagar por un contenido diferencial de calidad que tendrán que ofrecer los medios. Soy optimista al respecto y creo que en España también llegaremos. Hasta hace muy poco, éramos de los países que teníamos piratería y donde se descargaban más películas y ahora pagamos por el contenido de vídeo online como Netflix, Amazon Prime o HBO. Somos un país que empieza a pagar por contenidos.
Este y otros contenidos están en la edición 2270 de Cambio16