El anuncio de Ximo Puig, presidente de la Generalitat Valenciana, del aplazamiento de las Fallas por la crisis del coronavirus (Covid-19) conmociona a los falleros, a los valencianos y representa un jarro de agua fría para la actividad económica de la ciudad de Valencia y de numerosos municipios de la ‘Comunitat’.
La Generalitat justifica que la decisión se ha tomado “por responsabilidad, por indicación de los expertos y pensando en el bien general de la población” y se apoya en las recomendaciones del Ministerio de Sanidad. La pandemia de Covid-19, que está causando estragos en todo el mundo, ataca también a las Fallas, así como a las fiestas de la Magdalena de Castellón, dejando un escenario de incertidumbre y muchas preguntas sin responder.
🔴🏛 COMUNICADO OFICIAL
— Generalitat (@generalitat) March 10, 2020
ℹ La Generalitat, siguiendo la instrucción del @sanidadgob, ha acordado aplazar la celebración de las Fallas y la Magdalena en la C. Valenciana. Por responsabilidad, por indicación de los expertos y pensando en el bien general de la población. pic.twitter.com/Y2sLNjsL6d
Primera estimación: 700 millones en pérdidas
Ximo Puig se ha reunido este miércoles con con el presidente de la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana, Salvador Navarro, y los secretarios generales de CCOO-PV, Arturo León, y de UGT-PV, Ismael Sáez para valorar la situación económica y social tras la cancelación de las Fallas y la Magdalena.
El presidente Puig ha dicho que «la merma de los 700 millones de ingresos que se estima que tiene el impacto de las fiestas en la economía valenciana afectará a la creación de empleo«. Una razón por la que ha justificado la petición de un informe al Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas para conocer en profundidad el impacto económico.
Y es que el anterior informe, elaborado por la Inteagrupación de Fallas, se remonta a 2008. A falta de una actualización y pormenorización de los datos, uno de los sectores más afectados será el turístico y hostelero; con unas pérdidas que superan ampliamente los 500 millones de euros. Las pérdidas para artistas falleros, pirotécnicos, floristas y para las propias comisiones falleras serán, en cualquier caso, muy abultadas. Incluso sin las medidas paliativas adecuadas no se descartan despidos y otras decisiones dramáticas.
Nueva fecha para las Fallas «cuanto antes»
«Somos conscientes de que la decisión [de suspender las Fallas] se ha tomado respondiendo al interés general y al de mantener una respuesta contundente frente el coronavirus», asegura la Asociación Empresarial Hostelera de Benidorm, Costa Blanca y Comunidad Valenciana (Hosbec).
Sin embargo, esta organización empresarial manifiesta que «el sector turístico observa con sorpresa el cambio de criterio en pocas horas y el hecho de anunciarse un aplazamiento y no una cancelación definitiva, lo que provoca aún más incertidumbre».
Algunas de las preguntas que plantea Hosbec son: qué hacer con las políticas de cancelación, la respuesta a clientes y a aseguradoras de viajes, los acuerdos con operadores o los contratos con proveedores y trabajadores. Por ello, el sector turístico y hostelero solicita que se anuncie cuanto antes la nueva fecha para la celebración de las Fallas 2020.
Las fallas no se mueven sin garantías…
La Federación de Gremios de Artistas Falleros y Hoguereros de la Comunidad Valenciana, formada por los gremios de Valencia, Burriana y Alicante, ha remitido un comunicado en el que recomienda «no desmontar ni retirar ninguna falla«. Antes, exigen garantías y respuestas sobre quién asumirá los costes de traslados, mano de obra, así como del montaje y desmontaje de las fallas.
La citada Federación apuesta por acabar de plantar las fallas dentro del calendario habitual y quemarlas el día 19. Además, califica como «razonable» esta posibilidad, puesto que ya están «listas y los transportes hechos».
Sin duda, las fallas (los mal llamados ‘monumentos’) son la base de una fiesta declarada ‘patrimonio inmaterial de la humanidad’ por la UNESCO en noviembre de 2016. Pero la inquietud trasciende a los artistas falleros. Cerca de 400 comisiones falleras, solo en la ciudad de Valencia, dedican un año entero a preparar las fiestas de cada edición, por lo que el desasosiego es máximo.
Joan Ribó, alcalde de Valencia, ha dicho que «los valencianos somos un pueblo que utilizamos el fuego, y quemamos lo antiguo, para renacer aún con más fuerza que antes. Ahora toca unión de todos y todas como pueblo, hermandad, valentía, entereza y filas más que nunca. ¡Fuerza Fallas! ¡Conseguiremos plantar de nuevo!».
💪🔥 Els valencians som un poble que utilitzem el foc, i cremem el que és antic, per a #renàixer encara amb més força que abans. Ara toca unió de tots i totes com a poble, germanor, valentía, enteresa i fer pinya més que mai. Força #Falles! Aconseguirem plantar-nos de nou! 🧡💥 pic.twitter.com/iyUWWBHcsL
— Joan Ribó (@joanribo) March 11, 2020
Pero llegan los primeros enfrentamientos
Por lo general, tras la quema de las fallas en la noche del 19 de marzo la ciudad vuelve a la práctica normalidad la mañana del día 20. No obstante, la situación de excepcionalidad por el aplazamiento de las Fallas dejará escenas nunca vistas por varias generaciones de falleros y valencianos (desde el final de la Guerra Civil española, se han celebrado initerrumpidamente durante 81 años).
Entre otras escenas, ya se han producido algunos enfrentamientos entre la policía y algunos representantes falleros, por la «ocupación de la vía pública». Hasta el momento, tenemos constancia de problemas en este sentido en las demarcaciones de Malvarrosa y Grabador Esteve-Cirilo Amorós de la ciudad de Valencia.
La «cabal desmesura» que represetan las Fallas, como una vez las definió el escritor Obduli Jovaní, deberán salir del ‘shock’ en el que se encuentran inmersas para volver a renacer. Esta vez, no de sus cenizas sino de la incertidumbre.
Lea también: