Cuando Juan Luis León del Río anunció en casa que se disponía a viajar a Ucrania para adquirir una factoría de madera –el país, paradójicamente junto a Rusia, es una potencia mundial en la exportación de madera de roble–, su madre le obligó a comprarse una chaleco antibalas. Cuando regresó de la zona de guerra solo podía seguir creciendo. Desde sus orígenes, Tarimas del Mundo evidenció su vocación pionera.
Fueron los primeros en apostar por la instalación en un país donde el montaje se deja en manos de terceros; apostaron por acabados aceitados cuando la tradición imponía el barniz o certificaron sus actividades como sostenibles con el objetivo de alcanzar cero emisiones en 2024, implementando la circularidad bajo el lema de que todo lo que producen, lo compensan.
Desde el principio, Juan Luis León del Río se recorrió las ferias internacionales más prestigiosas para aportar valor a su marca, que muy pronto ganó en prestigio y confianza. Con el paso de los años, Tarimas del Mundo fue madurando su proyecto hacia la comercialización de las más prestigiosas marcas a nivel mundial hasta llegar a ser el referente en el sector con la más amplia gama de producto. Desde los formatos más económicos en relación calidad precio aptos para cualquier aplicación, hasta los más increíbles diseños de gran formato con los que se han realizado las renovaciones más importantes a nivel mundial, de la mano de los arquitectos e interioristas con más renombre del panorama global.
Hábleme del nacimiento de la empresa y cuáles son sus áreas de negocio.
Tarimas del Mundo fue fundada completamente por casualidad. Comencé con un amigo de mi hermano que se supone que era el que sabía de este negocio y, transcurridos apenas seis meses, le tuve que comprar su parte. Con tan solo 22 años de edad, sin tener conocimientos del sector, me vi obligado a quedarme con la empresa y gestionarla. Los comienzos fueron muy humildes, avanzando poco a poco. De hecho, la oficina de la compañía la tuve ubicada en una habitación de la casa de mis padres durante seis años. Después, conseguí abrir mi primera tienda y, a partir de ahí, comencé a crecer hasta hoy, que Tarimas del Mundo es un proyecto consolidado con grandes perspectivas de futuro.
¿Qué tendencias estéticas destacaría dentro de la arquitectura de interiores y, en concreto, en el ámbito de las tarimas? ¿Cómo ve el sector del diseño y la arquitectura en España en el marco de la Unión Europea?
Actualmente, el sector atraviesa una situación muy complicada, ya que el principal productor de Europa de roble es Ucrania y el primer exportador del mundo es Rusia. Ambos países están en guerra y esto perjudica bastante al mercado. Es importante destacar que el mundo de la madera ha cambiado mucho en los últimos 20 años: lo que se supone que hace dos décadas era lo mejor, ahora es completamente diferente. Por otro lado, en cuanto a formatos, serían de ingeniería, y en acabados, los aceitados.
En España, tradicionalmente se había impuesto el barniz. Cuando fundé la empresa, empecé a visitar las principales ferias del sector y me convertí en un asiduo de las exposiciones de Milán, Shanghái, Las Vegas, Hannover, Múnich, etc. Pudo comprobar in situ que en los países más industrializados de Europa y con más tradición de madera por su clima, como pueden ser Dinamarca, Suecia, Noruega, Alemania, Holanda y Bélgica, entre otros, se utilizaban los aceites como acabado final. Comprendí entonces que, si en los países más avanzados del mercado usan estos acabados, yo tenía que traerlo a España. Cuando lo importamos, fuimos pioneros.
Los compañeros del sector me comentaban que no iba a funcionar, que en España somos muy tradicionales y el consumidor no cambia fácilmente de hábitos, que nuestra propuesta no iba a surtir efecto. Por mi parte, yo les explicaba que si la Europa más industrializada y moderna, y con más cultura de madera, utiliza estos acabados, por lógica tienen que ser mejor que lo que nosotros veníamos haciendo. Considero que es una cuestión de explicarle a las personas en qué consiste una cosa y en qué consiste otra.
Nuestra apuesta por los acabados aceitados fue todo un éxito que revolucionó el mercado y nos dio ventaja competitiva. Los aceites proporcionan una estética del suelo más natural, el mantenimiento es muchísimo mejor, no necesitas acuchillar el suelo y, al final, son todo ventajas. Sabemos que hemos sentado las bases del futuro del parqué en España.
¿Cuáles son los principales hitos de la empresa?
El primero y más importante es cerrar el círculo, ser responsables de todo el proceso de producción, un objetivo que acabamos de cumplir. Se trataba de mi principal sueño desde que consolidamos el proyecto y empezamos a crecer. Ahora, desde que se corta el árbol hasta que lo ponemos en casa del cliente, todo está realizado por nosotros. Además, este año hemos comprado una fábrica de tarimas en Ucrania, pese a que el país está inmerso en la guerra. Mi madre, horrorizada, me hizo viajar con chaleco antibalas. Estoy muy contento porque ya no dependo de nadie.
En Cambio16, la sostenibilidad es uno de nuestros pilares y constituye nuestro principal propósito. Desde Tarimas del Mundo, ¿cómo se promueve la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático?
Para nosotros, la lucha contra el cambio climático es clave. Ahora, en Ucrania, estamos desarrollando formatos que tienen las mismas o mejores prestaciones que los actuales. De los 7 o 9 árboles que antes se cortaban para hacer un formato para una casa de madera, ahora conseguimos cortar solo un árbol. Además, contamos con el certificado FSC de Gestión Forestal, que garantiza que el bosque se está gestionando de manera que preserva la biodiversidad y beneficia a las poblaciones y los trabajadores locales, asegurando al mismo tiempo su viabilidad económica. Asimismo, hemos certificado que le proceso de tala se lleva a cabo de forma sostenible. Consiste en dividir el bosque en los años de crecimiento que tiene el árbol que se vaya a utilizar.
Por ejemplo, si tiene 9 años de crecimiento hasta ser adulto, lo divides en 9 cuadrículas y cada año, cortas una y plantas una. Al año siguiente, vuelves a cortar una y plantas una, con lo que siempre el bosque por sí mismo es autosostenible. Además, tenemos otros certificados de medio ambiente, dependiendo de la parte del mundo de donde procedan las materias primas hay unos que son más importantes que otros.
Estamos muy comprometidos. Ya no solo en la tala de árboles, también en los barnices que utilizamos, los aceites, que son ecológicos, las colas, etc. Uno de nuestros principales retos para el próximo año es borrar nuestra huella de carbono. Tenemos en marcha un proyecto para alcanzar cero emisiones. Todo lo que producimos lo compensamos.
Tarimas del Mundo tiene tiendas en España. ¿Los planes de expansión contemplan su proyección internacional?
En la actualidad, en Madrid contamos ya con cuatro tiendas. También, tenemos un establecimiento en Valencia y un showroom en Marbella. Para el año 2024, abrimos en Barcelona y Palma de Mallorca, y para 2025, queremos abrir en San Sebastián y Lisboa.
En cuanto a la expansión internacional, al contar ya con una fábrica en Ucrania, vamos a empezar a exportar a todo el mundo. Para las nuevas aperturas, tenemos un plan en todas las capitales de provincia importantes, sobre todo donde el diseño en madera tiene mayor penetración.
¿Cuál es la filosofía de Tarimas del Mundo?
Desde siempre nos ha movido una clara vocación de servicio. Desde el principio, apostamos por la instalación, una asignatura pendiente en España, y la instalación en obra es complicada porque dependes de más personas para realizarla. Al mismo tiempo, la instalación es muy agradecida. Al final, el suelo es la parte más importante de la casa, predomina en todas las estancias. En consecuencia, cuidamos mucho el tema de las garantías.
Adaptamos los sistemas tradicionales y conocidos por la tecnología más avanzada en este campo. En Tarimas del Mundo, la garantía de todos nuestros productos solo cuenta con dos opciones: tienen 25 años de garantía o lo garantizamos de por vida. Somo la única empresa de España que damos 10 años de garantía a la instalación.
Estamos muy seguros de lo que hacemos. Entendemos que si algo que realizamos no está bien en 10 años, algún error hemos cometido. Por eso, y lo digo con orgullo, somos número uno en instalación. Ya no quedan artesanos en casi ningún oficio.
¿Cómo está organizada la empresa?
Aunque yo soy el CEO, mi hermano Alberto y yo nos repartimos diferentes departamentos, supervisándolos directamente. En Ucrania, tras la adquisición de la factoría, tenemos el proceso de fabricación, y aquí, en España, se hace el acabado final, un proceso de que realiza en Álava. Desde nuestra nave industrial en Yeles (Toledo), distribuimos y organizamos