OSIRIS-REx abandonó la órbita del asteroide Bennu, de 4.500 millones de años, del que recogió muestras de polvo el año pasado. Ahora comienza su largo viaje de regreso a la Tierra. La sonda espacial estadounidense de la NASA debe recorrer una gran distancia antes de aterrizar en el desierto de Utah, Estados Unidos, el 24 de septiembre de 2023.
El lunes 10 de mayo, a las 4:23 pm EDT, el aparato encendió sus motores a toda velocidad durante 7 minutos. Esta quema empujó a OSIRIS-REx lejos del asteroide a casi 1.000 kilómetros por hora, poniéndolo en un largo viaje hacia la Tierra. «OSIRIS-REx viene a camino a casa”, confirmó Dante Lauretta, jefe de la misión, en una transmisión de video de la NASA.
OSIRIS-REx vuelve a casa
Para realizar el plan plurianual de la misión, los ingenieros de navegación hicieron cálculos y escribieron un código de computadora para instruir a la nave espacial cuándo y cómo alejarse de Bennu. Ahora traer a la Tierra de manera segura la muestra es el objetivo crítico del equipo. Incluye la planificación de maniobras para mantener la nave espacial en curso a lo largo de su viaje.
A su regreso dentro de poco más de dos años, la cápsula se separará del resto de la nave espacial y entrará en la atmósfera terrestre. Luego caerá en paracaídas al campo de pruebas y entrenamiento de Utah.
Operación recolección en Bennu
La operación más crítica de la misión OSIRIS-REx fue recolectar más de 2 onzas (60 gramos) de la superficie de Bennu. Fue un éxito. Los miembros del equipo señalaron que Bennu está lleno de rocas, lo cual fue una sorpresa para todos. “Realmente teníamos la idea de que estábamos llegando a un asteroide con terreno abierto”, dijo Heather Enos , investigadora principal adjunta de OSIRIS-REx, con base en la Universidad de Arizona, Tucson.
Al recolectar muestras del asteroide y traerlas a la Tierra se lograrán varios hallazgos científicos. Uno fue confirmar una técnica que utiliza observaciones de la Tierra para predecir si los minerales del asteroide son ricos en carbono y muestran signos de agua antigua. Los científicos utilizarán la información obtenida de Bennu para perfeccionar los modelos teóricos y mejorar las predicciones futuras.
Una nueva misión en otro asteroide
OSIRIS-REx todavía tiene mucho combustible restante. Por ello, el equipo está tratando de preservarlo tanto como sea posible para enviarla a una otra misión a otro asteroide luego de su regreso a la Tierra. Los ingenieros investigarán la viabilidad de la misión este verano.
Su rumbo estará determinado principalmente por la gravedad del Sol, pero los ingenieros necesitarán ocasionalmente hacer pequeños ajustes de rumbo a través de las quemaduras del motor para la liberación de la cápsula con muestras en la atmósfera de la Tierra. Si va demasiado baja podría rebotar en la atmósfera y si va demasiado alta podría quemarse debido a la fricción y al calor atmosféricos.
Si OSIRIS-REx no libera la cápsula, el equipo tiene un plan de respaldo para desviarla de la Tierra y volver a intentarlo en 2025.
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