Chang’e-6, la sonda no tripulada de China, regresó a la Tierra con muestras de rocas y suelo de la cara oculta de la Luna. Una cápsula de reentrada con la valiosa carga llegó en paracaídas a una zona rural de Siziwang Banner, en Mongolia Interior, en el norte de China.
La recolección y entrega del material lunar finaliza una misión ideada, dirigida e impulsada por Administración Nacional del Espacio de China. Un logro en la ardua competencia por llegar a esa región poco explorada y poco vista de la Luna.
La misión Chang’e-6 despegó de la provincia de Hainan, al sur de China. El 3 de mayo y aterrizó el 2 de junio en el lado oscuro de la Luna. El satélite le presenta siempre la misma cara a la Tierra porque tarda en rotar lo mismo que su movimiento de traslación alrededor de la Tierra. Los científicos chinos anticipan que la recolección incluye roca volcánica de 2,5 millones de años, pues ese lado tiene montañas y cráteres de impacto que contrastan con las extensiones planas visibles en el otro lado.
El módulo de aterrizaje de la misión pasó dos días recogiendo roca y tierra de uno de los cráteres más grandes y antiguos de la Luna, la cuenca del Polo Sur-Aitken. Utilizó un brazo robótico y un taladro. La CNSA informó que luego su módulo de ascenso despegó de la superficie de la Luna y se reunió con el orbitador para emprender el regreso a la Tierra.
Sonda china logra una hazaña mundial
«Este es un gran logro de China. Recuperar muestras de la Luna es difícil, pero hacerlo desde el lado lejano, donde las comunicaciones son particularmente difíciles, es una verdadera hazaña tecnológica”, afirmó Martin Barstow, profesor de astrofísica y ciencia espacial en la Universidad de Leicester.
Estados Unidos, China y la ex Unión Soviética han recolectado muestras del lado cercano de la Luna, pero China es el primero en traer material del lado lejano. La intención era recolectar hasta 2 kg de roca lunar y suelo.
China colaboró anteriormente con científicos internacionales para estudiar muestras que trajo de la cara visible de la Luna. Sin embargo, no está claro si se concederá un acceso similar al nuevo material procedente de la cara oculta. Las últimas muestras podrían arrojar luz sobre misterios de larga data en la historia temprana de la Luna y la Tierra.
Comprender la velocidad a la que los grandes asteroides golpearon la Luna en sus inicios arrojaría luz sobre la historia del impacto de la Tierra. «Nuestro planeta habría sido golpeado por los mismos tipos de asteroides, algo importante para comprender el impacto bajo el cual apareció la vida por primera vez en la Tierra», señaló Ian Crawford, profesor de ciencia planetaria en Birkbeck, Universidad de Londres.
La colisión que creó la cuenca Polo Sur-Aitken puede haber extraído suficiente roca para exponer áreas del manto lunar, lo que los investigadores creen que es crucial para comprender la historia, y potencialmente los orígenes de la Luna. «Es posible que la SPA haya excavado lo suficientemente profundo como para exponer el manto lunar. Y es posible que se encuentren fragmentos en las muestras de la sonda china Chang’e-6», dijo Crawford.
En busca de los orígenes
La cara oculta de la Luna tiene menos llanuras de lava antiguas o marías, una corteza más gruesa. Y, debido a que no está protegida por la Tierra, tiene más cráteres debido a impactos violentos.
«Recuperar muestras del otro lado es tremendamente emocionante desde el punto de vista científico, ya que sólo tenemos información muy limitada sobre la geología allí», señaló el astrofísico Barstow.
Simeon Barber, investigador principal de la Open University, consideró que entramos en una nueva era de descubrimientos. «Obtener muestras del otro lado es un logro histórico que ayudará a comprender por qué difiere tan marcadamente del lado cercano más familiar”, añadió.
Detalló que los laboratorios especializados de todo el mundo han pasado cinco décadas perfeccionando las técnicas analíticas para descubrir los secretos de la Luna a partir de muestras del lado cercano devueltas por las misiones Apolo y Luna. Y “ahora estamos a punto de aplicar toda esa experiencia para aprender sobre el enigmático lado lejano de nuestro vecino más cercano en el espacio”, asentó.
La misión Chang’e-6 es un motivo de orgullo para una nación que ha intensificado sus misiones a la Luna, atrayendo la atención de su rival, Estados Unidos. Los medios estatales mostraron a funcionarios colocando triunfalmente la bandera china justo después de que la cápsula Chang’e-6 aterrizara en el desierto de Mongolia Interior.
El presidente de China, Xi Jinping, llamó para felicitar a quienes estaban en el centro de mando de la misión Chang’e-6. Xi les dijo que esperaba que pudieran seguir explorando el espacio profundo para «alcanzar nuevas alturas al desentrañar los misterios del universo».
Desafíos constantes
China tiene más misiones lunares planeadas para esta década. Su objetivo es allanar el camino para una base internacional de investigación lunar, que codirigirá con Roscosmos, la agencia espacial rusa, y el eventual aterrizaje de un astronauta chino en la luna.
Pekín ha invertido enormes recursos en su programa espacial durante la última década en un esfuerzo por alcanzar tanto a EE UU como a Rusia. Su objetivo es enviar una misión tripulada a la Luna para 2030 y planea construir eventualmente una base en el polo sur lunar. Estados Unidos planea volver a enviar astronautas a la Luna para 2026 con su misión Artemis 3.