Por Óscar Abou-Kassem / Fotos: Fernando Sánchez
La compañía por excelencia de internet no encuentra sus fronteras. Tanto en sus aventuras empresariales como en su obsesión por la innovación. Su progresión geométrica como gigante ha chocado con los límites legales de muchos países. Han crecido tan rápido que admiten que no han sabido explicar su modelo empresarial con la misma velocidad. Javier Rodríguez Zapatero (Córdoba, 1969) recibe a Cambio16 en la sede de la empresa en Madrid. Una oficina acorde con el espíritu divertido y sofisticado de las multinacionales crecidas en Silicon Valley. El directivo tiene clara la apuesta de Google para España: educación.
¿Por qué les gusta decir que son una schooling company?
Esta es una compañía que está dentro de un entorno de cambio constante. Estamos innovando no sólo en tecnología, sino en maneras de hacer las cosas. Mucha gente viene aquí porque sabe que va a aprender una manera de hacer las cosas que luego le puede servir dentro o fuera de Google y ése es el concepto de schooling company que a mí me gusta. El concepto de que la universidad no acaba cuando te licencias en ella está dentro de todos los empleados de Google.
¿En qué consiste el proyecto Actívate?
Actívate surge como idea hace dos años viendo lo que pasaba con la crisis. Es muy curioso que con el nivel de formación que tiene España tengamos un 55% de paro juvenil. Como empresa americana, pero asentada en España, nos preocupaba y pensamos qué podíamos hacer para mejorar esta situación. Actívate es un programa que forma a jóvenes desempleados, aunque luego se abre a más gente que no tienen competencias digitales ni capacidades de emprendimiento. La Unión Europea estima que en los próximos 3-4 años habrá 900.000 puestos de trabajo sin cubrir en el mercado de la economía digital. Los currículos universitarios no están preparados ahora mismo para este tipo de enseñanzas, incluso la formación profesional tampoco lo está. Entonces decidimos liarnos la manta a la cabeza y hablar con universidades y con gente que pudiera desarrollar programas online y presenciales y vamos a intentar formarles rápidamente en competencias online y en emprendimiento. Y es el proyecto que más me ha sorprendido.
¿En qué sentido?
En sentido de los resultados. Porque no se le dio mucha comunicación. Porque nuestro objetivo era hacerlo, no contar que lo estábamos haciendo. Hoy, después de 15 meses, hay 245.000 registros, que es mucho, y más de 45.000 personas que ya han pasado el curso, presencial u online, y están certificados como alumnos que han superado este programa. Hasta septiembre no tendremos datos de cómo les está yendo a esos 45.000 certificados, pero los indicios son muy positivos.
¿Cómo se les ayuda con el emprendimiento?
Lo bonito es que la gente que se siente educada experimenta la sensación de la perdida de miedo, que es la principal barrera para el emprendimiento. Una vez que empiezas a conocer el entorno en el que te encuentras, pierdes el miedo y te lanzas. En este sentido es donde se encuentra nuestro proyecto de Campus Madrid.
¿En qué consiste?
Un pilar es la educación y el otro, el emprendimiento. Durante la crisis se ha escuchado y leído mucho sobre ‘el cambio de modelo productivo’ como un concepto etéreo, abierto y admitiendo que la sociedad tal y como estaba instrumentalizada antes de la crisis no iba a estarlo después de la crisis para ser competitiva, sostenible y que mantuviera un modelo de sociedad del bienestar. Lo que parece que está muy claro es que el modelo productivo del futuro pasa por lo digital y por un tejido que sea capaz de emprender. Con la inauguración de Campus Madrid estamos en eso. Estamos convencidos que este tipo de proyectos añadirán una muesca a la mejora de la sociedad española. Más que como un enemigo lograremos que se nos vea como un amigo en el desarrollo de la sociedad. Sólo hay seis campus de Google en el mundo, que uno de ellos esté en Madrid es muy importante para la sociedad española.
¿Quién os ve como el enemigo y por qué?
No voy a negar que somos una compañía que ha tenido éxito dentro de este entorno de internet. No la única. Internet ha crecido mucho y hay muchos jugadores. A veces el desconocimiento hace que la sociedad te vea con miedo. A lo mejor no hemos sido capaces de poder explicar lo que hacemos con la velocidad a la que ha ido todo. A veces hay que pararse y explicar qué estamos haciendo. Y cuando lo hago me siento muy orgulloso. Además de ser motor de emprendimiento y educación es que además somos un motor de crecimiento espectacular. La economía está virando vertiginosamente hacia internet. Dentro de tres años no habrá la distinción entre economía digital y no digital. Prácticamente toda será digital y tendrá el móvil en el centro. Nuestro modelo de negocio a veces no se ha comprendido. Ponemos en contacto de una manera muy eficiente a la oferta y la demanda, pero beneficiando siempre a la demanda. Y esto genera un circulo virtuoso, también para la oferta que tiene mejores resultados. No es cierto que lo digital elimine empleo. Cada empleo creado en lo digital genera cuatro adicionales porque las empresas que entienden bien este entorno crecen más rápido que el resto. Y genera nuevas vías que eran desconocidas. Google necesita tomarse un tiempo, sobre todo en Europa, para explicar cuál es nuestro proyecto y que sea bien entendido.
Las aplicaciones han generado muchos empleos. ¿Ha provocado una reversión de la deslocalización?
La respuesta es que sí. Internet antes sólo se disfrutaba en el ordenador y ahora se puede disfrutar 24 horas durante 7 días a la semana con el móvil. Como consecuencia de esto ahora miramos el móvil una media de 150 veces al día en España. E iremos a más. Es por defecto el sistema de comunicación, el de compra, el de socialización y el de divertimento. Y eso trae negocio y cada vez más. Google play, nuestra tienda de aplicaciones, generó más de 7.000 millones el año pasado para los desarrolladores. Un mercado que hace tres años no existía. Estamos ante la economía móvil.
¿Hay sitio para todos en el mercado móvil?
Hay sitio para todos los que puedan hacerlo bien. Hay sitio evidente para los que llegan nuevos, sin legado y sin tener que transformar su negocio.
¿Cómo ve el acceso a internet en España?
Comparado con el resto de países de Europa estamos en la media. Ha habido una gran penetración a través del móvil. Hubo una parada hace dos años pero ha repuntado a los 38 millones de usuarios gracias al móvil.
¿Cómo van sus contenciosos con la Comisión Europea?
Hay varios frentes, pero el más candente es el del pliego de cargos que hay sobre una posición dominante en el mundo de compras. Honestamente, esta situación nos permite entablar una conversación con la Comisión Europea con la que seguimos trabajando. Llevamos cinco años con este caso y en cinco años el mundo ha cambiado mucho. El regulador tiene que entender el entorno y poner las bases para que Europa se desarrolle más rápida o lentamente. Es decir: ¿espacio digital único sí o no? Estamos en un mercado de 500 millones de personas, en donde a veces nos encontramos con 28 regulaciones distintas.
¿Es el problema de la piratería especialmente grave en España?
Últimamente estoy más optimista. Netflix ha anunciado que sale en España, esto implica que el modelo de negocio puede estar ahí y que la gente empiece a concienciarse cada vez más. Pero no es suficiente. Hay que hacer una labor que empieza por nosotros mismos, los adultos, y que tiene que seguir en los colegios para educar a la gente en que la propiedad intelectual es tan importante como la material. Nosotros desarrollamos tecnología para que esto no ocurra, como Content ID. También eliminamos 220 millones de enlaces para descargas ilegales al año.
¿Es posible la desconexión laboral en el planeta móvil?
Yo soy un optimista digital pero también fui un estresado digital. El truco está en ver las nuevas tecnologías como un aliado. Si las sabes usar bien te permite ser más eficiente, aprovechar los ratos muertos y tener más tiempo con tu gente.