Las generaciones milenials y Z optan por la vida sana, sin alcohol. No es otra moda más, se trata de un cambio cultural
Lo que comenzó con el “Detox” y evolucionó al “Enero Seco” dio paso al movimiento de la curiosidad sobria. Los jóvenes, en especial la generación Z, lo han asumido con fuerza. Encuestas y sondeos confirman que consumen menos bebidas alcohólicas.
Sí, en las fiestas navideñas hubo más gente sobria a su alrededor. No fue una sensación. Cada vez más personas adoptan un estilo de vida que celebra con menos alcohol (o sin ninguno). Los hábitos de consumo se están transformando.
Beber menos alcohol (o nada) es un estilo de vida impulsado por una creciente conciencia sobre los daños del alcohol en la salud física y mental. La cultura de la bebida, arraigada por generaciones, la va desalojando otra que prioriza la salud y el bienestar. No es moda pasajera, sino un cambio cultural profundo.
Un reciente estudio de la firma NCSolutions revela que más del 40% de los estadounidenses planea reducir su consumo de alcohol. La Generación Z lidera esta tendencia, con un 61% que busca moderar su consumo. Los Millennials no se quedan atrás, un 49% sigue este camino.
Un fenómeno similar se registra en Europa con el auge de las bebidas sin alcohol. Cócteles artesanales, cervezas y vinos espumosos sin alcohol ganan terreno. Son alternativas saludables y sofisticadas.
Enero seco y curiosidad sobria
El movimiento de la curiosidad sobria está transformando los hábitos de consumo de alcohol entre las generaciones más jóvenes. La encuesta de CivicScience encontró que en 2024 el 35% de las personas de entre 21 y 24 años participaron con éxito en el «Enero Seco», el desafío anual de la sobriedad que surgió hace una década.
Los datos de compras de NCSolutions muestran una significativa disminución en las ventas de alcohol de diciembre de 2022 a enero de 2023, con una caída del 24%. Ser «sobrio y curioso» significa hacer una introspección sobre uno mismo y los hábitos de consumo de alcohol, con el objetivo de cambiar el estilo de vida dejando de beber o bebiendo de manera más consciente.
El término fue acuñado por la escritora Ruby Warrington, en 2018 en su libro Curiosidad sobria: el sueño reparador, la mayor concentración, presencia ilimitada y profunda conexión que nos esperan al otro lado del alcohol.
No solo han hablado de los beneficios físicos y mentales, sino que también han demostrando que la sobriedad es una opción viable y atractiva para personas de todos los ámbitos de la vida.
Si bien el consumo de alcohol es una parte importante de la cultura estadounidense, un número creciente de personas está explorando la «curiosidad sobria»: reducen el consumo de alcohol o se abstienen por completo. En una encuesta realizada en 2023, el 39% consideraba que las generaciones más jóvenes beben menos que las anteriores. El 42% cree que la generación Z lidera la tendencia de la curiosidad sobria.
Sobrios famosos e influencers
La cultura del consumo de alcohol ha cambiado, aunque el 84 % de los estadounidenses lo considere una parte importante de la cultura, la tendencia del consumo consciente gana popularidad: uno de cada tres se identifica como bebedor consciente.
Personalidades como Tom Holland, Bella Hadid, Chrissy Teigen, entre otros, han compartido sus experiencias con la sobriedad y han inspirado a millones de personas a reconsiderar sus propios hábitos. Holland habló se refirió recientemente a su decisión de dejar de beber alcohol en 2022 después de darse cuenta de lo desafiante que le resultó el «Enero Seco».
«Al completar el desafío me dije que nunca más volvería a beber porque sobrio soy la mejor versión de mí mismo», confesó.
La modelo Bella Hadid, defensora de la curiosidad sobria, admitió que la abstinencia le ha ayudado a manejar la ansiedad y encontrar una sana paz mental. Chrissy Teigen, conocida por su saludable estilo de vida, también ha reducido el consumo de alcohol y promueve la curiosidad sobria como una forma de impulsar el bienestar.
Los actores Bradley Cooper, Natalie Portman y Russell Brand, la influencer Laura McKowen y la fundadora de Tempest, Holly Whitaker, también han compartido su viaje a la sobriedad y promueven la curiosidad sobria como una forma de potenciar el bienestar mental y físico.
Los famosos sin alcohol
- Tom Holland lanzó su cerveza sin alcohol Bero en octubre. Actualmente, ofrece tres cervezas Noon Wheat, Kingston Golden Pils y Edge Hill Hazy IPA.
- Blake Lively vende bebidas alcohólicas y no alcohólicas a través de sus empresas Betty Buzz y Betty Booze. Betty Buzz se dedicaba originalmente a mezclar bebidas con gas, pero luego se expandió a cócteles sin alcohol, como una limonada ahumada con roble y un sour de manzana y jengibre con gas.
- Bella Hadid desarrolló Kin Euphorics con la destiladora Jen Batchelor en 2021. Se dice que los productos están basados en la medicina ayurvédica. Las bebidas disponibles incluyen Kin Spritz y Picklesecco.
- Rosario Dawson es una de las celebridades vinculadas a la empresa de bebidas de cannabis Cann, junto con Gwyneth Paltrow y Rebel Wilson.
- Katy Perry cofundó con el destilador Morgan McLachlan la a empresa De Soi, que produce aperitivos sin alcohol, comomo el Moscow mule y el vino rosado.
Cambio de hábitos también en Europa
El informe de NCSsolutions, tres de cada diez estadounidenses mayores de 21 años no bebieron alcohol en 2023. Las tendencias es que los estadounidenses están reduciendo la cantidad de alcohol que beben semanalmente. Pasaron de un promedio de cuatro bebidas por semana en 2023, a tres en 2024. Entre los Millennials el consumo cayó 40% en un año.
Las razones por las que optan por la sobriedad son simples: no quieren beber, no les gusta el sabor del alcohol quieren mejorar la salud física y ahorrar dinero. el consumo de alcohol no es económico. Los estadounidenses gastan, en promedio, 58 dólares al mes en la compra de alcohol en supermercados y 47 en restaurantes. Suman 105 al mes y 1.260 dólares al año.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud señala una tendencia interesante en Europa relacionada con el consumo de alcohol. A pesar de que el consumo promedio ha disminuido en las últimas décadas, las diferencias entre países son significativas. Entre 1980 y 2020, el consumo de alcohol per cápita en Europa disminuyó un 23%, pasó de 12,7 litros a 9,8 litros. Una disminución de 2,5 litros, pero Europa sigue la región con el más consumo de alcohol por persona en el mundo.
Jóvenes europeos marcan la pauta sobria
En 2019, el 8,4 % de la población adulta europea bebía alcohol a diario. El 28,8 % semanalmente y el 22,8 % mensualmente. Mientras que el 26,2 % afirmó no haber consumido bebidas alcohólicas en los últimos 12 meses o nunca haberlo hecho.
En 2021, una persona mayor de 15 años consumía anualmente 190 litros de cerveza, 80 litros de vino o 9,5 litros de alcohol puro, cifras relacionadas con 800 muertes diarias por complicaciones asociadas.
Los hábitos están cambiando. En Francia, tres de cada diez personas de 18 a 24 años no consumen alcohol, y un tercio de la población redujo su consumo en el último año. En el Reino Unido, los adultos jóvenes son los más propensos a no beber alcohol, con un 28%. Mientras que los adultos mayores son los menos propensos, con un 15%.
Otra señal del giro hacia la sobriedad es el aumento entre los jóvenes de la percepción del alcohol es dañino para la salud. Gallup ha encontrado que cada vez más personas creen que beber es malo para la salud, aunque sea con maduración. El alcohol no es beneficioso para el organismo.
El 45% de los adultos dice que tomar una o dos bebidas alcohólicas al día es perjudicial. Un aumento de 6 puntos porcentuales desde el año pasado y de 17 puntos desde 2018.
Solo el 43% no cree que el consumo moderado de alcohol tenga algún efecto sobre la salud. Apenas el 8% piensa que tiene un efecto positivo. Ambos valores son los más bajos registrados. Entre los estadounidenses, nueve de cada diez adultos respondieron que el consumo de alcohol es «muy» (33%) o «algo» (53%) perjudicial para quienes lo beben. Un aumento de 3 puntos en el último año.
Nuevo nicho de consumo sin alcohol
La sobriedad como estilo de vida también tiene un impacto en el mercado: las bebidas espirituosas o cocteles sin alcohol.
Los criterios tradicionales de maridaje de bebidas y comidas, asociación de bebidas con celebraciones específicas, calidad, linajes y casas procesadoras, cosechas, prestigio, y el largo etcétera de la cultura etílica cede a otros supuestos.
Los estudios de mercadeo muestran que las mezclas de bebidas sin alcohol es la opción número uno entre la generación Z y entre los estadounidenses que quieren probar.
Para la selección, el sabor es el atributo más importante tanto para los millennials como para la generación Z. El precio también influye para el 60 % de los encuestados.
Por categorías, a las cervezas y espumantes sin alcohol se agregan los cócteles enlatados que tienen la percepción más flexible en cuanto a las ocasiones de consumo. Hay un creciente interés en bebidas que contienen cannabinoides extraídos del cáñamo o la marihuana. Las razones principales para esta atracción incluyen el deseo de probar nuevos sabores y considerarlas alternativas más saludables
Redefiniendo la sociedad
Impulsados por preocupaciones de salud, el deseo de alternativas más saludables y la influencia de celebridades y redes sociales, las generaciones más jóvenes están redefiniendo hábitos y costumbres que transforman un mercado con antiguas tradiciones por otro de bebidas cada vez más diversificado y centrado en el bienestar.
Un reflejo de una sociedad más consciente que opta por elecciones más saludables