En el libro del investigador Ray Kurzweil, titulado La singularidad está cerca, se reflexiona sobre como en un futuro muy cercano la sociedad humana se transformará y vivirá una revolución en varios aspectos de la vida, incluida la atención médica, la energía, la economía y la conciencia humana.
Escribe que el momento en que la Inteligencia Artificial esté fuera del control humano está muy cerca, a menos de una década de distancia, dice. Ante esta realidad no sabemos si alegrarnos o espantarnos por todo lo que está en juego.
En su libro, Kurzweil define la “singularidad” como “un período futuro durante el cual el ritmo del cambio tecnológico será tan rápido, su impacto tan profundo, que la vida humana se transformará irreversiblemente”.
Kurzweil insiste en que una vez que llegue esta Singularidad, las respuestas a las preguntas “¿Qué significa ser humano?” y “¿Cuáles son los límites del conocimiento humano?” serán respondidas de maneras aún inimaginables. Cree, además, que eventualmente impregnaremos el universo con inteligencia, provocando que el universo mismo “despierte”. «Eso es lo más cerca de Dios que puedo imaginar», escribe en su libro.
Fuera del control humano
Los expertos estiman que en menos de diez años la IA estará fuera del control humano y surgirá la singularidad. Si bien traerá enormes avances en materia tecnológica, exigirá la integración de los humanos con las tecnologías más avanzadas. Estas transformaciones pueden conducir a una mayor esperanza de vida y mejores capacidades cognitivas.
El avance de la Inteligencia Artificial y de la Inteligencia Artificial General se presentan más rápido por los recursos provienen de sectores como la ciencia, la medicina y las empresas que buscan optimizar y perfeccionar los procesos.
Las predicciones de sectores más conservadores sobre la Singularidad señalan que el cronograma del dominio de la IA no está totalmente garantizado. Sin embargo, otros autores hablan un crecimiento exponencial de la tecnología en la genética, la nanotecnología, la robótica y la IA. Se podrían desarrollar capacidades cognitivas mejoradas y una integración del hombre-máquina que no nos podemos imaginar.
Kurzweil habla de un concepto clave: “cargar la mente” o transferir la conciencia humana a una forma digital o a sistemas avanzados de IA. Una vía para lograr una inteligencia mejorada y experimentar una forma de existencia más allá de las limitaciones biológicas. Sin duda, habrá cambios profundos en la sociedad y la biología humana y a un ritmo mucho más rápido del que esperamos.
Abrir la mente y no esperar un lecho de rosas
El libro plantea preguntas muy importantes sobre las implicaciones éticas, sociales y filosóficas de la singularidad. Al mismo tiempo, entusiasma a los lectores a plantearse los posibles beneficios y riesgos asociados con estos avances. En todo caso, hay que ampliar los límites de nuestra comprensión para iasumir el crecimiento exponencial de la tecnología y sus consecuencias.
La AGI se consolidará pronto
Ben Goertzel, director ejecutivo de SingularityNET, cree que faltan entre tres y ocho años para la Inteligencia General Artificial, AGI se consolide. Este es el término para la IA que realmente puede hacer tareas tan bien como los seres humanos, y el paso previo para la Singularidad. Grandes modelos de lenguaje como Meta y OpenAI, junto con el enfoque AGI de xAI de Elon Musk, impulsan con fuerza el crecimiento de la IA.
«Estos sistemas han aumentado enormemente el entusiasmo del mundo por AGI. Tendrás más recursos, tanto dinero como simplemente energía humana; más jóvenes inteligentes quieren sumergirse en estas tareas y trabajar en AGI. Se están invirtiendo más recursos que nunca en la búsqueda de la inteligencia artificial general», dijo,
Goertzel explica que cuando surgió por primera vez el concepto de IA, en los años cincuenta, su desarrollo fue impulsado por el Ejército de los Estados Unidos. Lo veían como una posible herramienta de defensa nacional. Sin embargo, en la actualidad, el progreso en este campo ha sido impulsado por la intención de ganar dinero para las empresas, mientras brinda a los artistas o a los músicos herramientas para hacer arte».
De la IA a la AGI y de allí a la Singularidad
Asimismo, llegar a la singularidad requiere de un salto significativo desde el punto actual de desarrollo de la IA.
La IA en este momento se ocupa de tareas específicas, el impulso hacia la AGI tiene como objetivo darle a la tecnología una comprensión del mundo más humana y abrir sus capacidades. A medida que la IA continúa ampliando su comprensión, se acerca cada vez más a la AGI, que algunos dicen que está a solo un paso de la singularidad.
¿Podemos contener la IA antes de alcanzar la singularidad?
La tecnología aún no está disponible, y algunos expertos advierten que en realidad estamos mucho más lejos de lo que pensamos, si es que llegamos a ese punto.Pero la búsqueda está en marcha de todos modos.
Elon Musk, por ejemplo, creó xAI en el verano de 2023 y recientemente lanzó el chatbot Grok para “ayudar a la humanidad en su búsqueda de comprensión y conocimiento”, según Reuters. Musk también llamó a la IA «la fuerza más disruptiva de la historia». Debido a que muchos de los gigantes tecnológicos más influyentes (Google, Meta y Musk) están detrás del avance de la IA, el ascenso de la AGI puede estar más cerca de lo que se cree. El tiempo dirá si llegaremos allí.
Avance llenos de riesgos y peligros
Kurzweil es muy consciente de los riesgos inherentes a estos avances. Reconoce el potencial destructivo de los nanobots autorreplicantes fuera de control: en un escenario de pesadilla, nanobots devoradores de bacterias mutan para comerse todo tipo de células y aniquilan la biosfera en cuestión de semanas. Para evitar este escenario apocalíptico debemos tener una planificación cuidadosa y tomar todas las medidas de prevención necesarias para que este tipo de desastres accidentales sean improbables.
Una regulación estricta sólo conduciría a un mayor secreto gubernamental, mientras que los esfuerzos privados serían relegados a la clandestinidad, explica Kurzweil.
Espera que las naciones y las corporaciones acepten renunciar a ciertos campos de alto riesgo, pero la historia nos deja pocos motivos para el optimismo en este punto. Es decir podemos sentirnos amenazados.
Ciertamente parece haber descubierto algo relacionado con la naturaleza del progreso tecnológico; pero el grado de exactitud de sus predicciones depende de la precisión de sus suposiciones. La tecnología a la que la humanidad debe adaptarse –Genética, Nanotecnología y Robótica, o GNR– creará lo que Kurzweil llama “revoluciones superpuestas”.
Revoluciones «superpuestas»
En el área de la medicina por ejemplo, espera que la bioingeniería solucione el hambre en el mundo, prevenga enfermedades degenerativas y revierta el proceso de envejecimiento. Los órganos defectuosos podrían regenerarse con células de la propia piel del paciente. Para muchos mayores de cincuenta años, estos avances les darán tiempo hasta la revolución de la nanotecnología.
Los nanobots nos permitirán entonces reparar y reconstruir nuestros cuerpos y cerebros a nivel celular. Matarán patógenos y células malignas en el torrente sanguíneo, eliminarán toxinas, repararán tejidos, corregirán errores del ADN y modificarán las sustancias químicas metabólicas.
La tecnología ya está revolucionando la investigación energética y la ingeniería de materiales, pero, por el contrario, la nanorobótica aún se encuentra en su fase inicial de investigación y desarrollo.
Kurzweil predice que la nanorobótica se utilizará para construir computadoras más potentes, que se utilizarán para diseñar nanorobots más sofisticados.
Cada parte del cuerpo humano podría ser rediseñada. Siempre y cuando, la conciencia pueda cargarse con éxito, Kurzweil predice que, en última instancia, el propio Universo se volverá consciente y habremos alcanzado la inmortalidad no biológica. Se nos insta a buscar una supercomputadora con la capacidad de un cerebro humano. (En robótica, “una inteligencia artificial cuya capacidad excede la del cerebro humano” se denomina “IA fuerte”.)
¿Cuándo llegará el punto de inflexión? Kurzweil mira hacia el año 2045, cuando, a pesar de la calamidad económica, “la inteligencia no biológica creada en ese año será mil millones de veces más poderosa que toda la inteligencia humana actual”. Para Kurzweil, la tecnología no debe verse como incompatible u opuesta a la naturaleza: más bien, nos lleva al fin de la evolución y más allá.